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ABC MADRID 20-03-1955 página 33
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ABC MADRID 20-03-1955 página 33

  • EdiciónABC, MADRID
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S -La mujer es ordenada y asidua en sus trabajos. Puede llegar a rendir más que el hombre en numerosas actividades. Cierto sujeto, muy observador y aficionado a las cafeterías, dijo al oír las anteriores palabras del científico americano: US razones tendrá sir A d o l f o- -He ahí el peligro, que la Abrahams, alerta septuagenario mujer llegue a arrebatar al para decir en un libro suyo, pu- hombre todos sus argumentos, blicado fracs unos meses, que la mujer no hasta el del sacrificio de su es igual al hombre, sino muy superior. Se trabajo. basa el investigador en deducciones puY añadió, muy seguro de sí ramente científicas. La cuestión, por añe- mismo: ja, no pierda interés y fragancia: ¿la mu- -Es cada vez más acusada jer es inferior, igual o superior al hom- la presencia de la mujer en bre? Sir Adolfo Abrahams responde siem- las cafeterías, en las barras de pre: los bares, en los grandes al- -La mujer no dispone de más de dos macenes... ¿No es eljo un síntercios de la energía muscular del hom- toma del alarmante avance febre; en cambio, está menos sujeta a los menino por senderos tomados humores malignos y a gran número de hasta ahora por el hombre de otras enfermedades. Además, su bravu- un modo exclusivo? Honradara moral es generalmente extraordinaria. mente, yo digo ¡sí! La cafeA estas consideraciones médicas y psi- tería, con sus risueñas servicológicas añada el investigador inglés doras, es todo un símbolo de otras menos discretas. También cierto nú- ese lamentable periclitar del mero de investigadores y no pocos escri- varón ante ciertas tareas. Si tores franceses andan a cuestas con el ustedes preguntan por el setema desde la puesta en circulación del creta del buen éxito de las libro del señor Abrahams. El asunto pasó cafeterías a sus innumerables a Italia en forma de encuesta periodísti- clientes, éstos dirán que está ca y ocupa desde hace algún tiempo la en el hecho de ser el pretenatención, de varias publicaciones periódi- dido moka servido por mujecas: ¿Vive la mujer más que el hombre? res. Ese líquido negruzco, a La donna é piü forte dell uomo. Le veces aromático, es, por lo dedonne potrebberc dominare il mondo... más, igual que acfiel que nos Son títulos de varias informaciones. vendían en los cafés antiguos; Otras voces autorizadas nos aseguran sólo que en éstos teníamos que que la mujer soporta mejor que el hom- soportar la presencia de a vebre las diferencias de temperatura. Su co- ces tristes, a veces indiferenrazón late a una meiia de 15 golpes me- tes y bigotudos camareros. nos por minuto. Produce menos energía, ¿Por qué, si no, hay tantas pero pisrde sus reservas menos velozmen- cafeterías? ¿Per qué, por qué? Una sonrisa a tiempo evita un discurso vigoroso obre la ínfima calidad del llamado café- oaté. -La proliferación de las cate. Si hace calor, la temperatura de la mujer es casi siempre dos grados más feterías obedece a ciertos signos y determinadas influencias del tiempo bslsillos de los c h a l e c o s varoniles. baja que la del hombre. Días pasados, un investigador ameri- que vivimos- -comenté, por decir algo. -Pues verá usted- -añadí, sin perder la- -Ko, amiguito- -replicó inmediatamen- calma- según los datos de algún orgacano dijo: te el asiduo- Le nismo, hay en Madrid unas 150 cafetediré, y aquí tiene rías. Por el contrario, ¿se ha puesto usmucha materia de ted a contar las tabernas y los bares que información perio- hay en la ciudad? En cuanto a los sueldística, que la ca- dos, no parees que éstos sean objeto de fetería es l u g a r codicia por parte de alguien. Una muchadonde se observa cha dependiente de primera categoría viecon cierto detalle ne a cobrar unas 420 pesetas de sueldo el fenómeno. mensual, 300 pesetas de la parte que le- ¿Qué fenó- corresponde del bote y 80 de no sé qué otro porcentaje. Como usted ve, nada que meno? influya notablemente en- -SI fenómeno económico del sexo feo. el nivel social y ése: el del despla- -Usted es un conformista. Tal vez sus zamiento del hombre de algunas de ojos no ven lo que acontece a su alredes u s tradicionales dor. ¡La mujer nos suplanta, amiguito I La cafetería es todo un símbolo de la creactividades. -No es p a r a ciente pujanzaal del bello sexo. conversaY volvimos principio de la tanto ni es tan buenos discutidores españoles. tradicional esa ac- ción como parte, confieso con ingenuidad Por mi tividad en el hom- que no observo ese desarrollo de las fuerbre. Si nos pone- zas femeninas sobre el mundo. Parece ser, mos a calcular, no como dice un ilustre escritor amigo, que hay muchas cafe- todo lo importante que una mujer haya terías en Madrid, de ser será en función de lo que el homdonde vivimos. bre sea. Nada hay que temer, aunque nos- ¿Cómo que vengan alarmantes avisos de algunos hono? ¡Hay una pla- rizontes más o menos científicos y literaga de ellas! Ade- rios. En último caso, ahí está el tema a ma los sueldos, disposición de los versados. La presencia los t a n t o s por de la mujer en la cafetería, como en cualciento y el pro- quier otro lugar, es siempre agradable. d u c t o de l o s José RUIZ TERRÓN b o t e s deMan En las cafeterías acabamos por tomar aquellas. misma cota que nos ir amparar a los oervfan en los antiguos oafés. (Fotos del autor.

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