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ABC MADRID 20-02-1955 página 3
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ABC MADRID 20-02-1955 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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D I A R I O IL U S T R A D O 1 DE I N F O iR M A C I ON G E N E RA L ft FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA DIARIO ILUS T R A D O DE IN FO RM A ION G G E Ñ E R A L En cuanto a la los antropóloCIUDADES poesía bucólica de los gos modernos griegos era (fuerza les ocurre lo es admitirlo) hermam i s m o que a los na melliza de l a s griegos antiguos. No b e rgeriés de la se dijera sino que también para ellos la ciudad de los hom- desierta, desprovisto de todo recurso y Reina María Antonia en Versalles, y de bres es como la ciudad de los castores. medio de subsistencia, podría en un. pe- todas las pastorales y pastorelas, ya líriAsí como esa especie zoológica no ha riquete, merced a su agudeza discursiva, cas, ya novelescas, que con intercadencia podido menos de construir, a su modo y llevar a cabo el proceso íntegro de la i cíclica vienen repitiéndose en Europa, desdesde que existe, cierta manera de ciu- civilización; desde sus más elementales de el Renacimiento acá. La poesía bucódad, no de otra suerte la especie huma- rudimentos hasta sus más sutiles logros lica, desde Grecia y Roma, es un producna, al parecer, se hubo de caracterizar técnicos. Se dejaba de cuenta un porme- to archicivilizado. Es el género más so ab initio por la postura eréctil, la pe- nor nada insignificante: que Robinsón, fisticado. Es la mentira literaria por exnuria de pelambre y la convivencia civil. cuando arribó a la isla, era hombre civi- celencia. Es la parodia que el hombre Sin embargo, ese perdido eslabón y salto lizado, y no hizo allí sino reproducir pre- recoleto en la ciudad hace de lo que él estupendo de la humana grey desde la cariamente lo ya aprendido. Robinsón imagina que debe de ser la vida campestribu salvaje hasta la aglomeración ur- insulado no era el hombre natural sino tre. Es, pero a la inversa, como si una bana es infinitamente más admirable que colonizador y colono conjuntamente. Es monja, profesa en el claustro desde sus la metamorfosis del desvalido renacuajo de suponer que Robinsón sabría de me- doce abriles, se sacase de la virginal caen rana clamorosa y acrobática, o de la moria versos de Shakespeare y Milton, beza una sátira a lo Juvenal, pintando, morosa e inmunda oruga en ágil y ful- que acaso por distraerse recitaba en alta tal como ella las concibe, las abominagurante mariposa. voz, actor y oyente al propio tiempo. Seciones de los tres enemigos del alma. Salvo que esto podría dar un resultado de Para lqs antropólogos, como para Me- ría excesivamente ridículo inferir, en nandro y Terencio, ninguna cosa de las consecuencia, que Robinsón había inven- emoción patética y belleza candorosa de atañederas al hombre les es extraña. Los tado el idioma inglés y compuesto los comicidad simpática) que es lo que acaeantropólogos comienzan por considerar poemas de sus dos ilustres conterráneos. ce en los bocetos dramáticos de una monel hombre rupestre, inquilino de la ca- Pues esto que puesto así parece un tan- jita sajona del siglo X, llamada Hroswiverna. ¿Qué digo rupestre? Muchísimo to cuanto por demás risible, es lo que ta; en tanto fas falsificaciones bucólicas antes. Comienzan desde el prehombre y inadvertidamente sostienen no pocos an- pueden caer en lo meramente estúpido, el infrahombre; desde el hombre en re- tropólogos y algunos historiadores de la como no sea en el caso singular de un lación con aquellos animales que más se literatura. Se ha supuesto que antes de artista máximo, que por la pulcritud de le asemejan: los antropoides arbóreos y la poesía que por simplificar llamaremos la forma y la densidad humana (Virgigregarios. Ya apoyados en este