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ABC MADRID 14-05-1955 página 3
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ABC MADRID 14-05-1955 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO I LUST R A D O D E INFO R MA C I O N G E N ERA L FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA CE TENA TRA vez los Borgia. y a h o r a para bien. La ciudad de Játiva, que vio a Rodrigo Borgia siendo niño pasear por sus calles sobre una jaquilla, le honra hoy uniéndole a su ilustre tío Calixto Borgia, y a un descendiente por igual ilustre, del mismo apellido, con la erección de- un monumento votivo. La piedad de un pueblo noble y bueno, y la intelectualidad poderosa y firme de los estudiosos valencianos, que en la desgracia histórica no han abandonado a su conciudadano, merecen la admiración y el aplauso de los historiadores y de cuantos, sin conocimientos especiales, creen en la eternidad de la justicia humana. Rodrigó Borgia, nacido en Játiva, salió de Valencia, donde había residido, para Italia, apenas entrado en la pubertad. Siguió sus estudios en Boloniai al mismo tiempo que ascendía en la. carrera eclesiástica. Desacuerdo con la costumbre de la época, probada con cien precedentes, fue, aun joven, elevado a la púrpura cardenalicia por su tío Calixto III, el erudito Alfonso Borgia, mentor de príncipes. Muy pronto, el año 1457, fue designado vicecanciller, cargo que disfrutó hasta se r electo Papa en 1492, o sea, durante el Papado de cinco Pontífices sucesivos. El Cónclave, a pesar de todas las alegaciones en contrario, votó en definitiva, unánimemente, a su favor. Los poderosos de la tierra se apresuraron a enviar oradores y embajadores para felicitarle y prestarle el debido homenaje. Los discursos que se pronunciaron en esta ocasión se conservan, y resultan un coro de elogios inspirados por una profunda reverencia. La confianza depositada por todos en él estaba avivada por el temor a la difícil situación de la hora histórica. En efecto, la Iglesia había pasado por el Cisma de Aviñón y por Concilios ilustrados, pero turbuleníó yTeñía aun áEiértas las heridas áel pasado. En Italia había muerto Lorenzo el Magnífico, intermediario de paz entre los diferentes Estados; usurpaba, en- cambio, el ducado de Milán el astuto y siniestro Ludovico el Moro, y dominaba en Ñapóles Ferrante de Aragón, hijo natural de Alfonso el Magnánimo, nacido en aquella ciudad, hombre capaz, cruel y ambiciosísimo, Venecia, a su vez, acosada en el mar por los turcos, se resarcía de sus pérdidas a expensas de sus vecinos. Los franceses, por fin, y para mayor complicación, invadieron la península. dividida y sin fe. Alejandro VI respondió a la confianza de los hombres de paz y se creció en el peligro. Expulsó a los franceses, que habían ocupado Ñapóles, y comprendiendo que la Santa Sede, A falta del brazo temporal de un emperador medieval que la defendiese, debía constituir un Estado propio que sirviera de baluarte a su li- bertad eclesiástica, puso mano á lá obra. Esta no era fácil ni podía ser suave. Respondía a una necesidad imperiosa. De este noble propósito provino la causa de su triste íama. Los grandes feudatarios de la Iglesia se habían adueñado de los territorios pápales, y a la hora crítica habían abandonado al Papa para seguir a Carlos VIII, su enemigo. Los barones ABC LUSD IAR 1 O T R AD O D E I N F O R M A C I O N G E N E RA L OTRA VEZ LOS BORGIA cardenal en Roma, había sido bandido en las serranías españolas. Todo f u e cambiado, alterado, falsificado. que vivían en la ciudad, y en los castillos No obstante, los errores básicos sobre del agro romano, de instrumento de la Santa Sede se habían trocado en domisu vida de éxitos- son mayores que los nadores de la misma, luchando los unos formales. contra los otros por esta dominación. Risum teneátis Dicen la mayoría Eran gentes poderosas, ricas, cultas, con de los escritores que Rodrigo Borgia es grandes relaciones, hábiles en la intriga: nefando, y no piensan que fue el hombre malos enemigos. Sus Cortes eran centros más respetado de su tiempo. Carlos VIII, de maledicencia, alimentada por el gecon un numeroso ejército y la mejor arnic literario, siempre dispuesto a volar tillería hasta entonces reunida, estando con las alas de la fantasía. en Roma, le pide la investidura del Reino Alejandro VI no midió las fuerzas de de Ñapóles; Borgia se la niega. El Rey, los