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ABC MADRID 04-02-1955 página 23
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ABC MADRID 04-02-1955 página 23

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. VIERNES 4 DE FEBRERO DE 1955. EDICIÓN DE LA MASSANA, PAG. 23 ESE PROBLEMA QUE SE LLAMA ALZA DE LOS PRECIOS DE LA CARNE UN SISTEMA COMERCIAL DEFICIENTE Nuestra cabana está numéricamente por debajo de las necesidades nacionales Sin aviso previo, sin exposición de cau- más explicaciones que las que éstos pueden sas, ha subido en Madrid el precio de la dar, y son bien pocas y poco convincentes, carne. En el vacuno menor, por ejemplo, a esa multitud indefinida de compradores la de primera, desde 33 a 38 pesetas; la a! menudeo, que comenta, refunfuña y prods segunda, desde 22 a 24; la de tercera, mete reducir la actividad de sus jugos de 14 a 16. Para las clases segunda y ter- gástricos en la misma proporción que se cera de ternera el alza es mucho más mo- reduce al bolsillo su capacidad de compra. derada, pero la de primera continúa en li- ¿Que el impuesto tal o cual encareció en tantas centésimas si coste de producción bertad de cotización. Desde los primeros días de diciembre el o la práctica de la industria? Los del meindustrial madrileño apenas ha visto pasar nudeo no se irán de rositas. ¿Que se reuna sola semana sin alteración del valor curre a la justificación de que no hay pasde la carne en el matadero. Tratar de ave- tos y de que los piensos están caros? Los riguar el fundamento de esa persistente del menudeo adivinan eu seguida lo que orientación alcista era y continúa siendo les espera. ¿Que los pastos abundan y los motivo suficiente para caer en profundo piensos bajan? Los del menudeo no lo noaturdimiento. Hace dos meses ciertos in- tan, y hasta puede ocurrir, y ocurre, en tereses ganaderos le habrían dicho a usted efecto, que en situación de abundancia de que la falta de otoñada, la amenazadora si- aquella clase de alimentos vegetales para tuación invernal sin el recurso de la hier- el ganado, los del menudeo tengan que suba y la tendencia alcista de los precios de frir las consecuencias de una práctica las gramíneas, indiscutiblemente aconseja- inatacable por ser ésta un recurso lícito, ban realizar una revisión de las cotizacio- natural y ajustada al buen sentido con que x nes. Por nuestra parte haremos notar que se debe r gir cualquier negocio. Y es jue, esos temores, en lo que se referían a la no estando nuestro país sobrado de ganado mala situación de los pastos y a las co- y dependiendo éste durante buena parte del tizaciones de los piensos en el mes úl- año de la panera propia o del almacén ajetimo de 1954, no podían generalizarse. no, tan pronto como la Naturaleza se muesEn rigor, resultaba justo establecer una tra propicia y origina exuberantes eclodistinción clara: las provincias bañadas siones herbáceas, se atiende primero y funpor las lluvias cantábricas, que han he- j damentalmente a que las reses, ya sean cho posible una primavera perenne en mayores o menores, se regalen hasta el sus pradería: y que se haya llegado a ene- hartazgo permanente con los brotes tiernos ro dando cortes en los prados, abarrotando y jugosos, que se traducen en vigor, eníos heniles y sin necesidad de recurrir a gorde, aumento de producción láctea, más piensos secos para alimentación del gana- alto índice de salubridad y, naturalmente, do, sea éste de carne o de producción. Y no en mayor valor en el mercado. Ahora misse dirá que no procede de aquellas regiones mo, y como consecuencia de la excepcioun buen porcentaje de las terneras y de! nalmente favorable situación de las zonas vacuno menor que entra- en el matadero de pastoreo, la oferta de reses lanares está reducida al mínimo. Ahí está Medina del madrileño. Campo, que ha visto transcurrir varios Si pasamos a escuchar a los tablajeros- mercados semanales sin que se hayan asocarniceros, nuestra perplejidad será la misma que en el caso anterior. Con techa 10 del mes de enero, se ha publicado por e ¡Gremio Sindical de Tablajeros y Salchicheros de Madrid el escandallo corres ¡COMPAÑÍAS! ¡PROFESIONES! pondiente a una res de vacuno menor, suponiendo que ésta pese 200 kilos, pagánVendo piso primero, Castelló, dose a 19 pesetas. Entonces la pérdida invacío, 110 m. señorial, 340.000 total, dustrial por cada res es de 263,72 pesetas, y esto teniendo en cuenta- -se afirma en Sr. FERRERO- Serrano, 8- 25 04 93. aquel documento- -que las vacas de buena calidad no se cotizan a menos de 20 y 21 pesetas, siendo el precio de añojos y erales de 23 pesetas kilo Si cada una de las partes, a veces muchas partes, de las