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ABC MADRID 02-05-1947 página 3
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ABC MADRID 02-05-1947 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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MADRID, DÍA 2 DE M A Y O DE 1 9 4 7. NUMERO SUELTO 40 C E N T S Vg juicio cervantino. La virtud no llegaría a donde llega- -escribe el psicólogo- -si la vanidad no la acompañara. Y también: La severidad en las mujeres es un atavío N parte de Cervantes y en parte de la- y Un afeite que ellas añaden a su belleza. época. ¿En qué parte de Cervantes De un extremo inaceptable, el candor de y en qué parte de la época? Al coCervantes, hemos pasado a otro extremo, smienzo del Quijote, en el capítulo VII, se igualmente, inaceptable: el interés de La nos dice, hablando de Sancho, que un laRochefoucauld. In medio virtus. ibrador vecino suyo, hombre de bien, -si es AZO. RIN que este título se puede dar al que es polire No son raras, en la novela, en todas las obras de Cervantes, estas especies. Cervantes asocia, inevitablemente, 1 la riqueza CAMBO! y la probidad, el señorío y la honradez. En UIÉN había de presumir en los primeluna de sus novelas se lee que es propia y ros tiempos de Cambo que hombre tan natural condición de mujeres principales dado a la política y gustoso de las ¡enternecerse de los sentimientos y trabaformas todas del poder, habría de morir al jos ajenos. Y a las demás mujeres, á las que no son principales, ¿qué les sucederá? margen de la vida pública de su patria y fuera de ella? Bastaría esta elemental considera ¿Y cómo se ha formado la riqueza de los ción para apreciar el alcance y complicacio ¡ricos? ¿De dónde dimana? Puede ser esa nes de cuanto ha ocurrido en España durante íiqucza legítima, naturalmente, y puede na- los últimos veinte años. Porque no es que ya turalmente también, ser ilegítima. Y cuanestuviera Cambó fuera de juego al sobrevedo se haya granjeado turbiamente, ¿qué nir el choque salvador de España con el re. sucederá? ¿Cual será nuestro- criterio? ¿Y publicano- marxismo. Lo estaba de. antemacuál el de Cervantes? Pero el siglo es así: no, al llegar el malhadado 14 de abril de 1931, así es también Cervantes. ¿No le podríamos en cuyo preludio no tocó instrumento algupedir al genio que se remontase sobre los no. Y ausente también de la política, o poco prejuicios seculares y vulgares? Siempre en menos, cabe considerar a Cambó en los años los siglos pasados, el rico, sólo por serlo, de la Dictadura, si bien a esta época correslleva ventaja al que no lo es. Cervantes nos ponde su recrudecida labor dé escritor polídice también, sin atenuaciones, en la mis- tico, por no hablar de mecenazgos intelecma primera parte del Quijote, capítulo LI, tuales y económicas empresas. Cambó perque es anejo al ser rico el ser honrado. manecía a la. expectativa, presintiendo cambios que lógicamente- -pensaba, sin duda- -le Ha de pasar el tiempo, con todas sus ex- favorecerían a él: hombre de fértil iniciaperiencias históricas, para que con entera im- tiva, de ímpetu y de cálculo, que apenas si parcialidad podamos juzgar de la. riqueza: contaba a la sazón cincuenta años: dueño te la riqueza en hombre que no la merezca. una palabra como pocas, penetrante y exacta, Con el prejuicio de Cervantes- -prejuicio del con extraordinaria influencia, a lo largo de tiempo de Cervantes- -se crea un determi- España, en determinada región, sobre todo. nismo tan falso como el pretenso científico. Y a lo hondo, en la raíz de fuertes intereses. En La ilustre fregona es donde Cervantes Cambó, sí, esperaba su hora: la hora que le extrema su prejuicio. No ceden los perso- estaba augurada, con el. hado seguro del tanajes al medio en que viven y ceden a la lento y de la voluntad, desde el instante miscuna en que nacen. Nacen en cuna dorada mo de su irrupción en la política de Barceloy han de ser señores: señores, -aunque es- na esto es, en la política de Madrid y la potén en u: n mesón, como Constanza de Ca- lítica de España, puesto que en los comienrriazo, o se encuentren, como García del zos de siglo ya era Barcelona el- punto neuCastañar y Blanca, al frente de una here- rálgico de la vida nacional. dad, -cuidando d- a la hacienda, como labraCuando en la primavera de 1904, don Aldore? sin ser más cue labradores. Constanza ds Carriazo, la moza de la posada to- fonso XIII, con Maura, su jefe de Gobierno, ledana, ha sido criada en una aldea, -donde al lado, visita Barcelona eh testimonio de una la han tenido dos años; la han traído lue- política firme y denodada, es el concejal quigo a Toledo. Ha servido en el mesón desde zá más joveri. de todos, Francisco de A. Cam entonces: tiene ahora, cuando 1 a conoce- bó y Batlle, quien lleva la voz del Ayunta- mos, quince años. No ha fregado nada miento, solicitando un régimen autonómico. Constanza: el título de fregona ha de jus- Momento significativo en un episodio de tificarlo Cervantes diciéndonos que friega, trascendencia nada fácil de aquilatar: Maude tarde en tarde, la plata que hay en el ra y