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ABC MADRID 20-03-1955 página 23
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ABC MADRID 20-03-1955 página 23

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C DOMINGO 20 DE MARZO DE 1955. EDICIÓN DE I, A MAÑANA, PAG. 11; Crítica y glosa SOBRE LA TIERRA A R D I E N T E por Enrique Nácher Ediciones Cid. Madrid, 418 págs. 50 ptas. JUVENTUD PERMANENTE 7 STE libro no es más que una novela empieza por decir el autor en su AdAsi como hay manantiales caudalosos I vertencia Nada menos que una novela, cabe corregir por nuestra parte. Que no se agotan nunca, así hay perso. 4- Claro es que Enrique Náciier no se refiere a la calidad de su obra, sino a nalidades de una vitalidad tan acusada la cantidad de invención eue en Sobre la tierra ardiente pueda existir. Pero es que en ellas la juventud sólo se extinindudable aue los novelistas no invenían del todo, KÍ sería, posible, ya que la. realidad gue con la muerte. Pasan por la maduse infiltra, en mayor o menor grado, en toda creación artística. Por eso, Enrique Náres y por la senectud con el mismo ponecesidad de con un la intervención de su inderoso impulso de los veinte años, y ni la cher experimenta la eue ahora nos matizar prendido casi solapa el lauro reñidísimo ventiva en la novela ofrece, en la experiencia les desilusiona ni el desenga Ondas Y todavía hace el autor una salvedad más, muy frecuente, por ño les endurece. Se diría que Dionisos les del premio las cierto, en al Si emborrachó de vida. Que viven en una personas de lanarracionesdebe gusto actual: comose produce alguna coincidencia con vida real, considerarse casualidad. constante embriaguez de alegría y de diUn realismo derivado de experiencias y observaciones propias informa, en efecto, namismo. Alegría de vivir, porque la vida Sobre la tierra ardiente realismo de mucha casta española, y no es de otro caes hermosa. He aquí su lema. rácter el ambiente que respiramos, apenas traspuesta la primera página. Ambiente Y así van siempre. Con la sonrisa en de pueblo valenciano, y valencianos los personajes oue ahí se mueven, individualilos labios. Con el corazón abierto a la zados con la stistaníividad que acusa, en el hecho mismo de su presencia, ese fuecte indulgencia. Porque para ellos nadie ni y rudo Vicente Berenguer, que acaso debiera llevar otro nombre de pila para que no nada hay malo y todo tiene una virtud y se recele de inspiración tópica. Pero la verdad es que nada de lugar común levantino una belleza, por pequeñas que sean. Lledescubrimos en la casa de Visentet ni en el casino de Benifayó, no obstante el garán a viejos sin enterarse de que lo son. color local, conseguido con muy rápidos y certeros toques, sin forzar la nota, ni Y ya en el umbral definitivo, seguirán ha- mucho menos, en el uso, casi momentáneo, del habla dialectal. ciendo proyectos, cuya realización exigiDe igual suerte que la realidad inmediata penetra incluso en la novela mejor doíía varios lustros o acometerá? empresas tada de fantasía, la abstreceión no suele faltar entre las más concretas formas de we o muchos cuarentones les asustan. un relato, y así caemos en la cuenta de que un personaje abstracto interviene en la ¡Bendito don el di estes hombres singulamuy real y corpórea acción de Sobre la tierra ardiente y hasta la dirige. Aludimos res, elegidos de Dios! al sucio vértigo de dinero cae se apodera de caracteres, tipos y situaciones. En No voy a hacer un artículo más sobrepuridad, la codicia es el verdadero protagonista de Sobre la tierra ardiente la las excelencias y prerrogativas de la codicia, alentada por el esníriíu de aventura, tan característico del homo meditevejez. Ya se hicieron muchos, con singurraneus Otro Viseníet -Blasco Ibáñez- -llevó consigo a miles de valencianos, hace lar maestría, y algunos en estas mismas medio siglo, a colonizar la orilla izquierda del río Negro, en la Argentina; los vapági 7i as. Pero sí unos comentarios- -de lencianos mismos, en el arranque de su raza, crae habían ido con catalanes y arapoca monta, como míos- -a un denso y degoneses a Oriente, y que emigran, en nuestro tiempo, a Argelia. leitoso libro que me leí de un tirón. De Este Viseníet de Enrique Ná 3i er, entre setenta familias más de faturos coloun tirón, porque se lee solo, en su ameninos, marcha a Venezuela, nuevo EIdorado, y la penosa gesta de este hombre eledad y galanura: Memorias dz un ingemental, tosco y entero- -que gana y pierde, que vence y es vencido, que lucha contra nisro político anotadas por D. Alfonso todo y contra todos, y cae, al fin, en la sima dei fracaso, con la pesadumbre de su Peña Boeuf. amarga nostalgia y la melancólica ilusión del retorno- la cuesta Enrique Nácher pieza, esclava matizacion. es ene el autor Escritas en un estilo familiar, la sen- en su animada novela. Carácter de iota 1 