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ABC MADRID 13-03-1955 página 63
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ABC MADRID 13-03-1955 página 63

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C D O M I N G O 13 DE M A R Z O DE 1955. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 65 Crítica y gtos YILLON, POETA DEU VIEJQ PARÍS por A. de Obregón F Cal clSn Austral Eapasa- Calnel. Arreetüia. 210 pág- inaa. (SUTIERREZ- RAVE, JOSÉ: HABLA EL REY Madrid, 1955. Prólogo da Julio Danvila Rivera. Un vol: 3 75 págs. Precio: edición corriente, 75 ptas. edicita especial, 15 0 ptas. José Gutiérrez- Ravé ha recogido minudosamente en este libro, Habla el Rey los discursos de D. Alfonso XIII, y, además de recopilarlos, los ha anotado. Parte el volumen del año 1902 con las primeras proclamas del Monarca a la nación y al Ejército, y termina con sus palabras últimas: ¡España! ¡Dios mío! y con su último acto: Besar el crucifijo La labor realizada por el señor GutiérrezRavé es altamente beneficiosa, por su contribución documental a la Historia próxima, por brindar el pensamiento de don Alfonso, expresado a lo largo de su reinado, en sus numerosos y variados discursos. Los hay a todos los sectores del país, y puede decirse que a todas o casi todas las entidades nacionales y profesionales, y en ellos resalta siempre la preocupación del Soberano por la buena marcha y el engrandecimiento de su Patria, así como por la justicia y la paz. En el autorizado prólogo de D. Julio Danvila Rivera, se nos dice: No sé lo qus cada cual sacará al finalizar la lectura de este libro, pero ante su contenido se puede asegurar que será favorable para el que fue Rey de España, conocido todavía en su vida por la mayoría de los ciudadanos hoy existentes. De mí he de decir que al leer y meditar cuanto contiene la obra, unas veces recordando y otras aprendiendo lo que el Monarca dijo, he acabado de consolidar mi criterio de QUS se trata de uno de l: s más inteligentes, mejores políticos, y con un patriotismo que es imposible superar. En efecto, esa es la enseñanza que se obtiene, y de una señalada significación, ya que proviene, no de la opinión de biógrafos, comentaristas o cronistas, sino dé fuente primigenia, ya que se forja en lo que el mismo Rey dijera. Completan el texto del volumen varios juicios de personalidades eminentes sobre el Monarca. Abre éstos la de Su Santidad el Papa Pío XII, y los cierra la del Jefe del Estado. Escritores, políticos, hombres de ciencia, etc. etc. se muestran conformes en reconocer el amor y el sacrificio de D. Alfonso XIII por España, y en otorgarle, con toda justicia, el título máximo de gran patriota. Imprescindible para el detenido estudio de D. Alfonso XIII y su reinado nos parece el libro de José Gutiérrez- Ravé, porQue es un precioso documento del que futuros biógrafos e historiadores tendrán que servirse. ZARAGÜETA, JUAN: FILOSOFÍA Y VIDA Vol. HE. K ¿l ¡l. C. S. 1 C. Madrid, 1954, 700 págs. NTONIO de Obregón, escritor y hombre de Letras, incluso cuando dirige películas, ya que toda, película es literatura también, dígase lo que se quiera, ha fijado su atención de biógrafo en la- increíble vida de Franjois de Villon. Increíble decimos- -y quizá huelgue esta aclaración- -por las íntimas contradicciones de tan fabuloso carácter, por la desconcertante mezcla en este personaje de abyección y don poético, por el aire tremendo que arrebató su vida, escamoteada, en misterioso final, dejando tras de sí, en sangriento rastro, huellas desconcertantes de un paso hacia el infierno de los grandes pecadores, o hacia el paraíso que aguarda a los que no perdieron la fe y la esperanza en la intercesión de la Virgen María: ...Emperiere des infernaux paluz... No seremos nosotros quienes reprochen a Obregón su preferencia por un poeta extranjero que ya cuenta con copiosa bibliografía, sin que falte en ella una obra española: la de Rafael Olivar Bertrand. La sugestión del extraordinario poeta y humano despojo, lejos de agotarse, está viva siempre, y a ese poderoso atractivo hace honor Antonio de Obregón, que enriquece la vieja estampa medieval de aquel país y de aquel excelso perdulario, con los nuevos matices de su interpretación personal. No en vano se titula esta biografía Villon, poeta del viejo París y por algo destaca el autor, a modo de divisa, en la primera página esta frase: Es el tiempo de Gil Rhais y de Juana de Arco... Bien: se ve, pues, que Obregón se ha propuesto dotar a Villon del ambiente que le fue propio en el tiempo y en el espacio, y lo consigue sin alardes eruditos, mediante los cuales intentara reconstruir el París del siglo XV; por el contrario gusta de evocarlo, en el punto vivo de su carácter, entre histórico y legendario, presente el dato pero reelaborado