Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 08-02-1955 página 3
ABC MADRID 08-02-1955 página 3
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 08-02-1955 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página3
Más información

Descripción

DIARIO T R A DO D E I N F O R M A 6 I ON G E N E R A L íim FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA DIARIO ILUS- T R A DO DE INFO F MAG i O N i G E N ER A L 3 bueno recordar cuando el recuerdo sirve no para c o n c i t a r odios y avivar resentimientos, sino, para decir el poeta el verso más feliz y estre- edificación y enseñanza. El recuerdo del mecedor: beneficio recibido mejora siempre al que Todos en El piísimos nuestras manos. sabe recordar; en cambio, el recuerdo de la injuria inferida, y todavía no perQue no acontezca que ante la inmidonada con anchura de corazón, nos in- nencia de una tragedia o de una diluviaferióriza y recrudece la llaga antigua ya da de desventuras acumuladas, tengan cicatrizada. A Dios le pedimos en ios los hombres que decir tardíamente que Libros Sagrados: No recuerdes, Señor, todos contribuyeron al mal; unos por ni los delitos ni las ignorancias de mi omisión, otros por torpeza, otros por juventud. Es bueno recordar para exe- complicidad y otros por imprevisión. La Historia- -dicen- -es maestra de la crar el delito y amar al delincuente, ganándole para la verdad y la convivencia. vida. Pero de qué poco sirve la HistoSi el recuerdo no sirve para mejorarnos, ria cuando los hombres se desentienden el recuerdo nos pierde. No podemos con- de la Historia y se atienen a la pura convertirnos en administradores de rencores tingencia del momento, preocupados de y de iras, -porque sería deshacer la obra vivir- de eso que llaman vivir que es de Dios en nosotros; equivaldría a ma- un modo desconsiderado de malgastar la que vida es aprenlograr la vida pasándonos mutuamente vida- -con olvido denoblela superación de dizaje facturas de difícil cobro en lo humano. todo lo constante, que la vida tiene de innoble e La lección de recuerdo y del olvido nos inhumano, para que imperen el entendila dio Cristo de una vez para siempre. miento y la concordia, la piedad y la rePero sigue siendo por lo general una lec- conciliación. ción mal aprendida. Y conviene recorTraigo estas consideraciones a propódar que todos somos amnistiados de la sito dé la lectura apasionante del libro misericordia de Dios, beneficiarios del de Javier Martín Artajo, ciertamente lo. perdón de Dios. grado, que titula con la que sirvió de El olvido es piedad cuando se otorga fórmula despectiva, malhumorada, Ño el perdón sin condiciones, como es el me cuente usted su caso a los que por perdón de Cristo; aunque el perdón no haberles ido demasiado bien en la conexcluya nunca las debidas sanciones: es tienda y se consideraban beneficiarios de piedad cuanjío rehacemos al prójimo en una situación y no querían que se les nuestra estimación y le ganamos, pen- amargara con el recuento de sacrificios sando cristianamente que- -como dijo y penalidades de quienes sirvieron en San Agustín- no hay pecado que cometa primer término de rompeolas y de maun hombre que no pueda cometer otro teria inmediata de sacrificio. hombre si no ayuda el que tomó nuestra Este libro, honrado, valiente, escrito carne por amor del hombre es piedad sin ira ni animadversión, sino con objecuando ante las fragilidades o extravíos tiva serenidad, sólo ha podido ser escridel prójimo nos paramos a considerar to por quien supo a tiempo perdonar y los propios extravíos y no juzgamos con comprender; por quien supo sufrir y el. acritud para que Dios no- nos juzgue sin, sufrimiento lo convirtió en misericordia, misericordia. ¿Cómo podríamos decir to- en deseo de rescate, en lección oportuna dos los días, sin temblar, perdónanos para dignificar la vida y no dar en nuenuestras deudas así como nosotros per- vas ocasiones de naufragios y desarboladonamos a nuestros deudores ¿Cómo duras. El libro de Javier no es un endose al adversario de toda lá tremenda