adversarios. Seguro de sí mismo, con a pesar de ello, le sirve de monaguillo rápida resolución, puso término al abuso en. una misa solemne que ofició el Ponexclamando: Aquí manda el Papa y tífice. La familia Borgia, se estatuye solamente el Papa. Ordenó a César, como cosa indiscutible por seudohistoriadotado de las más altas cualidades midores, fue incestuosa; y ninguno de ellos litares que lá época exigía, expulsar se ha tomado la molestia de explicar por de su dominio a los feudatarios infiequé, entonces, estos supuestos incestuoles, a todos, y a los insolentes barones, sos entraron en el seno; de las más hode Roma y del territorio inmediato. Esnorables, respetadas y poderosas familias tos, como llevados por un vendaval, fuede sangre real de Europa. Efectivamenr ron errando por él resto de Italia y por te, Pedro Luis y JüaniBorgia. se casaron, el mundo, e iniciaron la cruzada verbal, el uno después del otro, con una sobricuyo eco resuena aún. Su labor fue efina del católico Rey don Fernando; Cécaz y hábil. Falsificación de documentos, sar, del mismo apellido, scon la hermana epigramas, pasquinadas, cartas, relatos del Rey de Navarra, parientejde is XII, históricos fundamentalmente alterados, célebre en. los anales de laicalurnnia; Lufueron las armas usadas, las únicas que crecia, con el duque de Mantua, respepcféeían. Alejandro VI les venció fáciltado y riquísimo, y el último hermano, mente, pero muerto él, fueron favoreciJoffre, con una parientaídel Rey de Nádos por Julián de la Rovére, que Tes depoles. Se dice aún rnás, tque; el Papa es volyió el poder y la riqueza. Los feudaodiado ¿por todos, y al mismo tiempo se tarios dé la Iglesia y los grandes baroadmite que en todas partesfpesaba su vones romanos siguieron con más ahinco luntady se le obedecía. Le ¡suponen deentonces su labor moralmente homicida, dicado a los placeres, y a renglón seguiahora más efectiva, porque atacaban un do nos ofrecen el relato de su vida labo pasado qué nadie tenía interés en defenriosísima, que organiza epEstado Pontider. Alejandro VI, como les sucede a ficio da la autonomía administrativa a todos los grandes de la tierra, no había la ciudad de Roma; fija las bases de la dejado camarillas que le amparasen ni se Reforma eclesiástica, que ¿coinciden en había preocupado de su fama histórica. l 0 fundamental, con las resoluciones posSonreía ante los infundios y despreciaba teriores de Concilio de Trento; defienlos insultos: no creía en la fuerza de la de los; derechos territoriales d é l a Iglesia, ya que no puede impedir qvré éí exLa fama de Rodrigo Borgia fue ennetranjero se apodere de Milán y Ñapógrecida por actos de venganza verbal les interviene en la política internaciocontinua e irreductible durante más de nal para mantener un equilibrio de fuerun, siglo. La historiografía posterior se zas entre los invasores, equilibrio que dedicó a reunir cuanto de airado y falso permita al resto de Italia seguir disfruse había escrito en la hora del odio y tando de su independencia. Se le acusa. de la batalla encarnizada. No se examisobre todo, de envenenar a sus enemigos a s s enemgos naron directamente los hechos, no se esy al príncipe Djem de Turquía, y no se tudiaron los documentos, no se coordinota siquiera, tanta es la ceguera histónaron los relatos. Basta decir que hasta rica, que este último murió después de el nombre de familia del Papa se dejó haber ido en pleno invierno a caballo de averiguar, llamándole Llanzol en ludesde Roma a Ñapóles, en el séquito, y, gar (de Borges, y se escribió con toda sevirtualmente, prisionero de Carlos VIH, riedad que durante el tiempo en que fue y que enfermó casi un mes después de haber salido de la reclusión vaticana; ni tamooco que las otras supuestas víctimas de la cantarela borgiana fueron amigos del Papa y sus constantes protegidos, mientras gozaron de buena salud sus peores enemigos. Podríamos seguir contando casos atrabiliarios en el relato de esta vida, donde mmio el error es continuo, total. La historiografía moderna aun debate el caso Borgia. Por esto hacen bien los descendientes de los quO fueron amigos de infancia de Rodrigo, honrando al Papa que tuvo el mayor sentido político v el carácter más rirme del p -an período histórico llamado Ren. ii; nto anuncíese en todo por medio de laEdición Semanal aérea de se e Orestes FERRARA

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