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ABC MADRID 01-10-1946 página 7
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ABC MADRID 01-10-1946 página 7

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página7
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aquí, debelan a los jefes, gritan en las Cortes, desmoralizan, mienten, ocultan los esfuerzos, piden el abandono. Se llega a publicar un reporteo, luego recogido- en libro, exaltando la figura de Abd- el- Krirn a Jos ocho días de habernos asesinado a los prisioneros que j tenía, en su poder. La antimonia clásica lo permanente y la ARRUFXOS es la magia de España. No traición, se resuelve. Primo de Rivera corta será Espinal sin Marruecos. y de el nudo gordiano- Para salvar a Marruecos; allí nos ha de venir la ventura. Si lo que es salvar a Esrpaña, ha de echar del mandice el mapa, centra el que no puede ir nin- El Ejército es a ¡salvaguardia de lo do a los felones y amordazar a los agente de guna política, es mayor su designio en lo esParís. Se estrangula, con el desembarco en permanente (José Antonio) piritual: pues Marru. cos hizo a España Alhucemas, una guerra que dura cinco luscuando España se deshscía. Entonces, salta otra. vez la pugna clásica tros y que debió ser un paseo militar. Poned en la memoria los años de convale- entre el elemento- permanente de España y su Y ahora, tc do cencia, después de la derrota militar del 98. clase rectora. E! Ejército, sin armas y sin Providencia, a distancia, se ve- que en la fue actuante Providencia, seLa Sin pulso, la Decadente, cantada en gori- barecs, saca el pecho fuera. Silvestre se ade- rie de acontecimientos, y que sin Marruecos, gori por Chamberí- in y ijemirrepartidaí en lanta unas horas a los ¡franceses y recoge España hubiera perecido en cuanto se pro las Cancillerías, conserva un sólo horizonte L Tache y Alcázar, Alfau vuelve a clavar la clamó la Republicucha. Porque- -ésta es 1 a e grandeza: el norte africano. Allí tienen bandera en Tetuán, Berenguer pacifica el magia de Marruecos- -mientras en la. metróque ir a morir los generales Margallos, caba- bandidaje y recobra el territorio oriental des- poli el cuerpo nacional se corrompía y ei lleros avanzados de la gran cabalgada in- pués de entrar, buena gesta, en Xauen, Ca- alm- á se apagaba, el cuerpo y el alma naciom nente. Metidos en les fuertes redondos de paz realiza su increíble aventura de Retama, nales acrecían en Marruecos, tonificados por Melilta, los soldaditos españoles con su caja Godéd arranca Ifni de las garras gabachas, la transfusión de sangre de la guerra. E de cartón en la cabza, llamada ro? afilan la la juventud se alinea en los listines de reclu- m to de Anteo e repite allí. Tocáb; jmos: tiemir: da señando, otra, vez, empresas) a lo tamiento decididaí a caer, hombre tras hom- rra moruna y nuestro ser se transfundía en Alonso de Contreras. De Madrid, pestilente bre; aparecen los nuevos mogataces. regula- enérgico- tesón de ganar la grandeza. charca de cobardes, viene la falacia: ¡Pru- res de rostro berebere d- amiba S orillas, i Los miserables, y redacción d n- cia! ¡Marruecos es a sepultura de Es- irrumpe del Tercio, o! a Legión su sagra- tuvieron preparadade despacho abandono dí esta serie: paña! ¡Ni un hombre ni una peseta! ¡Eche- da cólera; Barrón pilota cajones de ta- Marruecos, debilitación, República, coloniamos- doble llave al sepulcro del Cid! Son las blas atadas con c u e r d a s el comandante je de España. El soldado y quien se unió cen consignes de la traición, o por debil dad me- Ramón Franco vurla desnudo sobre la el soldado replicó y logró esta otra: victo ¿clukr o por venta clara al Quai d Orsay y mar Chica escribiendo en el cielo nuevo ria, etí Marruecos, fortaleza física y moral, Jal P. C. F. Partido Colonista Francés. que español parábolas jóvenes, los Lauria se ba- expulsión de! don Opas republicano, Dios 1 lo quiere todo. Como n 1870, Marruecos no? ten contra la piratería cantando cancones consagra los muertos como altares. 1 lama; el elemento viril acude a la cita con de cañones; del terrón peninsular va ia fiel 3 Histeria y los estadistas de café con ledhe Itifanterb de paisas con su alma de nueve Franco interviene sierden la paz, si los adelantados de un for- siglos íe batir al mero y de quererle. En el dibuj o. de este esquema dt- la acción i in? ganan la guerra. Se debate, por entonces, b la España, eterna, Francisco Franco pone riada menos que el ú timo reparto del mundo. Estado inerme su pulso y mano irrevocables. Como todo. j ¿Ta no quedan tierras libres y será la ocaEntretanto, el héroe es apuñalado por la los niños aun, que salran de. Toledo, él va a! sión definitiva. Los Gobiernos hacen aspavientos de impotencia y rechazan- ¡recha- espalda por el letrado. Política y periodis- puesto de peligro en cuanto recibe los despazan! -las ofertas de ensanchar Castilla, una mo, con tres excepciones, minan: íl terreno. La chos de segundo teniente. Aqu- jilos cadetes, tras otra. Hasta Francia, cesa nunca vista, clave e? derribar a- la Monarquía con el san- y aquellos labradores de las filas, y aquellos se nos acerca (Cambón en- 1902) para en- to y seña de. Marruecos. Una cam ¡pañ a infa- aventureros gallardones, y aquellos marrotregarnos todo Marruecos en bandeja de pla- me se propaga como la pólvora. Los extran- quíes que vieron claro, y aquellos pescadores ta. Pero la desmcdulación llegaba la vileza jeros tienen encinas de reclutamiento en Ux- y ¡c -ficiates. de Cádiz y El Ferrol construyeron senil. Decimos que no, que España ya está da y Tánger, y los nacidos port equivocación el porvenir. Franco se mete, como uno de Franco, en Marruecos y en España 1985. En el campo africano. Con el Generalísimo Franco, entonces coronel, marchan los generales Primo de Rivera, Sanjurjo y Saro, paladines de la epopeya marroquí. M muerta y que nos dejen, tranquilamente difuntos, que no somos ni seremos nadie. Por juegos de Inglaterra y Francia, han de meternos en él bolsillo a la fuerza, casi con amenazas, la zona literal, montoncito de montañas, qu? garantiza la neutralidad del Estrecho. ¡Aquel romance a Felipe IV! Lo militar no se ejerce, -Lo político lo estorba, -Los que pierden nos gobiernan, -Los- que ganan se arrinconan. jf

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