con el arte exigido por una narración sin notas ni otro apéndice documental que el muy interesante de las Baladas y composiciones varias de Villon- -en francés- intercaladas y traducidas en el momento oportuno del texto. Lo que permite contrastar el acierto de las versiones de Obregón, excelente destilador de tan delicadas esencias en el serpentín de nuestra lengua, sin pérdida de la gracia, ritmo y emoción originales, si bien pecan aquéllas a veces de literalidad. Hablábamos más arriba de la preferencia, de Obregón por el extraño poeta francés, pensando en la necesidad de que recibiese análogo trato vitalizador cualquier poeta de nuestra lengua y literatura, sólo en algunos casos excepcionales, objeto de adecuada biografía, y traemos a cuento, por lógica asociación de ideas o imágenes, a aquel Alonso Alvarez de Soria, de turbulenta vida, que acabó en la horca; poeta sevillano en quien Rodríguez Marín vio el antecedente de un personaje cervantino: el libertino Loaysa, de El celoso extremeño Comoquiera que sea- -he aquí el gTan servicio de Obregón al género biográfico- nos es dado disponer de un modelo para contar aquellas Vidas que, por ser novelescas de suyo, permiten resistir fácilmente a la tentación de novelarlas por capricho. Hasta la edad de veinte años, Villon estudia, se somete a las orientaciones de su tío, le deja en buen lugar, compone versos... El tío de Villon, clérigo de mucho saber, es quien con perfecto derecho usaba ese apellido. El sobrino se llamaba realmente Francisco Moñtcorbier, y bajo la dirección de aquél, parecía que el muchacho- -muy vivaz, alto, de expresión sobremanera inteligente, decidido, no sin algo de picardía y de malicia en sus ojos escrutadores- -parecía llamado a un destino intelectual, sin los extravíos y caídas ulteriores. Era ya el autor de la balada famosísima a petición de su madre, para rezar ante Nuestra Señora Nuevas baladas, trenzadas con su vida misma- -y es acierto fundamental de Obregón el relacionar la vida y la poesía de Villon- van marcando el desarrollo de un carácter cuyo hondo secreto nos intriga. No hay acción novelesca más interesante, por mucho que la compliquen la sorpresa y el ingenio, que la realidad de un íntimo proceso psicológico. Cuando Villon compone su balada A las mujeres de París ya es otro hombre; mejor dicho, el hombre galante, fácil a la corrupción, ha devorado al joven universitario que iba para humanista. Luego ¡vienen los años de extravío, de vida encanallada cue la inspiración poética ilumina a ráfagas con luces inverosímiles de exquisita poesía. Acompañan a Villon, del burdel a la cárcel, el pecado y el delito; homicida, al fin. Llega un momento, en su incesante roar, que no puede llamarse ni Montcorbier ni Villon. Huye de todo y de sí mismo. El fugitivo es, después de la pena de muerte conmutada, un resucitado. Hasta que desaparece, no se sabe cómo. Este Villon en la novela de su vida, gana el interés del lector, de igual suerte que el Villon de la realidad de sus baladas, sobrevive en Historias y Antologías de la Literatura universal. Desde otras cimas del Parnaso francés, a través de siglos, Baudelaire y Verlaine saludan a Villon, fundador de su linaje; los tres, mísero detritus y excelsa Poesía. M. FERNANDEZ ALMAGRO de la Real Academia Española A En Filosofía, como ya señaló Hegel con frase inmortal, na hay verdad nada más Que dentro de un sistema: una misma afirmación puede ser verdadera o falsa, según la clase de filosofía que prniesa. El padre Zaragüeta. como todo filósofo digno de ests nombre, ha recogido en una gran obra de síntesis su vasta producción intelectual. El primer volumen de Filosofía y vida estaba dedicado a la descripción de la realidad circundante; el volumen segundo, al análisis de los problemas que se plantean al meditador, y el volumen tercero, qus ahora ve la luz, comprende las soluciones. Este tomo postrero es, por lo tanto, la cor. secusncia de los anteriores puramente fenomenológlcos, y en él se reúnen las tesis y conclusiones a las que ha llegado el autor TOCOS LOS DOMINGOS EN SU HOGAR I REVISTA G R Á F I C A SEMANAL SETENTA PAGINAS, C I N C O PESETAS después de una larga vida dedicada a la investigación filosófica. En rigor, este volumen tercero es, ma: que un sistema, una enciclopedia de las ciencias desde una perspectiva filosófica. De modo esquemático, pero cumplido y riguroso, el padre Zaragüeta nos brinda breves tratados de Cosmografía, Geografía, Historiografía, Física, Química, Biología, Antropología y Psicología, junto a una Ontologia, una Etica y una Teología propiamente dichas. Sorprende la vastedad de los conocimizntos, lo taxativo y resuelto de las fórmulas y, sobre todo, la formidable capacidad de sistematización

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