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ABC MADRID 22-04-1955 página 3
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ABC MADRID 22-04-1955 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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D 1 A Rl O 1 1 A- D 1) 0 b j u so I o H VIV A c N FUNDADO EN 1906 POR DON TORCUATO LUGA DE TENA ti e N R A i 0 I A R I O 1 L U sT. R A D O D E N FO R MA G i O N i G E Ñ E R A L í- historia. El hombre ha sabido que vivía bajo el ojo de Dios, pero Dios es infiriit a m e n t e bueno. Y salvo El, nadie sabía tantas cosas. Se podía vivir sin dejar huellas; n este mundo, nuestros pasos, nuestras palabras, nuestros gestos, se iban borrando, como la estela del nadador en el agua. Se sentía uno libre, ligero, nuevo. Pero llegó un día en que la burocracia empezó a querer saberlo todo y a registrarlo. Primero con plumas de ave, como en el libró de mi estampa antigua; luego, en tarjetas perforadas de las Business Machines, en complicados archivos electrónicos, con radiografías, análisis, huellas dactilares, certificados, tal vez reacciones de sueros que descubren hasta los más recónditos pensamientos. Si se viaja, 1 viaje no termina: queda registrado. Si se cambia de domicilio, la serie de todos los de nuestra vida queda adscrita a nosotros; cuanto hacemos queda fijado, indeleblemente grabado, y es sabido, retenido, recordado a perpetuidad por alguien. ¿Por quién? Por cualquiera, por el Estado, la Administración, la Burocracia, que intenta suplantar a Dios y realizar- -sin caridad- -su reino en la tierra, quiero decir, su poder, su dominio. LA BUROCRACIA COMO UNA A JL casi al mismo tiempo, dos coFORMA DE SATANISMO sas absolutamente distantes, pero entre las cuales me parece descubrir una recóndita, conexión: un informe sobre la Administración federal de los Estados Unidos y. tina vieja estampa religiosa española. EÍ informe, publicado por la Prensa, da unos cuantos datos; que conviene retener. El papelea administrativo cuesta al Gobierno americano- -es decir, a los contribuyentes 4.000 millones de dólares al año. Las cartas, del Gobierno se elevan a cuatro millones, cada día; y como cada carta supone considerable; trabajo- -copias, archivos, etc. y el trabajo sé paga muy caro sé calcula que cada, carta cuesta un dólar. -El informe añade muchos más datos, pero no es necesario insistir; quizá uno más sea oportuno: hay en los Estados Unidos 750.000 empleados dedicados al papeleo. Naturalmente, se trata sólo del Gobierno federal; si se agregasen los Gobiernos de los Estados, los Municipios, las. oficinas privadas, las cifras serían mucho más aterradoras. Está empezando a ser un serio problema almacenar los papeles; los archivos y carpetas amenazan, con. llenar, él país. No hay que decir que los Estados Unidos no son una excepción más que en una cosa, en tener estadísticas minuciosas y publicarlas. El fenómeno es universal, y no creo que haya un país que se salve de él; en algunos es más agudo que en otros, pero en todos existe; y, lo que es más grave, está en vertiginoso incremento; en Norteamérica, mientras ert 1912 el término medió era de. 5.5 cartas oficiales por empleado, en 1954 ha sido de 522. Se piensa coa espanto qué será a fin de siglo, -si. es: que los papeles nos dejan lle: gar hasta; allí. La estampa a que nie refiero es conmovedora. La he encontrado, también en urt lugar conmovedor: la iglesia de Nuestra Señora de los Angeles, en la; vieja Plaza (así, Oíd Plaza que fue el centro de esta ciudad, el que le dio S U nombre. Una plaza decaída, Venida a ménosi hoy a trasmano, junto a la- mejiK cana Olvera, Street, qué ya no es. más que un residijo. En la Plaza, tan melán- cólica, hombres cansinamente sentadó- S en bancos, hombres de piel aceitunadja y pelo negro, que, sin duda, no han ericontrado su camino. Lo