Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 13-03-1955 página 21
ABC MADRID 13-03-1955 página 21
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 13-03-1955 página 21

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página21
Más información

Descripción

La pulga ENTREVISTA CON UNO DE LOS AUTORES DE LA POPULAR CANCION E L gran reportero Antonio Sánchez hacia en A B C del domingo pasado una alusión a la creadora del couplet La pulga que íué, como él dice, una cancionista belga jue se llamaba Augusta Bergés y la primera que se buscó el insecto díptero en un teatro de los barrios bajos madrileños. Aquella alusión me hizo recordar que yo soy uña y carna de una de los autorss de La pulga en español, al que deseo una larga vida, y no añado el clasico ...y que yo lo vea porque, le quede poca o mucha, he de verlo forzosamente. Me entrevisté con mi alter ego y he aquí la conversación sostenida con él. ¿Cómo se te ocurrió la canción? -Fuimos Eduardo Montesinos y yo a ver a la Augusta Bsrgés. ¿Montesinos no era un redactor de La Época? -Y un aplaudido autor de aquellos tiempos. Pues, como te decía, vimos a la Bergés, y en el acto, o mejor- dicho en el entreacto, se nos ocurrió hacer la letra española. Y dicho y hecho, y al día siguiente ofrecimos nuestro trabajo al empresario del salón de Actualidades (Alcalá, 4) ¿Se llamaba don Ramiro Cebrián? -El mismo. Pues bien, don Ramiro nos alumbró quince pesetas para los dos por la propiedad de la letra de aqualla canción, de la que aun se habla, y a la que todavía se alude: Fulano está como para que le pidan La pulga ¿Quién la estrenó en español? -Una famosa chanteuse Chanteuse -En aquel entonces a las cupleteras las llamaban, entre otras cosas, chanteuses diseuses gomeuses y a alguna que otra, golfeuse Claro que de esto sé yo más que nadie, y si te contara cómo se fabricaba una cupletista -Cuenta, cuenta. -No puedo, porque hay material para dos o tres artículos, y ahora sólo nos ocupamos de La pulga Bueno, pero, ¿quién fue la creadora de la canción en español? -Una artista, cuyo nombre es Pilar Cohén, y digo es. y no era, porque, según mis noticias, vive todavía y es dueña de una pensión en Cataluña. -La cancioncita será muy picante, ¿eh? -Te diré; picante, sí. porque la protagonista de la canción es una pulga; pero si la artista en, vez de b u s c a r s e una pulga se hubiera te. nido que buscar un elefante o un cocodrilo, habría desaparecido t o d o el picor de la copla. -lAh! ¿De modo que la letra no es atrevida? -Juzga p o r ti mismo. una wlKa o la c iuir a, jw corre, salla y ¡ue st desliza. Pi r i Sto ulero nKlfrl. i t iicdtilrar, y si ta e n m o n t r o 1 va ¡t (lasar muy mal. Pilar Cohén popular de 1911- cupletista Y seguía en este tono hasta que la chanteuse lograba cazarla, y de un violento pisotón ponía fln a su picante existencia, gritando: ¡Pícara! ¡Ya la he matado! -Pues no veo la verdura por ninguna parte. Quizá el tocado de la artista fuese demasiado ligero. ¿No? -Te lo describiré. Llevaba la señorita Cohén un camisón que la tapaba desde el cuello hasta el nacimiento de los tobillos ó un poco más abajo. No mostraba la víande a l air -como decía un amigo nuestro que aseguraba que sabía francés- sino que se cubría l a viande con una malla de seda muy tupida. -Con todo eso. quieres decirme que el espectáculo era de lo que ahora llaman tolerado? -Casi, casi. Lo que ocurre es que entonces el público era más levantisco, más nervioso, más alborotador, más... pon todos los mases que quieras, y el de estos tiempos es tranquilo, pacífico, inalterable. -En eso llevas razón. Recuerdo aquellos estrenos en que el público, indignado, tiraba al escenario colillas y perras gordas La casa de enfrente de los Quintero y Luna- o los espectadores se ponían de pie en las butacas, abrían los paraguas y pedían la oreja La bandera coronela de Perrín y Palacios y el maestro Jiménez) -Yo estoy seguro de que si las revistas de los tiempos de La pulga las visten (es un digamos) como las de ahora, interviene la Guardia Civil en los estrenos. -Cierto. Y recuerdo en este momento que un día se presentó en el Coliseo de la Encomienda una artista llamada Regia Soler... -Ya sé. una que pesaba ochenta kilos: entonces se llevaban mucho las gordas. -iBues salió un poco ligera de ropa, sin llegar a la que visten las vicetiples actualmente. El público lanzó un rugido y dos espectadores saltaron al escenario. La artista huyó y los guardias, se encargaron de lo demás. -Lo que pasa es que el público era peor que el espectáculo. -Exacto. Mira, una noche en el teatro Madrileño, que antes se llamó Liceo Rius. en la calle de Atocha, se representaba ím entremés, de cuyo nombre no quiero acordarme La escena representaba una elegante alcoba con una bonita cama de metal dorado. Salía una artista; decía que venía muy cansada de su trabajo y se escondía tras un biombo, cambiando su traje de calle por un elegante salto de cama. Asi se presentaba de nuevo ante el público, y, sin decir palabra, se metía en el lecho. Un espectador, alver aquello, no se pudb contener y preguntó en alta voz... -Sigue. Las doce dan, yo me duermo, -quédese para mañana que dijo don Baltasar. Ángel TORRES DEL ÁLAMO

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.