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ABC MADRID 29-08-1946 página 9
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ABC MADRID 29-08-1946 página 9

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. JTJEVES 29 D E ¿AGOSTO D E 19 Í 6. EDICIÓN P B 1 JA MAÑANA. PAG. 9, EL MU NDO A TRAVÉS Dfe NUESTRO CORRESPONSALES A B. C. EN WASHINGTON Dean Achenson el hombre número uno de momento i Washington 28. (Crónica telegráfica de nuestro corresponsal. La crisis americanoyugoslava ha girado en torno de dos nombres Tito v Dean Achenson, el actual secretario en funciones ¿el departamento de Estar tío. Hasta el último confín de la. tierra ha llegado el apellido del que firmó el ultimátum a ¡Tito. Habrá sido así que- por estos- mundos irradias personas habrán leído por primera ivez el apellido de quien, sin embargo, es en lestes momentos lo que a la americana llamairíamos el hombre número uno de Washington. Ausente Traman, que ya ha pescado un j ez ide tres kilos en las Bermudas, y ausente, byrKes, que no pesca en París más que malhuImores, el secretario: en funciones- -normalmente, subsecretario- -del departamento de Estado e s 1 hombre ¿t más efectivo poder tóe entre todos tes que pisan este Continente. Desperdigados y en plenas vacaciones los miembros del Congreso, con los cuales Achen ¡son tiene que lidiar nq pocas yeceSj nadie en este instante le turba en Washington te ¡vía libre. CARLOS S E N T Í S A Summer Welles, cuando ocupó este mistaopuesto, las do- incidencias no se le dieron tan propicias. Achenson ha tenido esta oportunidad y este puesto sin haberlo buscado ni ¡deseado. Hace un año redondo, era sólo asis- ¡lente de la Secretaría de Estado. Se molestó con Byrnes, y un día del pasado agosto, len que le hizo esperar en demasía, entregó su dimisión a la misma secretaría del anteALTAS CALIDADES despacho de Byrnes, y se fue ¿una casita que iiene en las montañas. Estaba decidido a lanPUERTA DEL SOL, 13, prales. T. 14304 earse otra vez al ejercicio de su carrera de (Esquina a Mantera) abogado, comer lo hizo desde 1933 a 1945, después de abandonar! a Administración. Roósevelt como consecuencia de- una fricción po- i üítica con el difunto presidente. Ejerciendo tíe abogado, Achenson ganó una fortunita, y ¡en 1945, lo mismo que en 1933. Achenson no hace mas que perder, dinero sirviendo al Estado. Al día siguiente, a la salía para su casa, EByrnes le llamó por- teléfon o y le dijo que Truman y él le esperaban- para una conferencia. Achenson salió de ella subsecretario del departamento de Estado, Y no se crea, aro obstante, que ahora no pierde dinero también Achenson. Los americanos, cuando Ipasan a servir al Estado, lo hacen, general ¡mente, después de acreditarse o salir airosos de las actividades privadas. Por eso, casi todos ellos, al servir al Estado ven reducidos sus ingresos a veces de una manera enorme. Los escarabaLa Administración de este país, a pesar de jos y cucaraiservir al Estado más rico del mundo, está c h 11 que bástanle mal pagada. Otro día me extenderé s obre este punto; hoy ríe 1 bastará decir que infestan las Jos. sueldos de la diplomacia inglesa son más c o c i n a s se ¡elevados que los americanos en dos terceras resisten a Jpartes, y a menudo en el doble. Si el embatodos los tratamienIjador inglés en Washington cobra unos setos conocidos. Sólo tenta mil dólares. el americano, en Londres, conseguirá extermi ¡sale- sólo por un os cuarenta mil. narlos totalmente con razón: su padre fue un obispé de Nueva Inglaterra. Y dejando ya este tema, sólo apafenteínien: te frivolo en su apariencia externa, crea llega el momento de enfocar un aspecto es prorfundidad: ¿Corresponden las concepciones pk líticas de Achenson a su porte exterior? ¿Es Áchenscn pro o antiinglés? Acabo de anunciar una de las dos grandes cuestiones de los días que vivimos. La otra pregunta que se podría poner sobre un- hombre del departamento dé Estado sería: ¿E s pro o antisoviético? El tema de la política mundial pasa por estos dos meridianos. De Dunn, el actual emba jador americano- en Roma, se ha podido decir que acaudilla el sector antisoviético del departament. o. De Achenson. no se puede decir nada. A pesar de sus trajes y de su bigote Molotof no- habrá podido temarle como ejemplo para su afirmación deque la política americanoa es hoy en el mundo, un apéndice de la inglesa. Achenson es sutil, elocuente y de id as adaptables a los hechos y á las distintas situaciones, como buen abogado. Conoce la política desde la calle también, y á los hombres en sus madrigueras. Sabe ser- abogado defensor, y en la ocasión fiscal, conío Tito estos días habrá podido darse buena cuelrta. A B G EN LONDRES Ef comercio