ABC MADRID 01-07-1947 página 11

EL? PRIMER BARCO DÉ VAPOR ESPAÑOL AS actividades de los ipueblos son re- ocasión, antes acudieron pródigamente a, flejo exacto de ¡las reacciones in- la aplicación del vapor a la navegación y dividuales, manifestadas principal- de los. barcos, y El Betis o Real Fermente en las formas que adoptan fpara nando vencidas no pocas dificultades, su descanso. Aquellos que se recobran de emprendió su primer viajé desde Sevilla las fatígate de la jornada con el sueño y a Sanlúcar de Barrameda el miércoles 16 el reposo serán copió fieles seguidores de de julio ide 1817, saliendo 3. las seis ín ías norma; higiénicas establecidas, fuer- punto de la mañana desde las oficinas de tes y vigorosos, para emprender co nue- la Compañía- del Guadalquivir, instaladas va potencia las sucesivas tareas de sus en Jas inmediaciones de la Torre del peculiares ocupaciones. Los pueblos, lla- Oro, para regresar, al día siguiente, remados soñadores los que al atardecer pitiendo los viajes tres veces a la semana. reposan, con ojos entornados que retie- Los fletes del pasaje eran desde 120 reanen los ultimas rayos de la luz, y en su les por un camarote y cuatro arrobas de boca vibra el donaire, al contemplar la equipajes, a 20 reales por cada asiento de belleza, son los que consagran las rutas cubierta o galería, que eran los más bapor donde llegan las ventajas que el pro- ratos. 1 número de pasajeros que podía greso supone. A la realidad, le echan admitir el barco era el de 120 aparte la tantasia que si alguna vez les engaña. tripulación, integrada por el capitán, so n otras muchas florece como nuevo don brecargo, maquinista y su segundo, cuaque el seño 1 envía a las almas de los que tro marineros, el repostero y su dependiente, que servían a los que así lo gusta aben reir y tienen ilusione? Pocos pueblos como el andaluz serán sen, fiambres, vinos, licores, té y frutas a más acabado ejemplo de la gracia que el predios económicos. oonaire encierra y que espoíitánearñente ¿Cómo filé el Real Ferna ndo La urge en boca de todos, pues todos SOR maqueta qíie de é! se guarda en nuestro artesanos de la magna obra de vivir, tra- Museo Naval, y que reproducimos, gracias bajar y soñar. Por eso fue Andalucía en a la gentileza de su director, nos demuesnuestra patria Ja cuna en la que nacieron tra su aspecto exterior, interiormente eslas dos modalidades más decisivas para taba dispuesto cotr especial arte. Sobre su la riqueza económica de los pueblos: la costado se levantaban las paredes de las aplicación del vapor a los transportes te- lps cámaras de popa y proa, y parte del rrestres y a los navales. Y si el ferroca- departamento en que está colocada la márril sólo vivió en el proyecto, que muy quina, del; que arranca un cañón por donadelantado estuvo de ser viva realidad, de tiene salida el humo de la hoguera que no cambia por ello la apreciación que la la alimenta. Alrededor de la borda, la galeiniciativa merce, y si el silbo de la lo- ría, que avanza afuera con- su corresponcomotora no se oyó en 1829, desde Jerez diente barandilla, y casi en- el medio se de la Frontera al Puerto de Santa María, interrumpe con las cajas de las, paletas que acháquese a la guerra civil, que, á la actúan sobre el agua. Medía de popa a muerte de Fernando VII, entristeció de proa 28 j, varas de largo; ocho y cuarta de iolor a España, dejando sin efectividad ancho 3i ueve palmos de alto- hasta la la concesión hecha para la empresa a don borda, de, ellos; cuatro bajo el agua y José Diez Ymbrechts, quien, desde Ingla- los cinco sobre su nivel. La galería avanen terra, trajo nada menos que 1 Jorge zaba casi dos varascerca su ancho, y las barandillas eran de de vara y Stephenson, el inventor dé la locomotora, ta de alto. Los alcázares de popa y cuarproa, 1 para efectuarla. muy airoso dentro de sus projioríiones. Si los capitales se retrajera en esta I f La cámara de popa medía cerca de siete 1 yaras de, largq y cuatro de ancho, de h suficiente altura pata andar po. r ella- sin inclinarse. Dé sus cuarenta, asientos, veintiséis colocados contra la borda, y en medio, -catorce, quel so, n taburetes, espalda con espalda. Todos con su almo- hadón eri el asiento y en la espalda. con una taca deT aj ¡o para que el pasajero 1 uarde con llave, su equipaje de mano, obre él asiento, una percha dorada para colgar el sombrero y e abrigo El folor de los almohadones era negro las paredes de la cámara, pintadas de gris perla. Entre las puertas que daban accedo a los camarotes, había colgado, -un gran espejo. Los camarotes, de dos varas y tercia de largo y de vara y tercia de anchp, tenía n de extremo a un sofá articulado, levantando una parte que pende de goznes, podía utilizarse como cama, capaa para dos personas. Tanto las cámaras como los camarotes lle aban ven- tanas acrisoladas y persianas verdes. La camarade proa sólo se diferenciaba de la de popa en ser de menores, dimensiones, y en vez de llevar el espejo, entre 1l as puertas de los camarotes, tenía un armario para el servicio de repostería. Par el acopio de agua habia, a los lados del alcázar de popa, dos grandes tinajas cubiertas con una lona embreada, y cerca del de proa, otras dos. El calor de la máquina se evitaba llegara al puente por medid de un foso relleno de serrín. Sobre la puerta de la cámara de popa, se sentaba sobre una banqueta de tijera, el piloto, adrinde le llegaba, haciendo un arco sobre el alcázar, la caña del timón, que había de manejar. Tal; es a grandes rasgos lav descripción del jwimer ibarco de vapor que navegó en España, y de haber seguido ía, s orientaciones que stt aparición señaló, muy otros hubieran sido los, derroteros de nuestra política económica y la grandeza de nuestra Patria. VICENTE CASTAÑEDA. i1 da In. JZMII AciuMm. Lt ña lo. RUtariM.