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ABC MADRID 15-07-1955 página 18
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ABC MADRID 15-07-1955 página 18

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C V I E R N E S 15 DE J t L I O D É 1955. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 24 su pecho, junto a la Medalla Militar; la Medalla invisible, pero para él tangible y verdadera, de la lealtad y el cariño de las gentes trabajadoras de España, para quienes- -secundando consejos del Caudillo- -supo abrirles caminos anchos para su perfeccionamiento intelectual y para su bronca y alegre conquista de la dignidad de hombres. Tenía, señores procuradores, que ser asi, reentroncada la nación con su más honda veta histórica; avivado el sentido del servicio a la justicia; vigoroso el proceso económico; España tenía, por obligación de ejemplaridad cristiana y nacional, y aun por simple exigencia humana, que ponerse en pie para lanzarse a la santa empresa de la educación total y de la formación técnica, industrial y agrícola, artesana y fabril, de sus juventudes. Tenía que devolver a las jóvenes gentes trabajadoras la seguridad de que sus oficios cuentan con el respeto de toda la nación; poner a su alcance ios instrumentos, las escuelas, los laboratorios, las máquinas y las bibliotecas, los medios audiovisuales, el profesorado- -sobre todo el profesorado- -para Que nada de las técnicas modernas les resulten ajenas, en la medida en que sean necesarias para- asegurar la marcha ascensional de la nación. GLOSA TtEIj PKOYECTO En la tercera parte de su discurso, el ministro de Educación Nacional hizo una glosa del proyecto. Explicó- que la Ley, realmente, abarca menos de lo que dice su título (Ley de Formación Profesional Industrial) porque en dicha formación profesional industrial han de entrar, necesariamente también, las escuelas técnicas de grado medio (peritaje, etc. o de grado superior, es decir, las diversas ramas de la ingeniería, como igualmente aquellos sectores profesionales de carácter universitario (especialmente Químicas) que inciden ya de hecho en la práctica de la vida industrial, y aún la formación especializada que han de tener todos los- colaboradores administrativos (titul a d o s mercantiles y economistas) que el desen- volvimiento de las empresas industriales exigen. Pero- -afirmó- -ha querido conservarse aquel nombre como testimonio bien claro de que la aspiración del legislador es completar esta norma en su día- -y esperamos que ese día sea muy próximo- -con la reordenación de todos los demás escalones y ramas que contribuyan a una plena formación profesional industrial. Esta Ley entonces será el basamento del gran Estatuto de las enseñanzas técnicas, que la evolución rápida y pujante de España exige CÍ apremios de horcis, más que de días. n Explico la situac ón actual de esta enseñanza. España- -señaló- -cuenta con 102 Escuelas de Trabajo y ciertas Instituciones complementarias que dependen del Ministerio de Educación Nacional- -Instituto Nacional de Psicotecnia, Centro de Formación Profesional de la Mujer, ete. que agrupan a 26.000 alumnos. Dependientes de la Obra Sindical de Formación Profesional, hay 97 escuelas, con 16.000 escolares. Aparte de esto, las 45 escuelas de Artes y Oficios, con cerca de 21.000 alumnos; y, en un grrio superior, las 23 escuelas de Peritos Industriales, que reúnen a 10.400 alumnos, y las escuelas de Inge. niería, con 2.648 alumnos. Subrayó la importancia, cada día creciente, de las escuelas de Formación Profesional fundadas por Asociaciones eclesiásticas, y en otro plano, las Residencias y Centros Superiores o Universidades Laborales, sostenidos por los Montepíos y Mutualidades Laborales. El punto de arranque de la ley es el grado de iniciación profesional en la escuela primaria, que cubre hasta los doce años. Viene luego el período, de doce a torce años, en las escuelas de preaprensa- Je. Se abre inmediatamente la etapa la formación profesional, estrictamente entendida: 1 aprendizaje en las escuelas de este nombre, hasta los