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ABC MADRID 11-10-1946 página 3
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ABC MADRID 11-10-1946 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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MADRID DI A 1 DE 1 OCTUBRE DE 1946. NUMERO SUELTO 40 C E N T S D I A R I O- ÍLU T Ri D O DE 1 N F O R M A C 1O N G E N E R AL, JÉ solo, Decálogo EJERCICIOS DE SENTI- los mismos preceptos delsencillas y como ñor- -morí a, canto aen una hostería de- Sorrento, Su Los que callan- -que cierra El mas de vida, las más claras, es decir, perfectamente asequibles al sentido, co- mirador de Próspero- -es un Breviario de DO COMÚN ética y de estética. Exaltaren él Rodó cierto linaje de espíritus que unen al sentimiento infalible, perfecto, aristocrático, de la betriunfal del sentido común. Lina nuelleza en cosas de arte, el desinterés absoluto va concepción del musido; y de ia conque profesan calladamente sú cuitó vida, como consecuencia de los últimos proEstas gentes, inmunes a todo estimulo de científicos, sobre todo los de la Vani dad, o de crítica, a toda codicia simonía- Física- corpuscular y la Química nuclear. ca de fama, son la compensación de la vulDesde el momento en que, a favor de I a garidad triunfante y ruidosa, d ü alarde indesintegración del átomo, el. hombre tiene ODÓ, para ser apóstol y maestro ¡no ne- ferior del abominable snobismo en su mano los elementos de la Creación, cesitó las. consagraciones académicas En la sociedad de estas almas- -dice- -que hasta ahora sólo ha émpleado en ni las aclamaciones populares. Menos, d- ís- crear o destruir- -es preciso que pien- el nimbo cosmopolita que ungía en América se apodera de mí no sé qué noble vergüenza de ser autor, escritor de ofic. io. te las cosas y. las ordene dé modo muy dis- al que regresaba de P arís. Humildad digna de Montaigne, pero tan tinto que hasta, aguí... A menos qüe- dejadd Sin salir de Montevideo, imberbe aún, lan- aristocrática como Horacio, el poeta de la de la mano de Dios- -prefiera suicidarse... za, n unión de Pérez Petit y de los herma- distinción y del Silencio. como consecuencia de este nuevo asalto al nos Martínez Vigil, sus inseparables, la ReGómez Carrillo fue un Fadrique Mendes árbol de la ciencia, que por algo le. fue, vista Nacional, en cuyos sesenta números se injerto n Cyrano. Viajero infatigable y hace rato, prohibido por la Divinidad... consagra, durante tres años, toda la intelec- enamorado impenitente, emprende, sus nobles, Pero, en fin de cara a la. vida, tendría tualidad uruguaya. Con la Revista Nacional periplos, geográficos y novéleseos, con la necesariamente que volverla a pensar y dis- i comienza eí magisterio de- Rodó. Magisterio misma ambición gentil. Busca tierras ignotas ponerla desde otros puntos, de- orientación. amable, sencillo, socrático, de hermano ma- como E Peregrino Ilusionado. Cada aurora Por ejemplo... yor, dV jardín de Academo, de paseos bajo le ofrece un país nuevo, pero también, un, Un ejemplo viene siemprel bien. Sírva- la luna de columnas de prosa henchida, rica desencanto antiguo. nos ahora de ejemplo la gfüérfá. Es: inne- y excelsa; Magisterio iñdiófilo, de lecturas Va, como Chateaubriand y Lamartine, a nuevas o glosario de las antiguas. Magiste- Jerusalén; como Renán y Byron, a Grecia; gable que, en cierto- modo, la guerra se ha rio de cosmopolitismo y nacionalismo j- de ex- com Vogué y Gautiér, a Rusia; como Lovi 1 desplazado desde el Cuartel general al La boratorio, y, hasta un punto determinado, cursiones en el pasado, sin la toga, del juez y Laficadip Hearf, al Japón. Visita varías más que de tácticos y estrategas al estilo ni la muceta del pedante Magisterio de óteos veces él continente americarió. don. de haciera; de siempre, depende hoy de- un grupo de, -etl el porvenir, sin cambaladas de ebrio C WÍÍ- saborea El encanta de Buenos Aires, sabios, i que en sus gabinetes de trabajo es- vinista ni estruendos de jaca- band retórico. Y en todas partes es el mismo drama in. En su: terior, la tnísma lacerante alegría triste. Dutudian, y 1- empiezara a resolver problemas arrastrado breve actuación política, Rodó, por sus camaradas. de redacción y rante, treinta años, desde la rtiocedad; a la matales como el de la energía aíómicaVque se- club, adulado por los gobernantes como el dure? su vida ya del idilio a, la elegía en ñala los lindes entre la materia y la vida y héroe del día e 3 diputado pof Montevideo. una peregrinación de Amor, tan ilusionada que, según la admirable frase de S. Thi ¿Qué podía hacer en el círculo dé hisbaut- -reforzada por. Herriót- -es. tan deci- triones? exclama Pérez Petit. Un día se en sus prólogos como desalentada. en sus epí- sivamente importante como el propio ha- le oye con; estupor contradecir la consigna logos. Como el jine. te de Dltíreró, que llevU llazgo del hombre por él hombre