ABC MADRID 26-05-1955 página 67
- EdiciónABC, MADRID
- Página67
- Fecha de publicación26/05/1955
- ID0000498439
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MftC Nf KOMA LOS DOS MONUMENTO AMUSSOLINI OMA. (Crónica de nuestro c o r r e s ponsal. fl e n Ito Mussollni tiene no uh monumento, sino daf etx la urbe. Dos monumentos tabú que le evocan siempre y que nadie se ha atrevido a tocar. El primero es de granito, sólido, bello, altlro y brillante, según los cánones arquitectónicos de la Era con su nombre bien esculpido, con el titulo de Dux en gran des caracteres, y en ía cumbre triangular d e l obelisco, u n a plancha. maciza de oro que refulge al sol como un faro. Pero ni las fuertes oleadas del antifascismo, en la: hora cómoda de la catástrofe, ni el odio disparado con baterías de todos los calibres fueron capaces de derribar el monolito mussoliniano. ¿Y por qué? Pues por la sencilla razón de que mascando chicle lo defendieron los soldados de los Estados Unidos de América que, gracias a la imaginación un poco faraónica del difunto Duce pudieron instalarse con espléndida! comodidad en los magníficos edificios que lo rodean y gozar de la grande y estupenda piscina del Foro, que hoy la República se obstina en llamar Itálico, y que las gentes de fuera y de dentro no lo conocen por otro nombre que el de Foro Mussoliní R If Pilado de Ventoia, (tn l circulo, el famoso balcón de Muuotlnt. Este es el monumento propiamente exaltador de la gloria del fundador y símbolo del fascismo. Pero existe otro, mas céntrico y más elocuente por su carga histórica. Es el balcón, umversalmente famoso, del Palacio Venecia, en el corazón de Roma, que se abre sobre las entrañas descubiertas de los vestigios clásicos y cesáreos de la Madre por excelencia de todas las ciudades. Los romanos y los italianos todos, cuando pasan ante la Imponente mote, ven el cuadrante del balcón único como el podio insustituible de Mussoliní. El corazón del Duce su voz, su recuerdo, bueno o malo para sus compatriotas, palpitará, siempre en ese elevado antepecho del histórico Palacio, y unos con xnl radas de odio y los más con miradas de amor dirán siempre: ¡Este es el balcór. de Mussoliní! Y las máquinas fotográfica: de los turistas extranjeros le disparar constantemente, porque es un recuerdo Imprescindible que hay que llevarse a las tierras de cualquier latitud del globo. Y los guias de las Agencias de viajes lo se sefialan con voz dulce y con reverencia dramática. Y muchos italianos quisieran hacerse la ilusión, ya imposible, de que se abrieran sus cristaleras y se contorneara, de nuevo, la maciza figura del hombre más Ilusionado de Italia, que las perdió todas por exceso de imaginación y falta de pulso. Todos los grandes, los Inmortales monumentos de Roma, piedras y calzadas, cúpulas y torres, Foros y Basílicas, templos y palacios, fuentes y obeliscos, estarán para siempre acompañados, en la catalogación de las cosas admirables por un monolito moderno y un balcón casi medioeval que recuerdan el trazo humano del último condottiero de una Italia soñadora de aventuras y grandezas, desmesuradas para los tiempos que vivimos. El orgulloso Mussolini Dux campeador en letras gigantes del obelisco que, desde las faldas de Monte Mario se encara con la Urbe, es el eco, convertido en piedra granítica, de la palabra y del recuerdo vivo, palpitantes en el balcón del Palacio Venecia. Al costado de este balcón, otro, con celosías, del Palacio Bonaparte, que nadie recuerda, evoca el lacerante dolor de UHS últimos años de Leticia, la Señora Madre, cuando, muerto Napoleón, recibió como postrera noticia jubilosa que la estatua d su hijo habla vuelto a ser cimera sobre ¡Columna Vendóme de París. Son dos, pues, los monumentos que Benito Mussolini tiene en Roma. ¡Quién sabe Jos que surgirán en Italia antes de veinticinco años! Julián CORTES CAVANHALAJI Monument dedicado al prohombre Italiano, en el Poro Itálico de Rom