cillez de su lenguaje y la modestia de su logra, sin embargo, a la manera monolítica de acuella bien calculada- y patética rudeza con que Rotliii trabajaba la piedra. Asimismo calcula Nácher, muy a conciencia propósito no excluyen elegancias de buen de su arte, la gravitación del paisaje en los seres hnmanos. La figura de Berengiicr decir ni llaneza a lo castellano, que tanto se perfila sobre la naturaleza, y mutuamente se explican. Mano delante, llano deson como excelente pluma y más excetrás. Hacia todos lados, el desierto abría solitarios caminos de escapada... El celente contenido. Puesto que os hablo de menterio de Valencia- -otra Valencia- -se va llenando poco a poco de inmigrantes modestia, debo consignar que el autor de que a la hora de la muerte piensan en su terreía Como el Iiéroe de Sobre la este libro llega en ella a tal punto, que, tierra ardiente Pero nunca lo vemos solo. María, su mujer, es tipo femenino dibucon timidez de muchacho- -sigue en esto jado y coloreado con delicadeza, en graduado contraste. Pero no nos referimos a su inmanente e inalterable juventud- no esta compañía, sino a la masa de colonos, a las gentes, más bien presentidas o insiha querido, por rubor, poner a la venta nuadas al fondo, que cubren este cuadro de armónica comnosición. Po rcue estas sus viemorias y las regala, no ya a los gentes proceden a tono con el protagonista, en pierta anidad de acc; ón y pasión, muchos amigos con que cuenta, dada su cabría aplicar a la novela de Nácher el calificativo de unanimista a lo Jales arrolladura simpatía, sino sólo a aquellos Komains. qus se lo solicitan, conocedores, por terArmónica composición, decimos. Tal es, a nuestro juicio, la cualidad más acosada ceros, de que el tal libro existe. de esta obra, que restablece conceptos y procedimientos de la novela tradicional esTiran las palabras mías de otras, como pañola, de acuerdo, en este aspecto, con la novela universal moderna, no rigurosacerezas enredadas, y me salió, de entre ellas, la cereza de la simpatía. Que es mente contemporánea. Esto es. cuando el magisterio le era reconocido a Balzac, Todo ulteriores aportaciones ¿sicológicas a lo Dosotra de las características peculiares con Dickens, Galdós... Proust lo demás- -las conveniente dispersión de temas por el estilo toiewski, Joyce o y hasta una que se distingue la juventud permanente de la novela norteamericana- -se puede recibir por añadidura. Enrique Nácher, que de los hombres. Simpatía auténtica, emasirve, además, el plan de su novela con una prosa flexible y dúcíi! con usía interenada, por sí misma, de lo interior. No sante preocupación lingüística de asimilación hisnánica; Enrique Náciter, repetimos, simpatía rebuscada y postiza, como usan se halla en franco camino hacia una novelística de acento personal. muchos para, ganarse adeptos o conquistar voluntades. Se trata de esa que nace M. FERNANDEZ ALMAGRO de la, Real Academia Española por sí, al contemplar el mundo con visión generosa y risueña, sin rencores ni envidias que anublen la grandeza del alma. tal. Quedan pocos tan rebeldes como él a das de oficina y trabajo uniforme. ara Esa natural simpatía que posee el que todo sometimiento rutinario; al sueldo fijo este nuestro ilustra amigo, la iniciativa la posee, s n darse cuenta de ello, y que o al empleo seguro, con horas determina- personal y el propio esfuerzo aislzdo, sin cortapisas ni limitaciones, están por en es otra de las virtudes con que se avalocima de todo. Y prefiere los avalares de ra el diario de nuestro ingeniero. una indecisa, y fluctuante situación eco ¿Dicrio, propiamente No. ¿Memorias nómica- -casi siempre apretada en sus cominuciosas? Tampoco. Más bien resumen mienzos- -a las seguridades de una sujecde una existencia dedicada a la ciencia ción enojosa y forzada, que csterili a la y al trabajo. Aleccionadora enseñanza de inteligencia, mata el impulso v destruye disciplina autodidáctica y de rigor profela facultad creadora del ingzv. io. sional. Porque ingeniero viene de ingenio Este insigne ingeniero madrileño, que Y este D. Alfonso, un poco anárquico f tizne, más o- menos, la edad mía; que desordenado, se la arregla para hacer tn tiace en el mismo barrio donde yo he ALTA COSTURA nacido; que vivió a treinta pasos de mi Sigue presentando su colección de Prima- geniería por sí mismo, como aquel ol casa; que conoció y trató a mis propios vera- Verano todos los días, a las cinco dadito que hacía la guerra po. su cuenta. Crea empresas superiores a los medios ds vecinos, viene a ser el más vivo ejemplar de la tarde, excepto los sábados. aue dispone. Acomete hazañas cu? parede acusada individualidad, en estos tiem (Rigurosa invitación. pos d? colectivismo y de absorción esta- Plaza de la Independencia, Tel, 31 61 36 cen descabelladas. Improvisa cuando hay

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