ministerial. Otro día lanza una idea propia a la grupa la Muerte, él lle a. en su alma el Siu entrar- más al fonda de la enorme sin consultar al capataz político. Otro, reco- desencanto. a, ventura, intelectual que el ca o nos pro- noce como justa la doctrina del adversario; Epicúreo y galante, ama, perno un moderpone, insisto en la necesidad. absoluta. te con- Pero, ¿qué clase de hombre es éste? al- no Ovidio, a las Cipe y a las- Glicerias del Bulevar. Su adolescencia americana vibra a l siderarlo ai lar luz- -nueva- -kle un spíritu borotan los corifeos. Y sin más lo. declaran paso de las mujeres de París, como un clarín práctico y honradamente deseoso de la verdad fracasado, inútil, riulo. y del bien, como verdaderos. fundamentos de Se retiró sin amargura y con indulgencia. al paso del escuadrón, fer- o, al par ideajistá. y platónico, suspira; en medio dé la orgía, por el la continuación e la: vida sobre el planeta. Tenía una misión más alta que la de perorar Para ello habría que poner en juego el fugazmente en un Congreso político: la de remanso del hogar, con las melancolías. de sentido, común. Y, lo primero, desprenderse, robustecer una ideología y dar esplendor a Climent Marot. Lo habitual como exótico, el Bulevar: dé una serie de tópicos que fingimos o un Idioma... como el Desierto, la ifiidtneUe como la muscreemos sinceramente entender, aunque no. Y vienen los serenos días de Motivos- de w lo dejan cada noche inso mne, pensativo, son- -a poco espació con que se icárea- -sino ensimismado, ajeno aellas, aj e no atodo, ajeverdadero camelos incomprensibles, logo- Proteo y El pifiador de- Propero a enjoyar con Ariel la tiara idioamática dé Rodó. no a sí mismo. E l peregrino ilusionado maquias sin la, menor realidad ni existencia, Ariel, como se sabe, fue concebido por Es- regresa de cada viaje convertido en el hoin Palabras, palabras y palabras que dijo paña, a. caíisa da España, ante el dolor de Es- bre triste, de Lucrecio. Y- la Wistitia rerúm H a m l e t paña, cuando el Desastre del 98. El presti- va royendo su corazón coríio él gusano roe Y, puestos a considerar las- co sás con Un. -gio, 1 a austeridad, la autoridad de Rodó de- e l f r u t o poco de buen sentido, c. ue, a pesar de su nom- tuvieron la insolertte ola- de criollismo qu; Esta tristeza, de las cosas- -Kjue no es tristebre, viene siendo de toda antigüedad el rrie- proclamaba, como Sancho, el ¡Viva quien rios común de lo- s sentidos, me atrevería vence! Mientras Europa se Inhibía y Amé- za déla carne ahita, sino del alma hambrienyo a proponer que, así como en varias é fc -rica se indiferenciaba, -Rodó, seguido de ana ta- 4 eñnoblece la vida y la obra de Gómez cas del año impone nuestra Santa Religión 1 hueste tan reducida cor o fiera, batalló por Carrillo como una sotírisa un rostro grave ¿Y eso fue todo él; sonrisa. Sonrisa física en a, damas y caballeros ciertos Ejercicios es- España su, altiva faz de. nipsquetero; sonrisa espipirituales en que fue maestro insuperado ritual en su triste aliña de poeta. el gran Sari Ignacio, se dieran también a ca- con la adarga al brazo, toda fantasía, con la lanza en ristre, toda corazón. ¡á A qüiéri sonreí o a qué? S. ónreía al balleros y 4 a m a 3 ü n a s buenas tandas de Ejercicios de sentido común, para enseAlto, enjuto, miope, era la noble timidez Amor... Como todo ran amador, el cronista ñarles a pensar con la cabeza sobre, la verda- social, la candorosa misoginia del hombre de de las mujeres soñaba, con perpetuar lo fudera realidad d- e la vida actual. y a a justar la libros. Se enamoró una sola vez, pero como gaz quimera, tan vesánica como la de aven- tar. 1 Q perpetuo. í, conducta a la lección que de os nuevos lae. un, loco, de cierta bella tiple española, que d i o s s e d e s p r e n d é ni siquiera se enteró del caso Amó la Sole- Éstos espléndidos fracáscs diéroiilé su ert. vidiable magisterio. Como Catulo, clamando Por lo demás... np hay tanifa diferencia en- dad, como Horacio, y el Silencio, como Pitá- a Corina, él, clamando ante una cantante o tre una cosa y otra. Porque, si, los del Santo goras. Eué el Poeta de. la Fjlpsofía y el Fi- ante tina actriz, pudo santificar sus Desennos muestran el camino del ciclo, -éstos otros. -lósofo de ¡a Poesía. cantos ejercicios no s iluminarían el de la tiepra y Viajó ima sola vez por Europa y pasó por No eres el Amor lú, que ignoras sus nos ayudarían en la vida de acá, quedes, sin Madrid de puntillas, para evitar í l ruido duda, camino para la otra... Y, al fía y al según decía en- la tarjeta que nos dejó, res- tormeiltrs. El: Amor soy yo, que ios sufro. cabo, por esa senda- encontra- rismes también paldada de su mino. Y á tas pecas semanas, CRISTÓBAL D É CASTRO mún... P ARECE qu. é se aproxima la época MANUEL M A C H A D O de la Real Acaderpp, Española ALTAVOZ HISPANOAMERICANO R

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