funda- urbana y culta, hubo de existir otro gé- lio o Garcilaso) nos hace olvidar en el mento y trampolín, no hay sino seguir nero más espontáneo, inspirado y gran- acto que se trata de conceptos fingidos adelante estudiando, con la mayor con- dioso, de naturaleza trashumante, rústi- y lamentosas querellas entre pastores y gestión posible de datos heterogéneos, ca y campesina, o por lo menos cantado zagalas, cabe el aprisco. Sinceramente, no las manifestaciones primitivas y subsial aire libre; la poesía épica y la bucó- creo que nadie, leyendo las églogas de guiente desarrollo de todas las activida- lica; de las cuales se pretende que pro- Garcilaso (o las bucólicas de Virgilio) se des peculiares del homo sapiens ra- cede, ya en decadencia, toda otra ma- figure de veras que está oyendo a un cazas, lenguajes, religión, escritura, cosnera de poesía, avecindada en ciudades, brero, de pellico y zamarra, dolerse cen tumbres, nexos sociales, artes utilitarias, escrita a la luz de la lámpara y leída en- la versatilidad de una moza montaraz y artes desinteresadas y estéticas, etc. Lo tre paredes, ante oyentes sentados o en zahareña, sino que, desde luego, siente uno único que se les ha olvidado a los antro- cuclillas. hablar no ya al hombre culto, sino tampólogos es investigar ú porqué, dónde, bién cultista, cortesano cumplido y especuándo y cómo de la ciudad; la cual gePero no hay sino reparar en las dos jo de caballeros, que suspira de amonéticamente viene a ser como el uso de primeras epopeyas de la civilización ocres en alegoría encubierta. La literatura razón y mayoría de edad del género hucidental. La Ilíada trata sólo del sitio bucólica sobreviene por necesidad cuan- mano. y expugnación de una ciudad, Troya, do un movimiento literario va llegando Real y verdaderamente, la sociedad de por las huestes aliadas de varios reyes a su perfección formal y tope de sabidude otras tantas ciudades. La Odisea ría técnica. En ese punto, se echa de los hombres societas se corporiza en la ciudad. El resto de las agrupaciones nos describe los trabajos marítimos de menos la inocencia, ya olvidada; y se la humanas, previas a la ciudad, son em- Ulises, de ciudad en ciudad, antes del intenta rehacer. La literatura bucólica briones prenatales. Las organizaciones retorno a la suya propia, la dulce Itaca. puede ser la peor de las afectaciones liteextraciudadanas posteriores a la conso- Por lo tanto la ciudad precede a la epo- rarias; la afectación de naturalidad e inlidación ciudadana fueron creadas en la peya. fantilidad. j ciudad y desde ella gobernadas. Los romanos, con infalible intuición de la reaTodo lo que acabo de decir de la litelidad, computaban su cronología desde la ratura bucólica se puede aplicar al falso fundación de Roma: ab urbe condita campesinismo, popularismo y folklorisReuma Todo lo anterior era para ellos prehismo. Son como el vejestorio femenino Enfriamientos toria intemporal, inanidad. contumaz, que se pinta el pelo color de x OoJores de cabeza espiga, los labios color de amapola, la El error de perspectiva de los antrotez de inmaculada leche, y hace pudipólogos proviene ya del siglo XVIII, en bundos melindres de niña recién salida que alborean indicios de la ciencia andel colegio. O como esas colonias de nutropológica. Desde entonces, casi todos distas maduros y adiposos por la larga los antropólogos son más o menos ropermanencia en el sobrado ciudadano, binsonianos, por. atavismo. Se acataba entonces como artículo de fe, de la meque se pasean bajo Jove, con bastón y jor buena fe, que la civilización y la culgafas ahumadas, sin haber podido elimitura han sido cosa tan sencilla y natural nar el gesto del transeúnte urbano por como que un peral dé peras y que no la calle. pueda llegar a darlas un acebuche. Un hombre cualquiera, náufrago en una isla Ramón PÉREZ DE AYALA A UNA CIUDAD

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