Cambó, frente a frente, en rápido contacto que pudo ser ocasional, y no más. Pero mesón y que ss saca, cuando llegan huésEspaña el, munícipe pedes de calidad. Pueril ge nos antoja, la entre el gobernante de cuestión y extraordinajustificación. ¿Cómo justificaremos nosotros barcelonés, -toda. una tal fragilidad, que en riamente vidriosa, de. el prejuicio de Cervantes? Ha vivido Cer- ella estribaría el porvenir de las relaciones vantes en el pueblo, entre el pueblo, mez- políticas entre el entonces llamado Poder clado con el pueblo. Sus sentimientos son central y la recién nacida Lliga regionalisla, los. del pueblo: los del pueblo, matizados único partido solvente de la Barcelona eii ton los de la época. Imaginemos un caso que voceaban- -y algo peor- -los jóvenes contrario. ¿Qué sucede con el duque de La bárbaros sin conservadores ni liberales que Kochef oucauld? Constanza continuaime r. te canalizasen la opinión monárquica, con unos tiene el aire y las trazas de señora; en la arqueológicos republicanos federales y el inposada, a los quince años, entre tanto trá- trépido, pero insuficiente requeté. Naturalfago vulgar, procede como una señora. No mente en fa Lliga regionalisla, en la política s, después fio todo, una princesa, para que que el catalanismo impregnaba de equívocos, tanto tire la sangre; es hija de un caba- amenazas y halagos, palpitaba una cuestión llero principal de Burgos y de U n. a dama que exigía ser tratada con energía y tacto a distinguida. En las máximas de- La Rociie- la par, con el fino espíritu d previsión que Eoucauld encentramos el reverso del pre- Maura puso en su proyecto de reforma de la Administración Local. Había que anticiparse DIARIO ILUS- T HADO DE I N F O R M A (S 1 O N G EN ER AL a que se enconaran aún más los alegatos de la Lliga; había que atraerla a. la lucha legal, y el hombre que polarizaría esas fuerzas no era otro que Cambó. Ese Cambó que; habiendo desbordado su influencia en el partido propio, ganó ascendiente en los ajenos, con celeridad pasmosa, y los llevó al molde de la Solidaridad Catalana, bajo. la jefatura de Salmerón y el entusiasta visto bueno de Vázquez. cíe Mella. Es cuando Maura vuelve al Gobierno y Cambó le da la réplica en concertada beligerancia, como si las proyectadas reformas del Régimen Local hicieran ie cada artículo un tubo de drenaje para desaguar los pantanosos y resbaladizos terrenos en que se venían discutiendo cuestiones muy graves. No pudo ser. El sofisma pudo más que la razón, y el pecado en que Cambó incurriera íué pagado, tiempo adelante, con larga penitencia, porque Cataluña, la que él quiso hacer, o contrahacer, se le fue, en definitiva, de las manos. Poro todos pudieron salir ganando. Cambó, el hombre de una cierta Cataluña, llegó a ser hombre al servicio de España, y a ese. título aparece, en 1917, de ministro de Fomento, precisamente e- n el Gobierno nacional, presidido por Maura, que- había visto bajo una barretina como tantas ana cabeza distinta a las demás. En las reseñas biográficas de estos días se recuerdan los planes de Cambó, su labor de ochp meses en un ministerio que él trató de vitalizar... Tampoco pudo ser esta vez. El sistema era más fuerte que los hombres, y el ambiente acababa por asfixiarlos. Cambó, sin embargo, aguardó su hora. No le llegó, sino al contrario. Viejas semillas dieron la roja, flor del separatismo. ¡Azarosa vida la de España en nuestro tiempo! Unos temas se enredan con otros, y la muerte de Cambó nos lleva a pensar en curiosa paradoja de tipo psicológico: los hombres prácticos- -y Cambó lo era- -se equivocan más de lo que pudiese parecer. M. FERNANDEZ ALMAGRO de la Real Academia de la Historia UN P R E J U I C I O DE CERVANTES E Q ALAS Y PLUMAS L A original aventura de un productor americano, fabricante de estilográficas, que ha recorrido el mundo en avión- -y como es natural, en estos tiempos del vértigo y la velocidad, em ¡pocos días- nos hace pensar, paradójicamente, en aquellos otros días de sosiego y- lentitud. El nexo, la razón que vincula mentalmente lo de antes y lo de ahora, es su propio producto: la. pluma. Se imagina uno la mesa tosca, de un solo y liso tablero, ante el sillón: frailuno. Sebre ella, el tintero de cerámica o bromee. Y al lado, las plumas, airosas, con su punta fina, dispuestas a rasguear encima del pliego en blanco, que espera en la carpeta de cuero repujado. Plumas de ave, sustituidas luego por la plumilla d- e acero, y después- por la que mío necesita la inmersión en el recipiente con. azulada o negra tinta. Y ahora, estas maravillosas plumas nuevas, que no han- de cargarse, permanentes. Prodigiosa la transformación, pero el nombre subsiste, se mantiene y queda, así, respetada la progenitura. Pluma, porque es 1 1 pedazo cíe las alas, del plumaje, y si el 11 instrumento manual para escribir ha cambiado, el origen se conserva. En el viaje; singular experiencia de propaganda moderna, del fabricante americano, s- e han unido, simbólicamente, reafirmando el carácter de la precedencia, las plumas y,

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