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ABC MADRID 27-02-1955 página 5
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ABC MADRID 27-02-1955 página 5

  • EdiciónABC, MADRID
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IN MEMORIAM LOS RESTOS DEL REY DON ALFONSO XII 1 Reposan en la iglesia de Montserrat, de Roma, en la misma capilla donde yacen los Papas españoles Calixto III y Alejandro Yf E Ñ l a solemne conmemoración del aniversario de la muerte de don Alípnso XÍIl, algunos periódicos españoles Suelen ilustrar ios artículos des tinados a glosar la memoria del Bey Caballero, con la fotografía d sti sepultura, sita en la iglesia nacional de Nuestra Señora der Montserrat, de Roma, pero sin aclarar que él artístico casilicilio que destaca sobre la misma es, nada menos, que el lugar donde reposan los restos de los Insignes Pontífices españoles Calixto IH y Alejandro VI, Por tan excepcional motivo es por lo ttue el cuerpo de don Alfonso XIH fue depositado allí. -El recuerdo tíos da pie para evocar ahora la serie de circunstancias que acaecieron en relación con el funeral depósito donde yacen los dos Papas valencianos, que cuantos españoles desfilan por la Ciudad Eterna suelen visitar, ofrendando a la memoria de ios, en otro tiemjHj, calumniados Borjas, el tributo de unas plegarias henchidas siempre del mtó puro patriotismo y de la tnás ardiente religiosidad. I, A PRIMITIVA TUMBA DE CALIXTO III Es de sobra sabido que, al sobrevenir la muerte de aquellos insignes compatriotas nuestros elevados a la más alta dignidad humana, sus cadáveres recibieron sepultura, como los de tantos otros Pontífices, en las bóvedas del Vaticano. Por lo que a Alejandro VI se refiere, acaecí do el fallecimiento y celebradas sus exequias en una atmósfera de extremada pasión, nada resta en el día de hoy de sii primitiva sepultura. El caso de Calixto III es bien distinto. Nacido en la Torreta de Oanals, junto a Játiva, en 1378; sin apoyos ni poderosos protectores, fue elegido Papa en 1455; rigió los destinos de la iglesia Católica durante tres años y, a los ochenta de sü edad, salvadas las armas cristianas en la ciudad de Belgrado, sitiada por Molíamed; mandadas misiones evangélicas a Persia y Etiopía; iniciada por él, en gran parte, la futura conquista del reino de Granada, murió en el recinto de Sari Pedro, de Boma, sin que los que medio siglo después abominaran del apellido Bor ja pudieran acusarle de otra cosa que de su profundo amor a la Iglesia Católica, a su familia y a su Patria. En contra de lo acaecido a su sobrino Alejandro VI, se conserva todavía el noble sepulcro que mandara emplazar su sucesos, Eneas Silvio Pieolomini (Pío ID, en ia capilla vaticana de los Apóstoles San Andrés y Santiago. Es un mausoleo impresionante constituido por un bloque de piedra toscamente labrada, cubierto por una losa de mármol con magnifica estatua yacente, en el que hubieron de permanecer los restos del glorioso Pontífice, hasta islO, en que, por especial privilegio de Paulo V, el ilustre español don Luis Vives, creador de Propaganda Pide logró, Junto con los de Alejandro VI, trasladarlos a la iglesia nacional de Aragón. Al hacerlo, su intención era la de labrar para ellos un grandioso monumento, lo que no pudo llevar a cátto por la terrible leyenda que la legión de sus enemigos desató por aquellos días sobre la memoria de los dos Papas. SUBSANANDO tJNA INJUSTICIA Durante cuatro siglos permanecieron insepultos, en los negros subterráneos de la iglesia de Montserrat, los cadáveres de los Pontífices setabenses; y allí hubieran, tal vez, acabado por perderse, sin el tes ón verdaderamente aragonés del diplomático señor conde de Coello, que, designado, en 1875, gobernador de los Lugares religiosos y artísticos que España poseía en Roma, apenas llegado dedicó todos sus afanes a reparar la enorme injusticia qué suponía mantener privados de. cristiana sepultura los restos de los insignes españoles que se sentaron un día en la Silla de San Pedro. Ayudaron al conde Coello en su- patriótica tarea, en primer término, el Rey don Alfonso XII; don Antonio Cánovas del Castillo, en su calidad de jefe del Gobierno; los ministros señores Silvela. y Elduayen; los representantes de España, n el Vaticano y en el Quirinal. señores Benavides y Cárdenas, y hasta el rector de la iglesia española, monseñor Ron- gUler, quien dio toda suerte de facilidades para el mejor logro de la empresa, señalando, incluso, el lugar donde había de emplazarse el mausoleo. Habilitados los fondos necesarios, íué encargada la realización de éste a un joven y. notable escultor, que por aquellos días realifcábá sus estudios en Roma penPÍOS y protector de los establecimientos Sepulcro provisional de Su Majestad el D. Alfonso X I I I bajo la urna funeraria qu contiene las oenlia de lo grande Pontífice Calixto I I I y Alejandro VI n la lol la española de Montserrat, de Nema. alonado por el Gobierno español: don Felipe Moratllla. UN MONUMENTO LABRADO CON AMOR El escultor Moratilla llevó a cabo su trabajo con gran entusiasmo. El ntonumento labrado por él para sepultura de ios Papas setabenses, como podrá advertir el lector por la fotografía que ilustra estas lineas, es de forma rectangular, integrado por un basamento, dos pilastras que sostienen la cornisa y, sobre ella, el tímpano, terminado en cruz, con la urna, que, colocada entre Jas dos pilastras, tiene por coronación la tiara pontificia. En el frente principal de la urna destacan los retratos de los Pontífices Borjas, que figuran en la fíistoria unidos por el doble vinculo de la sangre y de la nacionalidad. En el centro del tímpano aparecen esculpidas las armas de España, enlazadas con simbólicos atributos de la Iglesia. El monumento en cuestión, de estilo Renacimiento, labrado en rico marmol de Carrara, mide cuatro metros de albura Por dos treinta de extensión; y tanto por su bellas proporciones como por su ea tácter severo y el indiscutible acierto de su ejecución, es adecuado estuche de k a cenizas de dos Papas y, desde luego, digno de que, bajo su sombra, embellecida por la leyenda, la poesía y el arte, encontrara provisional descanso el cadáver del Rey don Alfonso XIII. José Rico de BOTASEN Iglesia tf n Borní, donde reposan iot retto d l R y 0, Alterno XIII. (P t Woe t U

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