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ABC MADRID 04-07-1950 página 3
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ABC MADRID 04-07-1950 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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MADRID, DÍA 4 PE JULIO DE 1 9 1 0 NUMERO SUELTO 55 CENTS M D I A R 1O! L U S T R A D O D E IN. F 0 R MA G I 0 N G E N E RA L i jeres, descendió 1 salón en, finura, en gracia, en las ingeniosas perífrasis con que se dicen las cosas crudas. Una comida opípara en que nq se pueda ¡hablar con libertad- -y delicadamente- -es un yantar desaborido: faltará lo que sabe mejor que el champán- -a iodo pasto- las trufas, las tiernas carnes manidas, laa blancas pechugas, las aromosas frutas. Un salón sin la mujer ño es, en fin de cuentas, un salón. María, bella, admirada, iba viendo orno el tiempo pasaba, de un reinado a otro, de un régimen a otro, de una generación a otra; su belleza se marchitaba. Entre tantos nombres, entre tantos admiradores, la tristeza de envejecer debía de ser en María má- angustiosa. Su hacienda decreció pavorosamente: María vino a pobreza. Sólo algún antiguo amigo le fue constante; quiero creer que sin el apartamiento, en su salón, dé la mujer, su fin hubiera sido menos desconsolado: manos finas, solícitaSj piadosas, la hubieran asistido. AZORIN cosas para perdonar el pecado venial, en suma, toda la doctrina de Trento compendiada, reducida a su quinta esencia, apta para ser asimilada por almas que despiertan a la luz de la verdad y el saber. Mal pedagogo es quien proscribe el ca; tecismo de la enseñanza, porque en él está la base, la preparación, el principio de todos los conocimientos que han de dignificarnos en nuestro ser de hombre. Y aquí viene la piadosa y ejemplar costumbre de siglos, el torrente ancestral en las tradiciones españolas. Yo prefiero el Ripalda a los demás catecismos que por el imundo circulan. Un adulto debe estudiar el moderno del cardenal Pedro Gasparri, del q ue existe traducción española, porque allí se contienen en notas muy precisas los fundamentos escriturarios y patrísticos de cada cuestión, y Una catequesis sencilla fno requiere el Gasparri Basta el catecismo corriente, que todos, viejos, jóvenes, niños, hombres, mujeres y la totalidad de las profesiones, oficios y carreras deberíamos releer a diario para no oividar sus enseñanzas y el lenguaje tan precis: tan peculiar, tan en la entraña de los buenos pañoles a parRACIAS muy señaladas hemos de dar tuvdel siglo XVI. a Dios quienes recibimos en nuestra Los catequistas clásicos de España son niñez una educación religiosa y a contemporáneos. Jerónimo Martínez de los siete años nos sabíamos de memoria el Ripald nace en 1536 y muere en 1618. La catecismo de Ripalda, con sus versitcs del vida de Gaspar Astet se encierra entre Todo fiel cristiano su exposición magis- el 1537 y, el 1601. Los dos son jesuítas. La tral, concisa, de las verdades católicas; sus Compañía fundada por San Ignacio empreguntas y. respuestas comentando los pieza en seguida a dar frutos de bendición mandamientos, los sacramentes, los artícu- en la santidad y en la cultura. El Ratio los de la fe, las obras de misericordia, las Studiorum ignaciano es el plan docente bienaventuranzas, los novísimos, los siete más admirable que la humana inteligenpecados con las siete virtudes, las nueve cia ha producido. Letras sagradas y letras profanas, la verdad religiosa y el humanismo clásico 1 de Grecia y Roma con CONCURSO INTERNACIONAL sus respectivas lenguas y literaturas: aquí DE TIRO DE PICHÓN EN TÁNGER está toda la esencia de la cultura y te do el espíritu pedagógico de la Compañía de Jesús. La primera leche, el alimento inicial para el infante que empieza el balbuceo, se halla en el catecismo tradicional de estos dos insignes jesuítas. Trento, y la Contrarreforma tienen que oponerse a los descalabros que habían producida en las almas y en las ideas ¡el cisma de Aviñórt, las desviaciones paganas del Renacimiento y la herejía de Ltítero y Calvino. Era necesario que todos conocieran los fundamentos y la tradición de la fe, y se multiplicaron los catecismos en: todas