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ABC MADRID 17-07-1955 página 18
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ABC MADRID 17-07-1955 página 18

  • EdiciónABC, MADRID
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UN CAMBIO EN LA SENSIBILIDAD Y EL ESPÍRITU T ENEMOS los años suficientes para que el pasado pueda servirnos decomparación con el presente, La memoria trae escenas muy distintas a las qué hoy vemos. Nos es posible recordar la estampa del campo con las ferias del hombre. En Andalucía, por los pueblos serranos, en la plaza de la Constitución- -que era el nombre de todas las plazas, al raerse el de Mayor, que las señalaba- -de las casas y chozas suburbanas salían los hombres para sentarse al sombrajo de los arcos municipales y en el suelo esperar la llegada del trabajo. De los cortijos, de las casas de labor, salían los aperadores para la contrata. No era aquello un mercado de esclavos, pero tenia sus puntos de semejanza. Ofrecíase el jornal, el gazpacho de las doce y una añadidura de pan y tocino, y se elegían los jóvenes y fuertes para las labores del estío, de la otoñada, del invierno sembrador. Aquella humillación trajo algunas rebeldías, pero nadie se preocupaba de alentar al peón y algunos lucharon por encenderle. El campo iba con su hoz- -muchas veces hoces gallegas- el arado romano y él escardillo. Muías o bueyes en la era. el tenedor para aventar y el aire como colaborador de la faena. Como la industria era pobre, el obrero rumiaba sus pausas de trabajo y su deseo era alargar los ciclos para tener el mayor número de jornales. Así, la máquina era mirada, como el enemigo, nuncio de hambres, ya que ella disminuía la mano de obra. Predicaron los aseñoritádos con ambiciones de actas que hasta entonces ganaban unos hombres dedicados por entero a la política, ya que ella, monstruosa, no les dejaba tiempo para más. Señalemos, porque es dé justicia, que aquellos políticos, equivocados o no, se transformaban en cónsules del distrito y eran en la capital obedientes al mandato de todas las necesidades de los pueblos. El sistema fue el erróneo. El campo quería trabajar al modo de los romanos, ésta es la verdad. Fábricas extranjeras enviaban, sus catálogos y. sus representantes, y ruando lograban intro- La máquina que hoy trabaja y ayer era considerada orno urv enemigo del obrero. ducir en una hacienda sus productos, lo abrasaban los más díscolos. Todo un periodo del agro ibero se caracteriza por el incendio de las máquinas y los tractores. Fara los más humildes, patronos sin capital para sostener el ganado, existían los yunteros, que alquilaban sus bestias por un jornal y el pienso, como se hacia con los hombres. Y el campo daba sus semi Has bondadosamente, con escasa labor, con poco abono, agotado y viejo. Un ministro, don Rafael Gasset, siete u ocho veces regente de la cartera de Fomento, recogió de Joaquín Costa ideas y palabras y trazó un plan, quizá humilde, de pantanos y regadíos, La política adversaria le puso en ridículo con el apelativo de Mangarráguez Si se comprendió o no lo que Gasset quería para su país, quede en la sombra. En la ciudad... Madrid. En Madrid sólo había un gremio poderoso, el de la construcción, albañiles, carpinteros de armar, tejeros. Y un comercio todavía provinciano, reflejado en Pérez Galdós para siem pre. Entre estos hombres que buscaron su agrupación en la Casa del Pueblo, con un socialismo de blusa y rencores y un Circulo Mercantil humildülo y más pensado para el dominó que para el trabajo, la burocracia, que si está con su trágica silueta en Miau no era más amplia al lograr la ley que la incrustaba en un escalafón inamovible. De aquel modo tenían que derivarse las costumbres. La picardía del organillo, el barquillero y la vendedora de agua y aguardiente, el deslizar amodorrado de la ciudad Con un núcleo central que era imán para todos: la Puerta del Sol, la calle de Sevilla y el primer trozo de la de Alcalá. La crisis, acontecimiento; Recoletos, paseo y busca del novio: una estocada

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