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ABC MADRID 12-10-1946 página 21
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ABC MADRID 12-10-1946 página 21

  • EdiciónABC, MADRID
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Quisa don José aprisionar en Les trophées la 1, alpqteosjst áh 1o. sí conquistadores. De aquellos eonquistadofes que, partiendo de Paloí de Moguer, esperaban 1 cada noche una madrugada épica, y cuyo sueño imaginaba, a la luz fosforescente del inar de los ti ópicos, un. áureo espejismo Aque ílos. conquistadores, que, al inclinarse a lahorda de las Mancas caraíb. las, contemplaban cómo ascendían hacia cielos ignotos AY tres términos en el. título. Hay nes: Ciencia ineludiblemeijite infermada en el nunca de antes vistas: constelaciones Tintineaba en el parlco taller ele don José conquistadores ataujía y He- burguesísimo y galicisimo bon isens en el martillitos sobre hierro ¡y oro con acompa redia Definámoslos. Este íléredia sentido común, t; a- ror de: románticos. es el autor de Les tropliécs, sobrino del épiEn su tallercita de daniasquinador tnane- sada y exquisita prosg ia. Y la ataujía, en co que alzó la voz sobre el tumulto- del un- ja don Jo é útiles de meticuloso artesano dte sits líneas geoinétricas, ¡simbolizaba sorpren! doso Niágara. El lírico de Los trofeos fue ataujías. Ya que breves, deliciosos, eijeinplaj dentes hazaña; lo que en su tiemgo se denominaba poeta res de ataujía son las joyas que do Jos é Don José, desde su tallercito parisiense, parnasiano: es decir, frío e inipa. -ible forja- construye parsimoniosamente. Nunca queda- compradlo en mínimos joyeles la h storia del dor d; versos. LGS poetas parnasianos. Víctor satisfecho de su labor, en que aparentan cpm- mundo, que, vale tanto como la historia de Hugo, en La des síteles. Leconte de i binarse metales preciosos y metales nobles. quienes lo dominaron. Lisie, en- los Poctiues barbares, forjaron ver- Oro y hierro se entrelazan cn maravillosos 1 Y en el tallercito de esté don José de nu- is sos. Parece como- i escuchásemos, al leerlos, arabescos. Ij ule don José hasta lo infinito. troí: triunfes se suscitaban vuelos de gerireseñar martillazos sobre yunques. De las Y un buen día, a requerimientos de Lecon- fa ltes La ¡ataujía en. que don José se afafraguas de Víctor Hugo y de L conté de Lis- te de; Lióles, accede a sacar a la luz la. fa- naba y. de que se ufanaba; se resuelve en ie salieron alejandrinos de un aceroque se bricación de tan denodadas vigilias. Es un intrépido perfil. i diría templado en las aguas del Tajo a la minúsculo estuche, lleno de esis nonadas eñ Redondéanse las velas qua condujeron las sombra de la silvana sauceda. Al nemoroso que ¿e alegoriza d excelso trabajo! huma -nave? por- I camino del globo terráqueo V murmurio de la sauceda que bordia el Tajo no. Allí están, como cristalizadas, civilizaQui fit i BspaffHíe grande cí Colon inmortcL cantáronse églogas insigne en fluyentes, ciones y culturas. BERNARDO G. DE CANüAMO puras y cristalinas melodías. Pero no se- hallaban en la vega toledana ios talleres de Hugo ni de Leconte de Lisie. Era: el Sequana, tráfagos y portuario, el que rumoreaba antañones estribillos de supercivilizada inspi- r ración. E! S. quana ha bia escand do los ritmos en c u? la. grosae Margal fue protago- nista de madrigales bien repletos de sensualidad. Templaron -sus poema s ¡magníficos, cual invencibles tizonas Hugo y Leconte di Lisie, en- la corriente del Tajo. España le ¿dio vibración, refulgencia y nobleza Siempre nuda el Cid por los matorrales de, sus argumentos. Stjrge hahitualmentí la fi- gura de Rodrigo Díaz de Vivar de entre la, canora euritmia de los grandes artistas d l verso francés. El Cid y Xinwnr la. dulce Xirnéne obsesionan a Corneille y sus; epígonos en la altisonante espacinohide. Ni, Cyrano de B rgeracf narigudo Quevedo, m Moliere, Lessge, Beaumarchais, Cazotte o Scarrón nos dejarán! mentir Y hubo andaluzas dí Barcelona y escaleras azules y duegna, hidalgos bandidos, dar zarinas y toreadores comq para hacer desbordar e ¡más ambicioso censo de una multitudinaria región k lo inverosímil... LOS CONQUISTADORES EN ATAUJÍA, O EL TALLERCITO DE HEREDIA H Hugo creó sobre ciertos: datos y fantaseó á su antojo. Deliró alucinaciones Gauti r con guitarros y castagnvtes. Sólo José ¡Víaría de Heredia se atiene, respetuosa y. cpmedidarmsnte, a una relativa autenticidad. Existen razones para que esto se produzca. Ya la? hemos ins nmdo. Nació José María de Heredia- -otorguémosle el don de nuestra) hidalguía- nació don José ME ría de Heredia. en la isla de Cuba, y fue acunado por las valientes estrofas en que stt antecesor. don Jo. -é María de Heredia, iniprscab? al Niágara turbulento. Nació en poesía y para la poesía, y jamás hai eludido este mandato de los hados. Y jamás eludió el reconocimt Mito de que la poesía, que le dicta; k vocaciones indiscernibles, amigaba en lo hondo de la hispánica entraña, fértil de prodigios. La liispano- francesa fedigree coii tituye? n don José María un- tipismo psicológico de quintaesHicirdo rnest: zaje, S, u ca ráetefiología e; la de un excelente señor que pudo servir- h modelo a Velázquez o a Dorriénico Theomeópuli. Don José es el señor con barba, con- esa bitrbiche tan fraticesamente decimonónicH y tan de antiguo caballero, de Ui mano en el pecho -n José es el burgués absoluto. Procede Ti Jas aulas y acuniula en los entresijos de la 1 memoria sus humanidades- Kíb útlenle. püj los recovecos del. recuerdo, exámetro v -a. a- w sombras i.l c gani; u Para don Jo, -é, p! rt. f ts ciencia; ciencia sin contaminado- Armadura de Carlos V, Que se conserva en la Armería del Palacio de Oriente. (Foto ...r i i i y M u r o

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