único espléndido son unas- higueras centenarias, enormes, que exhiben unas rugosas, impresionantes raíces, sobre las cuales se hubiera podido escribir un estremecedor capítulo de filosofía existencial. Y en la; iglesia, llena de luces y dorados, reconstruida y siempre vieja, con un patio blanc o y una. tiendecilta, hombres vencidos y mujeres resignadas escuchan, triste y esperanzadamente, una novena predicada en; español, una tarde de domingo, mientras a poca distancia corren, a sesenta 1 o setenta millas. por hora, innumerables automóviles por las freeways que; se entrecruzan a cuatro, distintos niveles. La estampa es muy vieja, sin duda romántica. Tiene- una leyenda que dice: La omnipresencia de Dios. Arriba, Una cabeza de Dios padre, con cabellera rizosa, rostro sonrosado y largas barbas blanquecinas; en su mano derecha- -asoman, entre nubes, sus brazos, envueltos en un tejido violáceo- una cruz; junto a su izquierda descienden unos rayos, y se lee a. ambos lados: O la Cruz en éste mundo, o el Infierno en el otro Debajo de la divina figura, a la izquierda, una oreja; en el ¿entro, un ojo; a la derecha, un libro abierto, en el que escribe con pluma de ave una mano que sale de las nubes, y tres inscripciones: Dios lo oye todo Dios lo ve todo Dios lo sabe todo Debajo, sobre el globo terráqueo, una- mano sostiene una balanza; en uno de los platillos, una blanca figura arrodillada con una cruz y un ángel aliado, y otra inscripción: Un momento en el otro platillo, Un diablo negro con alas de murciélago: y otra inscripción: Una eternidad. Más abaj o e n cuatro óvalos. otras tantas ésce- ñas con sus inscripciones: El hombre justo La muerte del justo La muerte del pecador El hombre pecador Por último, una calavera con dos tibias cruzadas y una última inscripción: En este espejó puedes ver lo que llegarás a ser. ¿Qué tiene que ver el mi r m e dé la Comisión Hoover con esta ingenua y tremenda, estampa española, que todavía rueda por los devocionarios mugrientos de las mejicanas que oyen su novena en la iglesia de Los Angeles? Me parece claro que ése es el último sentido de la burocracia contemporánea: realizar en la tierra la omnipresencia de Dios. Dios Jó oye todo, lo ye todo, lo sabe todo, sí; pero sólo Dios. Este ha sido el gran consuelo de lá humanidad durante toda su w- -y AN venido a I- -I mis m a n o s Titándo pickt ésfa marea atiene Se dan erra. Séviíia y Sagúntb, Y cada vez más. Como todas las cosas mecánicas, la Burocracia es insaciable e implacable. Cada vez pide más datos, cada vez quiere saber más cosas y que éstas queden copiadas más veces, registradas en más lugares, puestas en conexión con más datos. Cuando creemos que hay una zona de nuestra vida que puede permanecer oculta, o al menos olvidarse- -simplemente porque no tiene interés- resulta que a la Burocracia también le interesa. Por esto digo que es una forma de satanismo, un intento de usurpar el punto de vista y las prerrogativas de Dios. Los que llamaron a Felipe II Demonio del Mediodía (jugando con la geografía española y con aquel inquietante, turbador Demonio meridiano de los Salmos) no sabían que sólo acertaban en un punto: la obsesión burocrática y oficinesca del Rey escurialense. La Burocracia, con mayúscula, la que hoy domina el mundo, es una manifestación de satanismo, y en su inspiración profunda, si se mira bien, responde exactamente a, eso: olvido de Dios, suplantación de El por el poder temporal y la organización, pérdida de la fe viva en la vida perdurable. Pero esto no quiere decir, claro está, que participen personalmente de ese satanismo les hombres individuales qué realizan los menesteres de que vengo hablando Los instrumentos dc todas las formas de satanismo suelen ser, en todos los tiempos, unos pobres diablos. Julián MARÍAS

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