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ABC MADRID 09-06-1955 página 37
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  • EdiciónABC, MADRID
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A B C. J U E V E S 9 DE J U N I O- D. E 1955; EDICIÓN DE- LA MAÑANA, PAG. 41 El titulo- de esta Exposición exhibida Una exposición de pintura que abarque en la Sala de la Diel período que va desde David a Lautrec. rección General de Bellas Artes, Tenreunirá. algunas de. las manifestaciones picdencias recientestd 0 tóricas más tempestuosas en el espíritu de la pintura franceun pueblo. El siglo xix se caracteriza por sa nos obliga ya a las mutaciones violentas, por la exaltación pintoresca de lo revolucionario, por el afán plantear su crítica, más que desde el íle movilizar los recursos de la historia en punto de vista válo. un frenesí colectivo. Todavía lo estamos rativo, desde la consgando. tatación de una rea- Tendencias recientes de la pintura francesa en El Museo parisiense de l Orangerie prelidad artística, que senta en la actualidad una exposición cova unida, no a nuesr la Dirección General de Bellas Aries lectiva que intenta reflejar, por medio ds tros ffustos personala pintura, aquellos afanes. Empieza con les, sino al tiempo. LA EXPOSICIÓN REPRESENTA EL PANORAMA DE i David, quien todavía juega con los dioses Si- algún síntoma UN MUNDO CONFUSO de Grecia, para terminar con Lautrec, quea dg é mándose ya en el fuego de sus Helenas cahay de que nuestra- época es transitiva y sin que no sabemos qué caudal hay en su inprichosas, troyas de la devastación espiriuna medular conciencia de isi destino, es quietud de nihilismo o de afirmativos protual, del tiempo. este panorama- de las artes. de hoy, en el pósitos gene sía eos. David fue un revolucionario, pero en diEl gran interés de esta Exposición radiversas épocas de su vida mantuvo muy bien ca, no solamente en las obras expuestas, sus ideales movedizos, pasando de una ace- vedad, se corre el peligro de ser injusto, sino en lo que representa de panorama de ra a otra, como en un juego de chicos. aceptándola. Existen muchos ointd rés del un mundo confuso, en el cual cada artista Unas veces, dibujó a María Antonieta ca- impresionismo revolucionario, aburguesados va tanteando, podemos decir que angusmino del cadalso; otras, elevó, no un trono, de tal manera en sus credos estéticos, que tiosamente, la ruta de su originalidad. Unas protestan al juzgar los. movimientos pictóqué no hubiese estado bien visto, sino un veces son formas que parecen, de primer canapé a la gloria de Madame Recamier, ricos que vinieron detrás. El revoluciofürio día de la creación, todavía desmigajadas del siglo xix no adivina que sus panaceas quien espera, convenientemente echada, el y aurórales, sin que se hallen coriCreiadas desfile de los siglos. Su pintura tuvo de artísticas, y aun políticas, ya, no sirven para en perspectivas y relieves autónomos, como, este siglo, por haber variado las circunstodo menos de revolucionaria; académica, por ejemplo, en los cuadros de María Ele, fría, bastante pompier, como diríamos aho- tancias que las motivaron- na Vieira de Silva y de Lagrange. Oirás, ra. La revolución sólo se le volcaba hacia La exposición parisiense reúne nombres afuera al consagrar a Napoleón en Nótre muy ilustres: íngfe! 3 -Delacroix, Gézanne, por el contrario, son cuerpos ya fosilizaDame, tal vez pensando cómo los Pepe BoCeret, -Seurat, Daumief, Menet, Renoir, Dedos, endurecidos en una dolor osa rigidez, tella se embebían en los tronos europeos gas, Gauguin, Manet, -P. isarre. Su- ejemplacon líneas como alambres oxidados, que derribados. ridad. consiste en ver. que una pintura sursolamente recogen lo más seco y anguloso Lautrec, en cambio, fue uno de esos re- gida, en buena parte, como reacción contra de su psicología, tal como ocurre con las volucionarios cómodos y con dinero que tan- lo oficial, contra la pereza académica, ha obras de Gruber y de Buffet. terminado por ser oficial, por ser una acato dieron la época y la joie de vivre de Preside la Exposición uilos grandes cuademia abierta de cuanto fue el sentimiento Montmartre. Era como nuestros Casas y dros de Jacques Villón. Este pintor, cuyas pictórico del siglo- xix. Rusiñol, quiénes vendían, para divertirse, abstracciones- -en las que late siempre un duros a cuatro pesetas. Lautrec, aristócrata fondo naturalista- -están ho ¡en el ápice por nacimiento, hacía las mismas trampas del interés universal, al pertenecer a la con sus cartas de bohemio. Su arte estaba primera generación de los