Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 29-10-1946 página 8
ABC MADRID 29-10-1946 página 8

Descripción

LA CIERVA YU INGENIERÍA AERONÁUTICA HOMENAJE NACIONAL A DON JUAN DE LA CIERVA Y CODOE NIU. -Tan pronto como el último modelo perfeccionado de autogiro salió de los talleres ingleses, el Sr. La Cierva, pilotando su aparato, vino a España en vuelo directo para mostrar el invento sus compatriotas. Al pisar tierra española, en an Sebastián, los prime ros visitantes felicitan al ilustre ingeniero. (Foto Espinar. N el otoño de 1944, los Estados Unidos iniciaron el mayor esfuerzo colectivo que jamás se ha hecho, en materia aeronáutica, y acaso también en cualquier otra materia. La guerra aun rom pía estruendos en los campos de Europa; y el avión, todavía sin la prueba de la bomba atómica, era el símbolo guerrero de esta época, que empequeñece a la tierra antes de destruirla. Aunque ya se preveía el fin de la contienda, la fecha era todavía in cierta... Parecía lejana en aquel otoño de 194- 4, con las Ardenas ardiendo a balazos. Pero los Estados Unidos tocaban a rebato, en un supremo esfuerzo de coordinar volunta des -para ¡la ¡paz. Pensaron que el avión no sólo es soberbia arma de guerra, sino también, útil magnífico para el intercambio social, económico y político. Y la Conferencia Internacional de. Aviación se reunió como un primer paso científico y de buena voluntad, en el concierto de cincuenta y cuatro naciones. Es, paña estuvo presente y sigue en primera línea. La Asamblea fue compleja. Junto a los aviadores y a los ingenieros, se reunieron políticos, economistas y juristas, y a veces el ardor se fue en palabras, bellas, pero inapresables en hechos. Sin embargo, en dos años escasos de vida, la organización ha sido pródiga en. buenos resultados técnicos, quizá porque los aviadores pensamos que el mundo es tan pequeño que necesita, de la colaboración de todos. Y acaso también porque Ja insobornable terquedad de la geografía y de las matemáticas conduce a conclusiones objetivas. Formando parte de la Delegación española, los días se nos iba en Chicago, entre discusiones y demostraciones que abarcaban a un buen número de ciencias muy diversas. De las demostraciones, una de las de mayor interés íué la que un día, entre la niebla del lago Michigan, cerca del famoso Planetan um y del colosal Museo de Ciencia? Naturales, realizó la Marina de guerra de los Estados Unidos para E probar las condiciones de seguridad de ciertos tipos de aviones. No envano la principal misión de la ingeniería en da Conferencia- -y en la aeronáutica- -era y es aumentar la seguridad del vuelo. Se fingían salvamentos en condiciones difíciles. Aviones navegando co, n radar descubrían a los náufragos y les enviaban los primeros auxilios lanzando botes neumáticos, que automáticamente se llenaban de aire al caer. Después, con su marcha un, poco lenta, llegaban los helicópteros, y los extraños aviones dedcen dían en la misma vertical de los náufragos. Por una simple estala de cuerda, li tjre al viento, los salvadores recogían a; sanos y a heridos y- los llevaban al helicóptero, que se mantenía prácticamente inmóvil en la vertical del lugar. ¡Cuánto me acordaba de La jCierya y de su autogiro! Aunque soluciones técnicamente diferentes, el helicóptero y el autogiro persiguen el mismo deseo- -difícil en Tos aviones normales- maniobrar a poca velocidad y aterrizar y despegar en un palmo de terreno. Los dos lo mismo; pero el helicóptero estaba aún en balbuceos, en proyectos y ensayos, cuando el autogiro español peinaba, canas aj fuerza de horas de vuelo. Y entre cincuenta y cua tro países, pocos eran los que! podían exhibir aviones propios, pero ninguno desconocía el automigo como modelo revolucionario de la técnica aeronáutica. Revolución que el propio. Lá Cierva definía en una ocasión en esta fürina: Volar bajo y despacio. Y al licho 110 le falta sabor y gracia. Estaba La Cierva en el aeródromo de Getaíe, algo cariacontecido por el fracaso de su primer intento aeronáutico, un avión biplano, cuando llegó, empujado por la curiosidad, Un general viejo en. años y retirado del servicio activo. Los oficiales del aeródromo le ofrecieron volar, y él aceptó muy gustoso, pero pidiendo que lo hicieran bajojy despacio. Entonces esto parecía una brqina, pues la esencia de los aviones normales es que se mantienen ipor su velocidad. Pero fue para La Cierva la revelación de lo que constituiría la aviación familiar en el porvenir: maniobrar fácilmente y en; poco terreno. Aun no existía la ingeniería- aeronáutica como especialidad destacada del frondoso árbol de la técnica, pero La Cierva, ingeniero- de Caminos, era ya- un aviador de corazón y de entusiasmos. Contra dificultades y pesimismos, el primer autogiro voló el 9 d e enero de 1923, y, aunque sólo lo hizo por muy pocos minutos, fue ya la revelación definitiva. Después, La Cierva, envenenado ya por el vuelo, dedicó a ello todo su esfuerzo, primero en España y luego en Inglaterra, cuando la fama del invento le dio carácter mundial. Desde entonces ha progresado mucho la aeronáutica. Hoy son una. realidad helicópteros y autogiros y han realizado ya grandes hazañas: descubrir y localizar submarinos, salvar náufragos y llevar ayudas a terrenos inverosímiles. Todas bene- méritas y ¡pacíficas, pues el autogiro no es, gracias a Dios, un arma ofensiva. Y permiten adivinar un futuro magnífico, de aviones familiares partiendo del centro de las ciudades, desde (pequeños espacios verdes, entre juegos de niños y uarejas de enamorados. Pero La Cierva nos falta para verlo y para mantener su invento el primero entre los primeros. Se nos fue un día, cumpliendo su deber al servicio de España. La Aviación española, con cálido sentir, cumpie hoy el deber de traerlo a su patria para. darte eterno reposo entre los suyos. El ministro del Aire honra hoy con distinciones merecidas a una gloria mundial. Y loa ingenieros aeronáuticos rinden tributo al que tue presidente honorario de su Asociación, iniciador de la técnica aeronáutica, junto con oíros ingenieros de diversas procedencias. AI fin y al cabo, a los ingenieros aeronáuticos dejó La Cierva su mejor herencia: su propio hijo. Luis DE AZCARRAGA

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.