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ABC MADRID 08-06-1955 página 3
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ABC MADRID 08-06-1955 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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D I A R I O L U S DÍA R IO 1 LUS T R AlD O D E IN F O R M A C 1 N G E N ER A T R A P O DE IN FQ RM A C I Q f GEN ERAL P FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA a A tarde primaceptos unívocos? Pav e r a l se va recería que ningún d e s l i z a ndo clásico fue capaz de pausada y levemente s o ñ a r Más todahacia la noche. Todo lo que miro, los ár- aún. Se me vienen a la mente aquellos boles, los balcones, las piedras del pa- versos do Antonio Machado, que repito vía: ¿quién podrá distinguir entre clásico y romántico, llegada la hora dé juz. vimento, el trozo de hielo que flota en a mi interlocutor: gar a una gran figura? ¿Puede haber alel vaso, el mantel sobre la mesa, todo guien más clásico que el romántico John esta enaltecido por esta luz extraña, De toda la memoria, sólo vale Keats, y alguien más romántico que el nueva siempre aunque la veamos en muel don preclaro de evocar los sueños... clásico Lope de Vega? chos crepúsculos, luz que nos hace amar Mi amigo me mira, un poco en sorna. al mundo entero. Ante las mesas del Mi amigo admirador de cafe pasa un incesante transitar de hom- pero no creees en los sueños Machado, Mi amigo es filósofo, pero tampoco cree como yo en Bergson. Le hablo un poco de aquebres y mujeres, en opuestas direcciones. creo. Recuerdo otros pasajes de aquel Casi todos van a prisa, apurados, fijos. poeta que tanto soñaba, que soñaba ca- llo de el pensamiento y lo movedizo de cómo el razonamiento no es una paSe diría que no ven la luz de la tarde, ya casi noche, que no sienten cómo los minos, que soñaba colmenas y fuentes nacea universal ni sirve para todo y de en sti corazón. Mi amigo insiste en que que hay una verdad bajo lo mecánico, envuelva y acaricia con una hermosa discreción. Muchos de estos transeúntes aquél era otro soñar, pero no el de es- sobre lo razonable, que sólo se atrapa tendrán en su ánimo problemas difíci- tar aquí, mirando pasar la gente, echan- mediante el sueño, mediante ese soñar do la vista por un segundo hacia las es- despierto que él sospecha haberme inles, como la mayoría de nosotros, pero esto no puede suceder con todos. Por trellas para ser sorprendido por una voz terrumpido. Le pregunto que dónde- me lo menos, alguno dé ellos podría sus- cortante. deja a don Pedro Calderón cuando sospender su preocupación, archivar por Sü algo detesto de verdad, es la con- tiene que la vida es sueño, y a su conunos minutos el problema en su alma- fusión de términos vitales con denomi- tradictor (en un encantador librito) don rio (donde cada cual tiene su alma) y naciones literarias. La palabra román- Eugenio d Ors, cuando asegura que el dedicar un rato a gozar, con el sencillo tico ha venido a ser, al cabo de un si- sueño es vida. Mi amigo gusta de esta esfuerzo de llevar los ojos abiertos, este glo de manoseo por gente insensata o noche (ya ha dejado de ser tarde, ya se delicioso instante vesperal. cursi, una palabra exenta de contenido, ven muchas estrellas sobre el cielo parcuando no casi insultante. Jamás he po- ticular de esta calle) mi amigo es senMuy de vez en vez pasa uno que se dido comprender, a pesar de mi profun- s ble, pero no cree en los sueños... advierte va compenetrado con la tarde. da, medular afición por lo clásico, que No ha querido beber nada. Se des, A su manera, con mayor o menor in- lo romántico sea despreciable. Si confuntensidad, pero se deja ver en su andar, dimos lo romántico con el hecho de po- pida y me recomienda, afectuoso, que en la expresión de su boca, que la tarde ner los ojos en blanco y decir imbecili- no me pierda demasiado. Se va, como le parece