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ABC MADRID 10-07-1955 página 3
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ABC MADRID 10-07-1955 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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D I A R 1 0 IL UST R A D O D E INF O R M A C 10 N G ENERA L FUNDADO CN 10O B POR DON ABC protestantismo literario en el que cada cual podia interpretar las palabras a su gusto. A Flaubert le costaba noches de insomnio la elección de un adjetivo tan ponderado y justo que, por su rectitud y por su propiedad, mereciera un asenso unánime. Decaída la autoridad adjetival y puesta la facultad interpretativa en todas las manos, el adjetivo no dijo ya lo que quería decir, sino aquello que los demás querían que dijese. Arrollado por la masa popular, se convirtió en un comodín manejable, cuya ductilidad forzada ofrecía las máximas facilidades de utilización, tanto en la frase oral como en. la escrita Nadie pasaría ya por las angusttias de Flaubert al buscar el adjetivo propio para definir en cada caso con su proverbial justeza. Bastaría revisar la jurisprudencia sentada en fallos anteriores, recogida ya y autorizada por el uso, elegir cualquiera, incluso el menos adecuado, y utilizarlo sin escrúpulo. Por este procedimiento, teniendo en cuenta que los sustantivos no pueden andar sin el apoyo de un cayado adjetival, se les ofrece caprichosamente una calificación que les sirva de distintivo y les permita frecuentar, como vestidos de uniforme, los saraos de la lengua. Pero resulta que dichos uniformes no están hechos a la medida, y no pueden, por tanto, caer bien a sus beneficiarios. Un cuentecillo que anda en labios del vulgo demuestra que la convicción popular considera ya muy antigua la degradación sufrida por el adjetivo. Se atribuye a Quevedo la ingeniosidad de calificar un caldo que le propinaban con ti comento: Valiente aldo! para explicar a continuación: Es valiente porque no tiene nada de gallina 1 Víase cómo la vo valiente, que des- DIARIO ILU 5 T R ADO D E INF 0 RM AC I 0 N G E NER A L Si cribe una loable y firme cualidad del espíritu, se supone degenerada y descien de a ser empleada con despectiva intención. Ejemplos parecidos los tenemos a cientos en el habla familiar. Simple ya no indica sólo la idea contraria de compuesto, sino también, con mucha frecuencia, la de una necedad supina que parece aludir a la total ausencia de intelecto en el compuesto anímico, Verde, que siempre fue aplicado por el magistrado adjetivo en sus veredictos (así llamados por decir la verdad) al color de la hierba fresca, o a las plantas vivificadas por la savia, o a los asuntos picarescos, o a las aficiones galantes, ha venido a socorrer las penurias idiomáticag de quienes, acaso por no tener léxico abundante, se ven obligados a emplear el limitado de que disponen, sin parar mientes en su propiedad, ¿Quién había de augurar al honrado adjetivo que poner verde a una persona podría significar colmarla de insultos y no pintarla con el mencionado color? La pobreza de vocablos, disponiendo de un idioma tan rico, trae a la memoria la situación del hombre colmado de tesoros y vestido de harapos, y lleva en ocasiones al uso de apelativos lamentablemente inadecuados. Estupendo es hoy aplicado lo mismo a la maravilla de una obra o de una idea que al regodeo corrompido, cuya diversión deja un recuerdo perdurable. Bestial se aplica tanto at acto salvaje como 1 ingenio agudo. Y hasta se pueden leer en los escaparates de los comercios carteles que proclaman ¡a baratura de las mercancías con el reclamo: Precios acules. A veces, ni aun asi at logra remediar la deficiencia de vocabulario. Y entonces apela el habla vulgar a convertir sustantivos en adjetivos para socorrer sut pobrezas, llamando gansos a los que carecen de gracia y pretenden tenerla, tostones a los discursos aburridos; quijotes a los altruistas soñadores, y águilas a las refinadas inteligencias. Todo ello inspira el deseo de que vea repuesto el adjetivo en su función de juzgar para que así precise la silueta, el color, la valía, ¿1 tamaño, la eficacii la belleza, la bondad, los accidentes y 1 m cualidades de cuanto les rodea. Con ello, se lograría también qu la vez, califique a cuantos soliciten i t valiosos servicios, porque adjetivar fefett es un índice valiosísimo de cultura Étf que se pueden ufanar cuantos lo logran, Luis MARTÍNEZ KLEISEK t tu Rrtit t! ailt mia TOROUATO UÜCA Oi TENA L A volubilidad humana, siemp r e creciente o menguante, como las marea en sus alectos y en sus concesiones, no se ha portado bien con 1 respetable adjetivo. Primero le otorgó amplios poderes para juzgar de los seres, de las cosas, de los sentimientos y de las ideas. Como magistrado supremo encargado de administrar justicia, cumplió con celo y rectitud su elevada misión, caliñeando a cada sustantivo según los dictados de su conciencia. Y no hubo ningún fallo en sus fallos ni se hieo necesario tramitar ningún recurso de apelación. Su sentencias fueron consideradas como leyes y acatadas sin reservas mentales por lectores y oyentes, mientras el adjetivo pudo proceder con independencia de criterio, Pero pronto él hombre, dictador, supremo del idioma, empezó a socavar su autoridad, inapelable hasta entonces, interpretando a su gusto toa autos que dictaba el adjetivo. Ya no era, en muchos casos, el lápi que dibuja, el pincel que pinta, el perito que tasa, la balan que pesa ni el togado que juega. Se había convertido en el funcionario victima de un cohecho sin soborno, bajo el imperio de la dominada voluntad humana. Y si el integro calificador dictaba una sentencia que producía desagrado al supremo monarca semántico, sufría Un traslado de lugar, como medio coercitivo para obligarle a rectificar su dictamen. Asi, por ejemplo, si se tt ocurre conceder el titulo de gran hombre a un señor bien acreditado por su méritos y servicios y no complace u opinión, se ve obligado a cambiar su puesto preferente por otro secundario y obligado a desde cirse de la ejecutoria concedida, transformando en hombre grande de volumen al que había ennoblecido como gran hombre por su valfa poco frecuente. Si en su deseo de premiar las virtudes cívicas y morales de un ciudadano sin tacha, tiene a bien disponer qu e le honre llamándole hombre bueno y disgusta su resolución, también se halla removido da su empleo y ha de revisar su acuerdo aclarando que donde había dicho, sin la meditación necesaria, hombre bueno quiso decir buen hombre con la significación de apocado e infeliz. ¡POBRE ADJETIVO! Aleccionado por tan penoso escarmiento, M sintió el adjetivo ultrajado en su dignidad, y decidió dejar a la libre interpretación de las gentes el significado de us decisiones. Así se creó un cuerpo espontáneo de exígelas y una especie de t Inúnolm MI toda I mundo sir m dll di la Edición Simantf Aértt di AIO

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