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ABC MADRID 10-08-1952 página 3
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ABC MADRID 10-08-1952 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO T R A D O D E INFO RMAC IO N G i N E RA L i5? te LAMERO es un oficio que sólo e x i s t e en el Perú y en el Altiplano de Bolivia. El Harnero es el encargado de conducir a las airosas llamas, adornadas femeninamente con mechones de ¡ana foja, por los caminos inverosímiles de les Andes. La llama fue acaso el penúltimo animsl extraño que deslumhró a la fantasía de Europa, cansada de una fauna doméstica- -caballos, v- -as, ovejas- -y de otra salvaje- -leones, panteras, búfalos- que le venía atávicamente por el recuerdo del circo romano y luego conservó en puro simbolismo, en los escudos nobiliarios de Sus barones feudales. Acaso el último animal desconcertante para los blancos fue el canguro, cazado en las relativamente modernas exploraciones de Australia. Y si la llama pareció a los conquistadores españoles ana enorme oveja, el canguro dio a los rubios exploradores la sensación de un gigantesco conejo, ensanchado desmesuradamente en su cuarto posterior, con poderosas patas de venado o vaca y su bolsa marsupial por donde ssomabá la cría como en un perenne nacimiento. Porque el imaginario unicornio (cuya caricatura es el rinoceronte) ho pasó nunca del fabuloso territorio de los tapices. Pero sé ejerce en el Perú otro oficio más exclusivo todavía, el del huaquero Huaquero es el hombre que se dedica a Ja busca de huácas o tumbas antiguas, con momias én cuclillas envueltas en telas azules con orlas coloradas y vasijas (policromadas de serpientes y hombres cubistas sin contornos) para la gran sed de ultratumba. El huaquero es, pues, el desenterrador; lo contrario de nuestro Juan Simón. Pero ESÍ como existen coplas, desoladas y andaluzas, para este último, también podéis escuchar en los incansables gramófonos o radios del Girón dé lá Unión de Lima la triste canción del huaquero: D IAR IO I L U S T RAD O D E 1 NF O R f vi A C I O fsí G E N E RA L Corremos h a c i a ella. Está, en efecto, sentada sobre sí m sma; como cojín, sus verde en la espada del río Chancay. Ya piernas cruzada? Es una mujer. É ¡vienlos huáqueros están golpeando el suelo to le presta algo de vida moviendo ÚS con sus chuzos de sereno. cabellos pajizos. Está con. la boca abicr Los incas momificaban a sus muertos; ta, dando un grito sin garganta, que no ¿e los vendaban como los sacerdotes egip- oye. Junto a ella, una india robusta, mucios, y las momias reales asistían a la fies- jer de un huaquero da su pecho dorata del Inti Raimi confundiéndose los do, henchido y turgente, a un niño enincas vivos con sus antepasados, helados vuelto, como las momias, en telas aguíes desde el principio del siglo XII. Porque y con su pequeño sombrero de paia cololos primitivos quechuas (los que tejen) se rada. ¡Una humana fuente viva paseaban despreocupados por las alame- la fuente definitivamente seca de frente a aquella das del Tiempo e iban y venían, como muchacha lejanísima! una barca, desde una a otra ribera; entre Y reproduzco- en mi pregunta, la fra; la vida y la muerte. Pero esta cultura de la costa, estos pes- de mi amigo Grana, el dueño de la hacadores y admirables ceramistas (aunque cienda- ¿Es verdad que en Viernes Santo esno conocían la rueda alfarera) no necesitaban momificar a sus muertos, porque tán los muertos más cerca de la superla sequía del terreno conservaba intactos ficie? Y el huaquero con ancho, sombrero. a sus bisabuelos. de paj 3, responde: Nuestro cronista Polo de Ordegardo vio- -No; lo que pasa es que están má: letodavía a algunas de las momias reales, de quebradiza carne como de hoja de ta- jos de lo profundo. Nos ha d 3 do una lección a nosoiros, baco, y conoció a los dignatarios que espantaban a las moscas para que no pro- Jos superficiales hombres de la ciudad. Para él no imperta la superficie, sino lo fanasen la punta de la nariz carcomida profundo; porque tiene raíces, y está del inca. Cuando Atahualpa fue ejecutado en Ca- como un árbol, agarrado a la tierra. Va atardeciendo. Y esta tierra árida jamarca (después de bautizado y de recibir el nombre de Juan) aseguró a los su- -que está i esperando, como me