bien y que no la está despre- dades rimadas a una doncella, entonces tantos de los que pasan, como me iré yo ciando. Pasan y pasan hombres y mu- sí sería razonable detestar lo romántico. dentro de un rato, pero él es de los que jeres. La calle, ancha y espaciosa, tiene Estamos demasiado cerca de ese movi- van de prisa. Se ha vuelto y me ha diya las primeras estrellas sobre su cielo miento literario (y humano, de grandes cho: Hasta mañana. No sé si lo veré particular. Las miro por un segundo y consecuencias) para juzgarle todavía con mañana, nadie sabe a quién va a encontrar mañana, y por eso me dedico oigo una voz ante mi mesa: ¿Soñando, cierta independencia. La gente suele eh? Me asalta una especie de secreto confundir romántico con sentimental, lo más intensamente a gozar esta noche naciente de primavera. No creo- que la rubor, de inverosímil azoramiento. La mismo que suele confundir clásico con voz de mi amigo, que está delante de clasicista. ¡Buena diferencia hay entre vida sea una sombra caminante, ni una mí, con una risa cordial y comunicativa, ambas! Clásico es lo que sobrevive, lo breve candela, ni tampoco un cuento que parece haberme sorprendido en un mo- duradero, ló eterno en arte, y clasicista no significa nada, un cuento dicho por mento indigno. Domino rápidamente esta es el- que se empeña en ser duradero y un idiota, full of sound and fury Ni impresión estúpida, hago una seña al eterno antes de tiempo, antes de que esa que el sueño sea fuga, debilidad o reamigo para que se siente a mi mesa y a cualidad se la asignen los siglos. Entre curso sentimental. ios pocos momentos el diálogo se cier- clásico y clasicista hay tanta diferencia Hay diversas maneras de soñar, como ne sobre los sueños. Mi amigo es hom- como entre eléctrico y electricista. Lo de todo. Se puede soñar mal y soñar f bre inteligente, sincero, agudo, que no primero es una fuerza, lo otro, un ofi- bien, con sinceridad y sin ella. Quizá cree en los sueños. Ni en los que se tie- cio que se empeña- -a duras penas- -en todo lo que soñamos es recuerdo. Tal nen durmiendo ni en los que se fraguan dominar esa fuerza. vez el presente, aun en los momentos de en vigilia. Yo le digo que creo, especialPor otra parte, ¿quién es el que juz- mayor felicidad, tenga que estar ya temente, en loffque se sueñan en momentos ñido de una posibilidad inmediata de ser como éste, cuando uno está solo, miran- ga románticos ó soñadores como con- pasado para poder transformarse después do pasar a la gente, distraído sin absen recuerdo. Quizá el mayor goce de tracción, contento sin regocijo, tranquiaquello que sucedió, llenándonos la vida lo sin pereza, vivaz sin esfuerzo. Inmede sabor total, aunque sucedió en un insdiatamente después de aseverar esto, tante, fuá solamente para esto: para ser hago una aclaración bastante superflúa: recordado, soñado, ahora, cuando todo que ño me interesa ser confundido con adquiere una vida casi más profunda que Abra mercados a el soñador que se retira de la vida para la vida que tuvo al suceder. Porque esas soñar. El pensamiento en actividad, a manos, esos ojos que parecen escapársesys productos una hora como ésta, viendo seres r o nos de la memoria cuanto más querernos les, árboles verdaderos, estrellas seguras, anunciándoos en recordarlos, con una especie de fugitivo entra en una zona que no es la del radolor, estaban hechos, aunque no fuese zonamiento, ni procede por inducción al para otra cosa, para llenar este momencontemplar las cosas, ni deduce nada de to deja tarde, que ya es noche compleellas. Se ¡imita (para mí) a un claro plaf érea de A B C ta y que rodea mis pasos cuando me Concer un poco divagante y voluble, pero fundo con los que van y vienen por la que radica sobre cosas vivas, y, especalle. cialmente, sobre recuerdos más vivos José María SOUVIRON i

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