anpodemos olvidar que toda la vida está pendiente de una infinita reconciliación, gustia de un momento dramático de España: es, ante todo, una contribución a que no da todos sus frutos porque nos empeñamos en frustrar la obra y la lec- un examen atento de conciencia, una revisión de lo que no debe olvidarse, en lo ción de Dios? que tiene de lección, para no volver a Pero el olvido, que es piedad, deja de serlo cuando se olvida, no por misericordia, sino por comodidad, por inconsciencia, por irresponsabilidad. El olvido puede ser cómplice si se convierte en egoísmo, en imprevisión. Hay que olvidar, ciertamente, al pecador; pero no hay que olvidar la. Jección dura, quizá trágica, que acaso merecimos, como una sanción, y que en todo caso debe ser siempre una ocasión de merecimiento, de perfección y de cautela. Y. sobre todo, una experiencia fecunda, una realidad viva, que fortalece el espíritu y enseña a costa de sacrificios a ver lo que es preciso evitar con previsión cuerda y lo que urge realizar a tiempo, anticipándose a la desbordada furia de la ira contenida. Ante Cristo pendiente en la Cru pudo E LA PIEDAD OLVIDO incurrir en errores que pueden pagarse con redituación tan costosa: un recuerdo vivo de tantas almas admirables que supieron estar a la altura de aquel dolor, un acto de piedad- -si queréis- -para tantos asalariados del. crimen, movilizados por inductores que supieron usufructuar la desgracia de los demás, y tarn bien- ¿por qué no? -una condena implícita de no pocos avisados y pacíficos beneficiarios de la tragedia de todos. Es posible que este libro pueda parecer molesto, acaso- extemporáneo, acaso anticuado a los que prefieren que no sa les cuenten casos que se les deje ignorar para no entender. Pero ése sería el mejor argumento de que este libro No me cuente usted su caso es un libro necesario, liberador, que ha tenido que ser escrito como una llamada a la responsabilidad, porque no es la historia de un caso contado con regodeo para inducir al recuerdo resentido, sino la evocación dramática de un episodio crucial de la vida de España, en el que todos, de un modo o de otro, fuimos víctimas y actores, y en el que lo más importants y decisivo no fueron las atrocidades, con ser tan espantables, que se cometieron, sino el florecimiento del espíritu, la gallardía y el ardor con que se profesaba una idea, la fe con que. se vivían aquellas tremendas horas para, esperar que España saliera de la tormenta, la exaltación y el gozo con que se sabía morir porque España necesitaba de aquellas vidas en plenitud de sacrificio y de. generosidad. Los socavones trágicos de Paracuellos y de Torrejón encierran el secreto de muchas grandezas de alma y de la gran lección de la muerte, que va dejando de ser lección para ser historia lejana. Acaso ss ha potenciado más la obra de destrucción de los profesionales del mal que la obra de edificación de los que supieron morir con suprema dignidad por una idea, por la esperanza de una España reconciliada y edificada; acaso hemos dejado e. n excesivo silencio a los muertos para no perturbar el beneficio y comodidad de los vivos. CASULLA El libro de Javier Martín Artajo, escrito con humanidad y humildad, sin i posos ni residuos malos, es un libro que nos estaba haciendo falta, para recordar y para olvidar, para la generosidad y. la reconciliación, para volvernos a preguntar alguna vez: ¿Hemos sido dignos de tasto dolor, de sacrificios tan ejemplares? Es sintomático observar que, mientras se difunden con profusión y se devoran con avidez libros y crónicas, pavorosos, a veces amorales, de la hecatombe rusa. aquí, donde sucedieron tantas cosas, se prefiere pasar rápidamente sobre ellas, eludir su recuerdo y repetir con un gesto equívoco: no me cuente usted su caso Es natural que haya tantas gentes, fuera y dentro de España, que no estén enteradas de lo que aquí aconteció. Es que no tienen tiempo más que para vivir y beneficiarse del dolor de los otros. P. Félix GARCÍA

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.