decía el yos que volvería en forma de silbante ser- inteligente Raúl Porras, al Machado o Unamuno criollo que la cante- -ofrece los piente. Por si acaso- -también en las culturan primitivas debieron existir escépti- más bellos y evanescentes matices: Oros cos Voltaires- algunos de los suyos lo que se transforman en sutilísimos narandesenterraron aquella misma nochi de la jas; azules que sé desmayan en violetas; somera iglesia levantada por los conquis- púrpuras que se disuelven en rosas intadores. Y pienso que algún indio de Pi- pprehensibles. sac o del Cuzco, o de estos que vienen a Desde la hacienda (con figuras de loLima para la fiesta de Amancaes, saben comotoras antiguas, barcos fluviales con el sitio exacto donde se oculta el cuerpo ruedas y escenas de la guerra del Pacífico de aquel joven inca que, por sus éxitos pintadas en la pared de yeso) contemplamilitares y la adoración de las mujeres, mos ahora el movimiento de luces en un tomó el orgulloso nombre del Pavón. cerro, caei borrado por la noche. L 03 huáqueros están acribillando a Y un viejo indio que adiestra a los cala tierra maciza. De pronto, una oquedad. ballos de paso, y que fue huaquero en Tan intemporales como los incas son es- su mocedad, nos explica, mientras señala tos indios que ahora me rodean. Muertos a ese cerro, donde han aparecido las más secos con sus vasijas, de hace mil quinien- extrañas telss: tos a dos mil años. Y vierten en ellas- -Sí; están huaqueando Hay mucho la chicha como si acabaran de modelarlas, te! aje en Panchalahuaca. porque aseguran que sabe mejor y es más ¡Llameros y huaquerosí, profesiones fresca en la vasija o huaco desenterrado. únicas de la dulcí y melancólica costa Les pregunto: ¿De cuándo son estos del Perú. muertos? Como lo son para los extranjeros de- -De la époc. vi de los gentiles. los países prácticos que nos visitan los ¡Qu é fisura definitiva ha hecho el Ca cantaores dé Cádiz o Sevilla, los entolicismo en la Historia de todas las culcapuchados y soldados romanos de la 1 turas y de todos los continentes! Estas Semana Santa, los banderilleros valientes momias que ahora hurgamos y sacarnos y elegantes. de nuevo a la para ellos prohibida luz del Profesiones de nuestro mundo del essol son vasos quebradizos, pero llevaron DÍritu, absurdas y extravagarcej para los la misma sangre de estos huáqueros con hombres atómicos -del mundo moderno; quienes hablamos. Y sin embargo, ellos los vocaciones por lo aparentemente irracioalejan con la palabra gentiles co- io los nal y superfluo; buscar a unos muertes. labriegos de Córdoba hablan ya, lejana- conducir a una débil llama (hoy, que exismente, dé los paganos. Pese a los filóso- ten los tractores) scompañ r con un anfos germánicos, es evidente que una ideá- tifaz de terciopelo a una Dolorosa con láis más importante que una raza. Por eso grimas de cristal o hacer brotar, sobre el, no fuimos en América racistas los espa- para los utilitarios, bistec sangriento de! ñoles. morrillo de un toro, unas inútiles nof Otro huaquero lejano, borroso en el lo m smo maravillosas banderillas de lujo... polvo, como en una fotografía velada, nos I13 gritado: Aquí está la momia sobreAgustín DE FOXA sentada. Conde de Fosa L U ¿MEROS Y KUAQUEROS Yo soy el huaquero viejo que viene de sacar huaecs de la Huaca más arriba de la Huaca más abaje... Con un pincho de hierro, como de un consumero, va buscando en la tierra maciza el terrible sonido a hueco Huaquear es un verbo único, exclusivo, de la costa del Perú, y no existe en ningún otro idioma del mundo. Es un verbo terrible y fascinante. Se puede ir a una finca a cazar, a bañarse en la piscina, a tomar el sel o a jugar al tenis; pero solamente aquí se puede invitar a huaquéar a buscar muertos. Una vez, mi amigo Fernando Grana, propietario de toros de lidia, me diio: -Vente a mi hacienda de Huando esta Semana Santa. Los indios aseguran que él Viernes Santo los muertos e; tán más. cerca de la superficie. Por la mañana os r- a despertado el gran sol de h hacienda rosando los montes de arena y encendiendo en ero ése planetarium de naranjas de Huando, de gajo dulce y sin semilla. Cerca, en la alfalfa, mugen al amanecer los grandes toras Hravos. La hacienda es como un moho

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