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ABC MADRID 09-03-1955 página 15
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ABC MADRID 09-03-1955 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
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EL PRIMER GANADERO Por SIMEÓN GIMÉNEZ REYNA Comisario provincial de Excavaciones Arqueológicas de Malatfa. N las etapas que ha debido recorrer la Humanidad hasta nuestros días, cada paso que representa un avance es un hito, una conquista previa ante la que le sigue hasta llegar a la actual época atómica. Uno de estos hitos, al que hasta ahora no se ha dado la atención que merece, es el momento en que el homibre del paleolítico superior, de hace doce a quince mil años, pasa, de ser cazador, individuo que aislado o en grupo ha de salir a buscar la presa que necesita para su sustento, a ser miembro de la tribu ya organizada que posee cautivo al animal que precisa y a su disposición en el momento que lo desea para beneficiarse de su leche, su carne y su. s despojos, pero, además, viendo en su fecundidad el grado de su riqueza. De hombre cazador tenemos una idea bastante clara. Sabemos de sus armas y de sus artilugios para atrapar sus presas; de su medio ambiente e incluso de sus hábitos y afanes, por las maravillosas pinturas parietales de los abrigos y espeluncas prehistóricas. El profesor Camón, en su recién publicada obra Las artes y los pueblos de la España primitiva que considero de un trascendental valor por la síntesis clara y precisa de los actuales conocimientos sobre nuestros lejanos antepasados, por sus tesis cronológicas y artísticas y sus criterios de denominaciones hispanas contra la nomenclatura francesa, tan en desacuerdo con la realidad, considera al Homo Sapiens de hace quince mil años iruto del cruzamiento del hombre mezoafro con el tipo cromañón, como el artista que, empezando en el Sur de nuestra Península, crea la sorprendente pintura naturalista iberoaquitana en el período solutrense para culminar en la magnífica representación animalística del arte altamirense. E Analicemos un poco lo que cada animal tipo nos puede decir; para el Norte de España y Sur de Francia, el bisonte. E una bestia salvaje, corpulenta, fortislma? en cuya captura se han de emplear grandes trampas- -3 as figuras tectiíormes de la pictografía francocantábrica- -y que se ha de sacrificar para apoderarse de ella y aprovechar su carne, su piel y sus huesos. Por eso se le representa saltando, brincando, corriendo y huyendo, o sea tal como le capta la visión del hombre paleolítico que le dibuja con un asombroso realismo en las pinturas parietales del Castillo, de Lascaux o de Altamira. A este animal sólo se le podía cazar aunque Breuil dice que quién sabe si los auriñaeienses no intentarían conservar los renos hembras para beneficiar su leche, o los individuos jóvenes que serían víveres de reserva IIn aspecto de la cueva de I Pileta, Benaofundándose en el hallazgo en La Quina Ján, Málaga. (Foto Zuoilfaga. (Francia) de una gruesa piedr con un boquete que pudiera servir par tarla a quietud salvaje y espíritu libre no permila pata del cuadrúpedo sujetándole ó di- tan sil vivir en un recinto cerrado. Y, sin ficultando su marcha. Acaso el único sig- embargo, sabemos que el perro ya es anino que pudiera hacernos sospechar la cau- mal doméstico y que una de las ocupado- Y esta pintura, a la que Camón denomina de la Etapa Mágica es la réplica plástica según la magia de propiciación para el éxito de la cacería del animal retratado. -Ahora bien: este animal que se pinta o dibuja en el lugar más recóndito de la cueva- santuario como anhelo de su cobro, es lógicamente aquel que tiene más interesante y mayor presencia entre la fauna que vive en el paraje donde la co- lectividad troglodita habitara. Vista de Benaoján, pintoresco pueblo mafagueho, en cuyo término se Halla la cueva de la Pileta, decorad con interesantísima pinturas ruoifestres, en las que autor del presente articulo cree haber encontrado los documentos gráneos qué testifican (a presencia del hombre ganadero en la península española n el paleolítico superior, hace quince mil ftos. tividad de una bestia entre estos pueblos serían las rayas que el ilustre marqués de Cerralbo interpretó como bocados o Cabezadas en algunos grabados auriñaclenses de caballos. En la pintura rupestre del Levante español, el animal tipo es el ciervo. Las representaciones cinegéticas de estos grandes mamíferos son numerosas, de un vivo realismo, pero no tenemos pictografías que nos puedan hacer pensar que este animal pudiese ser cautivo. Quizá porque su innes de este hombre era castrar colmenas. A lo sumo, nos puede quedar una sospecha de si ya es ganadero ai contemplar la deliciosa, placa grabada encontrada por el profesor Pericot en la cueva del Parpalld. con el dibujo de una cierva amamantando un cervatillo, escena tratada con. una ternura doméstica bien alejada de la sangrienta idea, de caza. Pero en todo caso estas pictografías son ya de época muy avanzada del paleolítico. En cambio en el Sur de- España, de cli ConUnúa. Esquema de un dibujo claramente grabada en una placa hallada en la cueva del Parpalló.

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