dieciocho años, pai a pasar luego, durante cuatro cursos, a las escuelas de maestría propiamente dichas. Y ahí se abre el abanico de posibilidades que entrañan los Centros Superiores de Formación Laboral, integrados por Instituciones menores, más los convenientes cursos de especialización y perfeccionamiento técnico; centros que podrán adquirir en determinadas condiciones, aprobadas por el Gobierno, la categoría de Universidades Laborales. En otra vertiente se cuida la ley del importantísimo aspecto de la formación del profesorado, mediante un Instituto consagrado a la capacitación del personal docente, así como del problema de las Instituciones de investigación psicotécnica, para la más fructífera utilización de las dotes naturales del alumnado. Esta estructura- -agregó el Sr. Ruiz- Giménez- -supene y requiere un vigoroso esfuerzo de montaje y de sostenimiento. Si el número de alumnos de las Escuelas de Formación Profesional Obrera es aproximadamente- -según d i ji mos- -de 50.000- -sin contar las de Bellas Artes, en sus varios grados- aspírase a que en el plazo de un quinquenio se duplique, con lo que esto implica de exigencia en construcción de edificios, ampliación de los existentes, montaje de talleres y laboratorios y dotación adecuada de profesorado, que suma hoy en su conjunto unos 2.000 entre titulares, auxiliares, maestros de taller, médicos y colaboradores; cifra que, como es lógico, habrá de incrementarse en la misma proporción que imponga el crecimiento de estos Centros. Para hacer frente a este magno esfuerzo que se avecina, había que apoyarse en una serie de instituciones o soportes sociales, pues no era posible cargar todo el peso sobre el Estado, especialmente en un momento en que éste tiene que realizar un esfuerzosingular y casi heroico para resolver el tema apremiante de la Enseñanza Primaria. Estos soportes han de ser la industria misma en su. conjunto; el Estado, la Universidad y altas Escuelas Técnicas; laIglesia y otras Asociaciones privadas. En primer término, la industria. Consagra la ley la contribución del 1 por 100 sobre los seguros sociales que vienen abonando las empresas, aportación que se recrece en un 50 por 100, a fin de qv. 3 puedan beneficiarse más plenamente de la distribución de los fondos los centros sostenidos hoy por instituciones sociales del Estado y del Sindicato. Se estalbleee un suplemento de esfuerzo para las empresas de carácter estatal y paraestatal, que tienen un deber de ejemplaridad social. Reconócese, sin: embargo, la posibilidad de notables reducciones cuando las propias empresas sostengan sus escuelas y atiendan, de modo similar, a la formación profesional de sus funcionarios. El Estado, por su parte, se obliga a mantener las consignaciones presupuestarias necesarias para la buena marcha de las escuelas y a participar más ampliamente en la contribución del sostenimiento, a través de las empresas estatales y paraestatales, como también asume la obligación de remunerar más dignamente al profesorado y a la Inspección de estos Centros. El Sr. Ruiz- Giménez destaca la confianza en la colaboración del Ejército, la Marina y el Arma de Aviación, que tienen ¡tamibién en su haber la brillante tradiI ción de las Maestranzas, tradición que imi plica preparación de obreros para la utii lidad de la nación. Del mismo modo que i el Ejército contribuye en primerísima lí nea al combate dé enseñanza primaria- -y me es grato expresarle de nuevo en pú ¡blico mi agradecimiento por su fundamenI tal colaboración en la lucha contra l v analfabetismo- del mismo modo, pue 33 hacerlo en la enseñanza, profesional. I HACEN FALTA GRADUADO En tercer término, hay una latente llamada en el articulado de la ley a la Universidad y a las Escuelas Técnicas Superiores. Hacen falta graduados de nuestra Facultades de Ciencias, y aun de Letras, peritos e ingenieros para los nuevos cuadros del profesorado. La Universidad española no puede ser considerada como clasista, y por ello pedimos a la Universidad un enlace más estrecho, una comu-

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