pintores cudispuesto a redimir por la línea y el color a las magdalenas menos arrepentidas de la bistas. Pero ya antes de 1914 se destacadulce Francia. ba de ellos una visión- -casi pudiéramos de La Exposición está avivada por los tércir- -angélica de los colores y de los plaminos revolucionarios y sentimentales dcl nos, frente a las tonalidades beiges y pizasiglo xix. -El tiempo admiraba la educación rrosas de esta escuela en sus comienzos. propuesta por Flaubert o la ambición que Villón utiliza amarillos y rojos de vidrienarra Stendhal, elevando a un, pedestal ra, verdes miríficos, y estos colores extenES: el amor enfermizo de la señorita Gautier, didos en triángulos muy agudos, con los deshojando sus camelias y contando sus bacuales muchas veces se componen rasgos 13 9 y 1 4? cilos. Así fue el arte representativo de la humanos. Es como el Modigliaui del cucenturia, de la misma- manera que, reuniOrientación mediodía. Muy amplios. bismo, con el rigor de una geometría que Estilo amerieaiíoy ci h los últimos adedos, los Watteau y Fragenard p los mejores muchas veces se aplica al retrato, como lantos de la construcción. Amplio reciretratistas ingleses, darían un equivalente en esta lineal figura de El discípulo de bimiento, cuatro grandes habitaciones, de la serenidad señorial del siglo anterior. más tres dormitorios (uno de ellcs con La Gándara aquí expuesta. Como un La batalla delos impresionistas es UM gabinete) Hermosa y moderna Cocina, clásico podemos considerar a. Francisco. cuento de miedo que todavía enturbia la con luz. fluorescente, f ormandg un solo Dcsnoyer, cuyos cuadros aparecen impregcautela de los juicios. Si surge un artista blogne para electricidad, gas y, carbón, nados de enorme vitalidad, manejando unas nuevo- -en cuyo mensaje veamos una autensus hornos correspondientes- y demás formas de sutil tosquedad, con una manservicios. Refrigeradores Westjnghonse. ticidad indiscutible- -costará trabajo reconoCorriente industrial. -Calentador de gas. cha espesa, impetuosa, que simplifica los cerlo. Es otra sensibilidad, un punto de visPrecioso office Muebles de cocina y temas rurales de sus cuadros en los cuales ta distinto, un juicio diverso, aspirando a office metálicos articulados, sistema el color vibra con energía. En una linca firevisar los ya existentes. americrvio. Despensa. Dos baños. Cuargurativa posimpresionista, tenemos los cuaEso cuesta siempre un gran esfuerzo. De to trastero. Escalera servicio. Teléfono dros de Jacques Dcspierre. Construye estos aquí que engendre la incomprensión, un recon portería. líos ascensores, con llaliens. os- con un claro sentido perspectivo y traso antipático en cantar su mérito, lo que mada automática para bajar. T o d o exterior a dos caües. Carpintería mesólo es la invencible pereza mental que todo aun rítmico, en: gracias compensadas. Pero tálica y de ma dera g. fipas. Parquet de hombre lleva en su interior. Los viejos, si lo que más nos interesa de este pintor no primera, con incrustaciones. Pintura y se trata de escuchar un mensaje nuevo, casi es su sentido clásico de la agrupación, sino decoración modernísimas. (Disfrutando son tan injustos como los jóvenes cuando esa coloración indecisa coit los tonos oscide exenciones en contribaeion, arbitrios desvalorizan los esfuerzos anteriores. Una lantes, robustecidos o atenuados, para dar y derechos reaíes. Pi ecios corrientes. etapa es consecuencia de la precedente; y Con facilidades de palroó Desembolso a las figuras una impresión de materia más es. así, aunque sea por reacción furiosa, inicia! 100.000 pesetas. Goya, 139 y 141 reciente. Otro es el caso del maloqeado negándola en su totalidad. El público ea (casas gemelas) Arquitecto; B. Casto Gruber, que endurece a s. s. finuras busFernández- Shaw. Magníficas. comunicael último que se entera de la aparición de cando los rictus más agi l- os v dramáticos: ciones por tranvías, metros y autobuses. un valor nuevo; en compensación, también Hay algo intenso y acide en estas obras, Verlos, de enes a dos. y, de cuatro a ocho. es el último que se da cuenta de cuándo en las cuales las líneas, si fueran de el valor ha dejado de serlo. un grabado, rayan crac la tela, formanExiste el temor a ser iniustos, como ¡o do tinos, dibujos que aún agravan sil exy F N T Á- P í fueron en el siglo pasado. Por no serlo, se empico de unos V fia í U ¿A El LáaJ exteriores lia tomado tal género de. precauciones que (355 pr e sh idad 13 amplias, habitaciones cuando aparece una vulgar itr i cign; dé no. SIGLO A

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