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ABC MADRID 01-01-1955 página 65
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ABC MADRID 01-01-1955 página 65

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. S Á B A D O 1 DS E N E R O DE 1955. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 67 nuestra ni nada hemos tenido que ver en ellas. Nosotros hemos venido sosteniendo desde hace cerca de veinte años que frente al comunismo soviético no es cosa de formular condenas y amenazas hoy para desdecirlas y paiiarlas mañana, presumiendo de barajar más carias 8 e las que realmente existen. Si el comunismo se quedase dentro de sus fronteras, poco tendríamos que decir; pero el coirii? nismo es un mal sustantivo y radical que amenaza a todos los pueblos y frente al cual lo más hábil es ser honesto y consecuente, prevenir sin descanso y no prestarse a ficciones y arreglos en los que nadie puede creer. Tenemos conscicncia y experiencia de que el comunismo no se atiene a las reglas de la buena fe y de que su agresividad es consustancial con él y sólo depende para utilizarse de su cálculo sobre la opor íinidad de cada momento. La necesidad de prevención y de defensa frente a él reclama de toáas las naciones una cancalación de los pleitos y problemas susceptibles de debilitar la unión, la seguridad y la fe entre las naciones del Occidente, así coma una positiva acción de desarrollo económico de los espacios económicamente débiles o atrasados, presa propiciatoria para el comunismo, afeandonando las viejas técnicas de explotación por los modos nuevos de solidaridad y d 3 ayuda á largo plazo. Los momentos no admiten sutilezas. Si aspiramos al advenimiento de una nueva era de paz y de inteligencia entre las naciones, que nos haga solidarizarnos como sumandos de una misma suma, se impone un cambio completo de los procedimientos, una lealtad recíproca, una proscripción del espíritu de privilegió y el abandono de posturas de vencedores y vencidos que han perdido ya su razón de ser. La paz y la seguridad eneserranpara los pueblos tantos bienes, que bien merecen los sacrificios que por ella se hagan. Resulta realmente doloroso que sumando las naciones del occidente una jn superior r. l conglomerado soviético y poseyendo industrias mucho más numerosas y potentes, se haya llegado a la triste conclusión, frente a los medios clásicos de combate que el comunismo ha, acumulado, de que la seguridad colectiva de occidente tenga que descansar en el número y en el padsr de aniquilamiento de sus armas atómicas. NUESTRA CONCIENCIA CATÓLICA SE REBELA CONTRA EL COMUNISMO Ante esta gravísima realidad, nuestra conciencia de católicos se rebela. Siempre, al término de una contienda y anís los daños inevitables que habían sufrido Jos bandos contendientes, se conmovió la conciencia universal y se promovieron reuniones y conversaciones internacionales con Kiir? s a humanizar la guerra ante la aparición de los nnevosy y más poderosos me dios de destrucción, evitando que alcanzasen, en la medida de lo posible, a la población no combatiente; sin embargo, ha transcurrido casi una década desde que 1; última guerra terminó, desaparecieron ci ella población rís enteras aplastadas por loa bombardeos ciegos, han surgido, como consecuencia fie la misma, armas da destrucción verdaderamente apocalípticas, que l! egan incluso a amenazar a la integridad y a la vida sobre nuestro planeta, y nada se ha hecho hasta ahora por condicionar y limitar su empleo. Nunca la utilización de un arma estuvo reñida con condicionar su uso; precisamente cuanto más potentes y destructoras son aquéllas, más necesitan ser condicionadas. Si es verdad que el desarme universal constituye un ideal perscguible. no lo es menos que en la actual coyuntura es desgraciadamente irrealizable y carecería en absoluto de garantías. El mismo temor que las naciones, hoy, sienten frente al empleo recíproco de las armas atómicas, aumenta las posibilidades de tjoder llegar a un acuerdo. El que si aquella estalla pueden llegar a cometerse infracciones por encima de lo pactado, no quitaría el efecto moral de la condenación universal contra el que hiciese uso ilimitado de las mismas. Lo cómodo, precisamente, para los infractores, es el que no exista ley contra el abuso, y que éste no lleve la condena y la sanción moral de todo el universo. Si esta nuestra voz. que está en la conciencia de la humanidad, no es recogida, no se podrá decir que en la tierra de Francisco Vitoria, donde el Derecho Internacional tuvo su cuna, admitimos sin protesta el silencio y la inhibición general que reina sobre materia que tantos daños y lágrimas puede costar al ir ndo. Y si, pese a nuestra buena voluntad y a nuestros deseos ardientes