que intervienen en una de hierro fundido, enchufe y cuestión determinada tiene que emitir incordón y de bridas. Tubeforme para hallar ¡a solución o el remedio rías de acera estirado hasta que se busca y hubiera que respetar todas 4 clase comercial, forjada, y cada una de las opiniones, no habrá pohasta 2 roscados y lisos sibilidad de conseguir que los extremos se accesorios y válvulas, etc. toquen. Entonces surge el que podríamos llamar elemento moderador que, tomando de aquí lo conveniente, de allí lo razonable y eliminando de acullá lo inadmisible, establece la concordia y abre cauce GRANDES EXISTENCIAS para que la equidad avance hasta un primer plano. CURSAMOS PEPIOOS OFICÍALE Dicen los entendidos aue, conforme están hoy las cosas, resulta difícil dar al CéCONSULTE C O N sar lo que és del César. En punto de pro 1 ducción, la carne está libr de precio, y libremente se compra en matadero, pero de PASEO DEL GRAL. PRIMO DE RIVERA, aquí sale dictado. el que debe regir en taT. 27- 15- 85 (Antes Ronda d Atocho) M A D R I D blajería, sin que los destinatarios reciban mado al teso un merino, ni una cKurra, ftí una oveja castellana negra. Todas andan, sí. los chubascos o los aguaceros no se lo im- piden, y muchas veces soportándolos, de pradería en pradería o ramoneando en zonas boscosas y ribereñas. Es de todo punto necesario aprovechar lo que la casualidad pone a su alcance, por si de aquí a poco tiempo los hielos o la sequía vuelven a plantear oíra situación de escasez. Y así andan criadores, tabiejeros- carniceros y consumidores, debatiéndose en el oleaje dé las alternativas meteorológicas. Y es el caso que sobre haberse producido una otoñada de pastos con la cual no se contaba ni en sueños en diciembre, y estar perfilada una primavera de amplias 1 generosidades herbáceas, las cotizaciones de los piensos han descendido: primero, por haberse reducido al mínimo el consumo de aquéllos, especialmente en la ganadería lanar, y, segundo, por la muestra de grandes cosechas de cereales y leguminosas, lo cual ha inducido a los negociantes en esta clase de producciones a batirse en retirada de los mercados. En éstos la actividad comercial se halla reducida a operaciones de menor cuantía y de orden local. En su consecuencia, los precios de los piensos en los lugares públicos de contratación, se han replegado al índice que garantiza el Servicio Nacional de! Trigo para las partidas que le sean ofrecidas en venta, de acuerdo con! o establecido en las disposiciones reguladoras de la campaña 1954- 55. Y ni siquiera ese repliegue ha ocasionado reacción compradora. No se puede, por tanto, en esta coyuntura hablar con fundamento de escasez de hierba ni de piensos caros, no ya para justificar el salto hacia arriba de los precios de la carne; sino ni siquiera los que se. establecieron durante el mes de diciembre alegando aquellas circunstancias especiales y, ciertamente, dignas de ser tomadas en cuenta. Mas resulta que hay ganaderos que ni siquiera consideran remuneradores para las explotaciones pecuarias los que oficialmente se asignaron a los piensos para garantizar a los labradores el desenvolvimiento normal de las suyas y mantener el ritmo apropiado de progreso agrícola y multiplicación de las producciones que conviene al continuo aumento del nivel de vida y de la población de España. Como se deduce de lo que expuesto queda, agobia la complejidad de las cuestiones que se proyectan o se irradian del problema planteado por los precios de la carne. A nuestro parecer, existe una razón d fondo, a la cual nos hemos referido anteriormente: Carencia de aquélla en la cuantía necesaria, lo que conduce a la natural retención de la venta de ganado cuando el sostenimiento o el engorde del mismo no plantea dificultades de mayor entidad. Consecuencia, alza de precios en origen. Cuando aquellas dificultades surgen se acumula la oferta y los precios descienden, pero sin beneficio para el consumidor, sin, proporcionarle compensación por lo que pagara con exceso anteriormente. A nuestro juicio, podría darse un. gran paso para llegar a una ordenación menos imperfecta que la actual del mercado de la carne si fuese posible establecer una relación directa entre ganaderos y expendedores, previa eliminación de lo s escalones intermedios que no se consideren de todo punto necesarios. En todo caso, algo habrá que hacer, y rápidamente, para que la gran masa consumidora no tenga que ser ¡a- aue en cualquier circunstancia pague las genialidades de nuestro clima y las consecuencias de un sistema comercial con lagunas visibles, y que deben ser. in Memente cegadas. -v

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