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ABC MADRID 26-04-1955 página 13
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ESOS HOMBRES -LLAMADOS MINIOS... L OS niños juegan, leen y sueñan. Juegan y sus acciones se asemejan a las del héroe que quisieran ser. Sueñan y su tierna fantasía se traslada a os parajes exóticos donde vive su héroe. El niño lleva siempre, dentro de sí, un héroe al que adora. Un héroe valeroso, leal, sagacísimo, atlético, triunfador. Un héroe que hace culto de la patria, del honor, de la mujer, de la amistad y del valor. Un héroe, en fin, que es acicate e ilusión, meta y paradigma. Y este grandioso héroe, este ídolo incomparable del niño, es un simple dibujo sobre papel. Un dios creado a medias entre el dibujante y el escritor. Al perfilar este héroe, ¿giensan los autores la gran responsabilidad que les concierne? Hoy, en Salamanca, la ciudad monumental y bellísima, la ciudad donde vivieron sus amores trágicos Calixto y Melibea, se va a tratar el problema de la Prensa infantil. La cuestión no es privativa de España. En octubre del pasado año, Charles F. Murphy, magistrado de Nueva York, dio la voz de alarma softre esos géneros terroríficos que brindaban su lectura a las imaginaciones juveniles. Se creó una Asociación de Prensa Infantil y se promulgaron unas normas. De los veintinueve editores importantes que publican al año unos 720 millones de ejemplares de historietas para niños- -el 80 por 100 de la circulación total- veintiocho se adhirieron a la Asociación y aceptaron las normas. Como consecuencia de ello, más de treinta y cinco publicaciones fueron suspendidas por los propios editores. En Inglaterra, a principios de marzo, se publicaron determinadas reglas a las que habían de someterse los Comics esas estupendas historias de terror como fueron calificadas por las autoridades, castigando las Infracciones con multas superiores a las cien libras (unas diez mil pesetas) y penas de cuatro meses de cárcel. Se combatía, primordlalmente, toda alu- sión simpática al crimen, la creación dé aureolas en torno a los delincuentes (recuérdese la figura de Dick Turpin, de Antony Trent) el horror, las violencias, las cuestiones sexuales. En España una labor parecida ha venido realizando la Junta Asesora de Prensa Infantil, creada el 21 de enero de 1951. Esta Junta da normas a las editoriales, vedando en líneas generales los mismos puntos que en los países citados: crímenes repulsivos, invocaciones al diablo para oía tener éxitos, Cuentos que ironicen a los maestros o a los padres, los que pongan en ridiculo la vida familiar (el tópico de la suegra feroz, de la mujer que agrede al marido con la vajilla, etcétera) la exaltación del odio o la venganza, las efusiones amorosas excesivas. En cuanto al estilo, aconseja que sea sencillo, directo y poético. En esta I Asamblea Nacional de la Prensa Infantil, de Salamanca, se presentará un Estatuto de la Prensa infantil para su sanción definitiva y, si se tiene en cuenta que las publicaciones infantiles- -editadas n su mayoría en Madrid, Barcelona y Valencia- -sobrepasan al medio centenar! podrá apreciarse la complejidad de- ésta regulación. En España las tendencias desviadoras no son muy notables. El problema de nuestra Prensa infantil es, fundamentalmente, un problema de falta de inspiración. Podrán aducirse en un segundo plano dificultades de tipo editorial (carestía de papel, pequeños mercados, excesiva competencia, etc. pero en realidad la presentación formal de las revistas es muy superior a su contenido ideal. Basta hojear cualquier historieta para encontrarnos al momento, bien con un verdadero arsenal de pistolas, metralletas, lanzallamas y bombas atómicas; bien, si el periódico es humorista, con las consabidas suegras antipáticas, los amigos del sablazo, los novios de las hermanas y las tatas que indefectiblemente, han de romper riquísimos jarrones de Sévres. Farece ser que los guiones para estas historietas no wueden apartarse de tan resabiado cauces. De ahí, la vulgaridad y poquedad que se observa en la mayoría de las revistas infantiles. ¿Motivos? No cabe duda que el escritor español rayaría muy alto en cuanto a ingenio y fantasía dentro de estos géneros. Pero el guionista se mueve en un enorme vacio social producido por el escaso aprecio que en los círculos literarios se concede al autor de temas infantiles; de otra parte, la remuneración es escasísima, y el escritor, siempre enmascarado en el seudónimo, dedica un tiempo sumario a la redacción de los guiones, improvisándolos con laj mayor urgencia. Este riguroso anonimato en que se escuda 1 guionista literario y los escasos honorarios que percibe son los males básicos que restan estímulos a su inspiración. Por todo ello, la actual Asamblea hemos de confiar que se trate esta cuestión con interés y se procure redimir al autor de la órbita precaria en que hoy se desenvuelve, pues en su ingenio creador está la clave del problema: una elaboración más lenta, más cuidada y más educado- nal de los guiones. V no nos rasguemos las vestiduras ante el exceso de tpopey a s que Inundan nuestras revistas literarias. Huyamos, si, de crear en la conciencia de los niños un espíritu MUcista, pero no coartemos su naitural y sana inclinación á lo épico, porqué cuando, Imitando a sus inefables héroes, el niño empuña el colt o se coloca en el pecho, paladinamente, 1 a estrella de sheriff lo que alienta en su ánimo no es, en definitiva, otra cosa que ese sublime impulso varonil que le mueve a la supera clon y al triunfo y que, por ende, le diferencia del s e x o contrario. Osear NUÑEZ- MAYO (Fotos Gamboa:

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