de paz, ésta se viese, contra nuestro interés, un día alterada, podríamos abordar los problemas que llegaran a presentársenos con una alta moral y tranquilidad de conciencia por haber hecho todo lo posible por evitarlos. Con la esperanza de que esa hora nr llegue, confiemos, jtlenos de fe, en la protección, que no puede faltarnos, de nuestro Santo Patrón y la Intercesión del Corazón Inmaculado de María, a quien consagramos este año nuestra nación, ante quien encarna el Supremo poder y la justicia sobre los pueblos, sígk circunstancias y aprovechar 5 as ojperí- uüdades para qtsc los pasos sssn daáos en firme y en ningÚF. caso pudieran ser contraproducentes. Al misino tiempo, es necesario coíííÍEiiar ia labor y promover el progreso técnico e industrial y el aprovechamiento de nuestros recursos, que mejoren al máximo ritmo la base geográfica ás nuestra yida y las formas y modos de capacitación y educación, sin dejar ele hacer frente a nuestras obligaciones internacionales y a los deberes que nos impone el glorioso pasado de España. Los máximos objetivos del bien público no pueden ser programados ni sujetos a un pian concreto de ejecución. Los máximos objetivos del bien público responden a la necesidad de establecer una dirección y un sentido permanente a los que ajustar el quehacer determinado de cada momento. En cuanto al fondo, perseguimos conquistas sociales definitivas y concretas, que establezcan práctica y realmente la solidaridad nacional y hagan del Esta üo la personificación efectiva de la Patria. Toda esta gran obra, sin embargo, llegaría a perderse si no existiese el Movimiento Nacional sirviéndola con su doctrina, su lealtad y su espirita de sacrificio, si nuestra Cruzada no nos hubiera ofrecido esa pléyade de hombres inasequibles al desaliento, que viene montando la guardia política de las esencias fie nuestra Revolución, y si nos faltasen esas organizaciones juveniles que, encuadrando la Juventud, vienen formando las generaciones juveniles que, encuadrando la juventud, vienen formando, las generaciones que han de sucedemos. El Movimiento Nacional cierra el tiempo de las interinidades y de los caminos que no sean su mismo natural y progresivo desarrollo para abrir cauce a la vida histórica de España sobre la unidad, la grandeza y la libertad de la Patria. La perspectiva general de este desarrollo progresivo de nuestro Movimiento hace referencia a doctrinas y a problemas bien diferentes de las trieuiñuelas y bizaníinismos con los que se nutrió, tiempo atrás, la yida pública nacional y con los que todavía se nutren esas diminutos conciliábulos de tertulia aburrida, frivola e insignificante. La trayectoria que tenemos ante nosotros deja a un lado aquellas pequeñas cosas para resolverlas de camino como cuestiones incidentales, porque sólo así podremos aspirar a estar en condiciones de preparación para el futuro, entendido como continuidad de cada presente en sucesión normal y única. RESPONSABILIDADES INELUDIBLES EN EL ORDEN INTERNACIONAL 1 Os decía al comenzar esta oración que el horizonte internacional estaba preñado de inquietudes y que, por nuestra colocación en el mundo, nos encontrábamos comprendidos en el área general de sus inmediatas consecuencias. Esto enfrenta a nuestra nación con responsabilidades ineludibles, a las que viene respondiendo nuestra política exterior y que justifican la necesidad de los acuerdos establecidos para nuestra defensa con los Estados Unidos de América. No es posible ya para las naciones abrouaelarse en posiciones egoístas de inhibición. El área de los acontecimientos bélicos y sus consecuencias no pueden ya circunscribirse y, nos guste o no, estamos destinados a ser sumandos de una misma defensa. Es de todos bien conocido que no nos corresponde responsabilidad alguna por ese concurso de errores que ha puesto al comunismo soviético en situación de mantener constantemente en jaque la paz del universo; ni en el fracaso de las Naciones Unidas en su propósito de mantener la paz mundial y abrir el camino a una situación de desarme y seguridad internacionales. Las complacencias, las vacilaciones, los egoísmos mal entendidos, los abusos de poder, la resistencia a Jos hechos ineluctables, las debilidades filicidas, las contradicciones y anacronismos que esterilizan la acción diplomática, tampoco ha. sido, cosa DIRECTORA Y PROPIETARIA DE desea a toda su distinguida clientela y amigos un feliz y próspero ASO NUEVO 1 Sospecha ra. cs (am- bre inglés, gran resultado, colores ¿ris. I negro, verde. rojo, b anco. y i celeste, x I AI MICIKES í 1 1 SEPU HOTEL CENTRAL ALCALÁ, á- MADRID f I 1 i I Desea a sus amigos y clien- r tes un feliz y próspero AÑO NUEVO

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