las naciones obedientes al Papa con el modelo dado or San Pío V. Astete y Ripahia han incorporado toda la riqueza espiritual de la doctrina cristiana y católica a un lenguaje puro, terso, preciso, sin más palabras que las indispensables para fijar las ideas. con giro Ide. austera elegancia, lejos de la complicación retórica. Dijo Stendhal que der biera ser modelo, de estilo el Código de Napoleón. Para los españoles el estilo arquetipo, sobre todo en lo que pide sobriedad y precisión, lo hallamos en el Ripalda He aquí una ventará de sabérselo de memoria ad peden litterae desde que empezamos a tener uso de razón. No falte nunca a nuestra memoria ninguna de El ganador del Oran Premio- -copa do las letras y palabras contenidas desde el S. NI. el Sultán de Marruecos y 100.000 Todo fiel cristiano hasta la página 80. pesetas- don Isidoro Escobar, de Má Por estar más cerca de Dios seremos más ¡laga, pon I magnífico trofeo conquishombres. tado. (Foto Zublllaga. Luis ARAUJO- COSTA MARÍA BUSHENTAL E me pide que hable de María Bushental. No soy historiador; no soy erudito. Sólo tengo dos nociones directas de María: antaño, en un libro viejo encontré un recorte de periódico, ocho lineas, en que se daba cuenta de la muerte de María; vagando en un cementerio no recuerdo cuál, hace unos cuarenta años, vi una ancha losa en que estaba grabado el nombre de María. María Pereira, viuda de Bushental, nació en el Brasil; era bonita, sin ser deslumbradora; era inteligente, sin tener una comprensión total de la vida. Poseía cuantiosa hacienda. Su obra capital fue ésta: constituir un salón. Constituir implica insl tuir No bastan, en un salón, las cuate paredes, con su contenido, la concurrencia más. o menos selecta. Hay que instituir, formar, elaborar, un ambiente. María alcanzó, durante su larga vida, un reinado, una interinidad, otro reinado, una República, un tercer reinado. Inició su obra en las postrimerías de Isabel I I se retrajo en la República. En los tiempos de Mafia aún existían clases definidas, estables; un salón pide una jerarquía. Mafia contaba, para sü labor, con un complemento, una corroboración: el palco, ancha platea, en el Real. El palco favorecía, facilitaba, la convivencia en el salón. Hay cosas pequeñas en la vida social que, en realidad, son grandes; hoy, en un salón, habría de faltar lo que se tenía en tiempos de María: Una o varias chimeneas. La chimenea es incentivo de la conversación. (En el salón de Conferencias del Congrego, durante muchos años, desde 1898, como periodista, como diputado, he departido ante las cuatro chimeneas, con sus leños de encina, con sus morillos, con sus hurgones. Clásica es en los salones la figura de un conversador, un disertante, en pie, de espaldas a la chimenea, apoyado en el mármol, con la mano puesta en la abertura de la levita. Imaginemos, en el salón de María, como disertantes, a Cánovas, cáustico; a Castelar, fascinador; á Sagasta, experto; a Martos, elegante. No imaginamos a Ruiz Zorilla, violento, por quien María mostraba predilección. En los momentos de escasa concurrencia, al amor dé la lumbre, acaso tizoneando, surgen las confidencias largas, sosegadas, con intermisiones de silencio. En el atrapamiento, los concurrentes, la confidencia, rápida y expresiva, sabido es que se hace en el hueco de un balcón. María Pereira podía, económicamente, disponer de cuanto quisiera para su salón. No alcanzó, sin embargo, la meta; el clima espiritual dé un salón supone tacto, independencia, juicio libre. Un salón ha de estar dominado por este vocablo: neutralidad J S ÉL CATECISMO G El clima necesario al salón no podía lograrlo María por dos razones: de una parte, María; por estudio o indeliberadamente, prescindió de lá neutralidad; fue gradualmente inclinándose a cierta tendencia; tal propensión hizo- -era forzoso- -que un elemento, en la contextura del salón- -el ¿femenino- -fuera retirándose. H e de confesar, para ser exacto, que ignora si, de: de él comienzo y no paulatinaméníe, se esquivaban- -o fueron esquivadas- ás señoras en el salóii dé María. Y faltando el pódér nabdefádor de la mú-

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