angto- argentino o lo? esponsales burlados Eso lo que se le ofrece para) dejar su casa limpia de insectos. puro CRUZ VERDE el U Ahora vayamos a su imagen. Ai Dean Achenson se le presenta. muy fácilmente- Bas- Con medio litro de gasolina se puede preparar, en ta decir que es un inglés de primera clase. casa, el mejor insecticida dé larga persistencia, aña Lleva, uno de esos bigotes parecidos a- un ce- diéndole una cajita de D. D. T. técnicamente ipillo de. frotar caballos, que sólo llevan cier- PUTO CRUZ VERDE, Con una sola pulverización tos ingleses o los que quieren imitarles en 1 eliminará durante semanas, las moscas y mosquitas. comedias, películas o en la vida real p ar en- ¡tre los sillones de los Clubs de. ambos Conti- 1 inentes. Dean Achenson no tiene porqué imi- ¡tarles a los ingleses. Su madre es de una gran I D. D. T. t enicameñttf (púi; o tfaimilia. canadiense, y él ha vivido largos años ien este dominio británico. Para acabar de CARLOS DOMÍNGUEZ SIERRA urecisar este mi sirio c ontorno todavía hay otra C. Núñez des Balboa, 56. Tel, 66357. Madrid, las puede utilizar para comerciara- -y cito tam CRUZ VERDE Londres 28. (Crónica telegráfica de nuestro corresponsal. Pues, señor, er. a una vez el hijo de un acaudalado industrial, de cuyo nombre no quiero aco. rdarme que esperabaencopetado y venturoso. a su novia a la puerta de uña. iglesia, para casarse. En vez de. la novia llegó un mayordomo muy azorado, con 1 a triste misión de. comunicar al esposo, a los padrinos, a los testigos y a los invitados que en ese. mismo instante la señorita estaba a ¡punto de casarse eii otra iglesia con un. desconocido. El novio burlado explicó, con mucha flema, a los periodistas que las cuatro sensaciones que s- e experimentan en estos ca- sos tan deliciosos son, primero, de sorpresa rayana en- la- incredulidad; después, -de tristeza y vergüenza en tan apretada, mescolan- za, que no s- é. sabe $i se está triste por ía vergüenza pasada tí si uno está avergonzado de la propia tristeza; por último, e la indignar ció- u el sentimiento que- se abre paso y logra anteponerse a todos los anteriores. La sensación que experimentan los ingleses ante los pequeños fracasos comerciales que se van sucediendo en la Argentina y que la Prensa publica tímidamente en sus páginas más esíondidas es muy semejante a la del novio plantado, burlado y escarnecido. Es tan grande, la extrañeza causada en Londres por lo que se considera un- informal coqueteo de la. Argentina con k s pretendientes yugoslavos, que les inglests lio acaban de percibir con objetividad- las razones sobradas de tales amo- ríos. Inglaterra Sabía mandado una Misión a la República del Plata para comerciar con el Sr. Miranda, que es algo así como el gusanillo de la conciencia económica del presidente Perón, y, si mucho no me equivoco, regresará bi- erTpronto a su país cen ias macos vacías. Mientras tanto, íos desconocidos- y recién llegados agentes comerciales de Yugoslavia, dotados y apadrinados por Rusia, tienen todas la probabilidades de unirse con la Argentina después de un noviazgo que ha comenzado ya (con gran. escándalo de la Misión británica) y que, acabará, sin duda, en comerciales nupcias. Veamos cuáles son las causas. de la, tirantez argentino- británica, que aunque, parcialmente explicada en una, crónica anterior, no estará demás. ampliaf en esta ocasión. Durante la guerra y. después de ella, la República suramericana, desafiando a todos los vientos y mareas del Norte, mantuvo una política dia, metralmente opuesta a la de sus vecinas del Continente. No es este el lugar para explicar las razones íntima de esta política. Citemos tan sólovel hecho. y recordemos que si se debilitaren elitonces peligrosamente las relaciones con los Estados Unidos, en cambio s reafirmaron con la Gran Bretaña, ya que ésta necesitaba unos productos que, por. él momento, no podía p gar más que con un cierto apoyo espiritual, del que- a la vez Argentina estaba necesitada. A cambio, pues, d- e esta, ayuda de entre Vas ti dores, la Argentina envió a Inglate. rra carne en cantidades asírunóniicas, forraje seco- para ganado, aceite- d? linaza, semillas de lino y cueros. Todo ello p o r un total, de. 140 millones de libras ejjerima. s. lo que, según uri cambio prudente, equivale a 9.100 millones de pesetas. En Inglaterra existe ésta cantidad a disposición del Gobi- erno argentino, pero. (y en este, pero está la razón de las divergencias á- ctuales) la Arpen- tina no p; icdh utilizar estas libras más cine para comprar pro uctas ingleses 0 da, aquellos países gue estén asociados a la librad como Suecia, ponga fiiós por, caso; en cambió fio

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