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ABC MADRID 28-07-1946 página 34
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ABC MADRID 28-07-1946 página 34

  • EdiciónABC, MADRID
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A B O D O M I N G O 28 7 E JULIO DE 1946. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 34, que resistió ícdó el t iempo aguardándole a pesar del día calurosísimo. Al aparecer el Caudillo en la fachada principal del edificio fue ¿cogido con una atronadora, salva de aplauscfs que fe acompañó incesantemente hasta el momento de ocupar el automóvil, en unión siempre del ministro de la Gobernación y del gobernador civil de la provincia, los cuates se trasladaron al nuevo pueblo de Gajanejos. Todavía duraron las manifestacío- nes. de entusiasmo hasta que el coche del Jefe del Estado sie perdió de vista. En todos los pueblos, del t rayedto, hasta llegar al lugar antes mencionado, fue objeto, asimismo, de car moteas manifestaciones de adhesión y simlpatía. El nuevo pueblo de Gajanejos hallábase profusamente adornado con banderas y en odios los balcones había 11 gadurai. El Generalísimo Franco fue recibido por las autoridades localles y el director general de Regiones Devastadas, Sr. Moreno Torres. En la puerta de la iglesia le aguardaba el obispo de a diócesis, doctor Muñoyerro, en unión de quien penetró en el temploi, bajo palio, y a los acordes del Himno nacional. En arco del presbiterio- se lee esta iris 1 cripción; Per Virgincm mairem concedat obis Dominus saluíem et pacem Que el Señor nos conceda la salud y la paz. por mediación de la Virgen, su Madre. El pueblo no cesó de aplaudirle un solo ínstente desde su aparición en la localidad hast a que, ya dentro del templo, el doctor Muñoyerro, revestido de pontifical, pronunció las siguientes palabras: i Celebramos en este acto la inauguración simbólica de esta iglesia, parroquia! Digo simbólica, porque ya está, po- r necesidad, dedicada al culto. Sin embargo, yo quieno aprovechan esta ocasin para repetiros la expresión de gratitud que esta mañana cte dedicaba en la magnífica Iglesia Catedral de Sigüenza. Os hemos expresado nuestra gratitud. ante el altar de aquella espléndida capilla catedralicia. Ahora lo hacemos igualmente en esta humilde parroquia del pueblo de Gajanejos, excelentísimo señor, y tanto en este humilde pueblo como en las bóvedas de aquella espléndida Catedral e darán gracias a Diois por los beneficios que. tanto a Sigüenza cerno a Gajanejos, y a toda la diócesis, habéis pres tado. Tened la seguridad ét que aquí el pueblo es riao en fe. Yo aseguro 1 qus aquí, a! igual que en la magnífica Catedral de Sigüenza, se darán gracias a Dios con el mismo fervor y se darán gracias tían el mismo entusiasmo de corazón a vuestra excelencia, y pediremos a Dios defienda a España, la proteja y la encaucé por los caminos de la oración y de la fe. Al mismo tiempo pedimos a nuestra Patrona Santa Librada conceda su patrocinio a vuestra excelencia y, sobre todo, a Es paña. Invdco también la protección de la Santísima Virgen, y como muestra de veneración vamos a entonar la Salve. UNA SALVE Y NUEVAS ACLAMACIONES AL CAUDILLO Inmediatamente después se cantó una Salve solemnísima, terminada; la cual el Caudillo, bajo palio con el obispo de la diócesis, acompañados de los ministros y autor ridas y seguida dert vecindario, se dirigió al Ayuntamiento, cruzando la plaza entre delirantes aclamaciones. Un grupo de muchachos portaba un inmenso cartfelón en el que se leía: Enhueca, saluda a ¡su Caudillo En el salón de actos del Ayuntamiento el Jefe del Estado y. sus aaomlpañantes prtesenciaron cómo el iOfeispo de la diócesis bendecía él puebla Tales y tan incesantes eran las aclamaciones, que el Generalísimo tuvo que asomarse al balcón, desde donde escuchó una prolongadísima ovación 4 ue le Idejó vivamente emocionado 1. Jnmediatameníe desfraés- abandonó- el- v tamiento, y siempre acompañado por el pusblo, ocupó el automóvil. Fue despedido fervorosa y entusiásticamente por tddo el vecindario e n m a s a que rodeó djuran fce largo rato el vehíouJu CARACTERÍSTICAS DEL PUEBLO DÉ GAJANEJOS Gajanejos es un pueblo de antiguo origen que, con el titula de villa, Ayuntamiento y una población de 370 habitantes pertenece al partido judicial d ¡e Brihuega y a la diócesis de Sigüenza. La villa, -pequeña, a pesiar de los grandes espacios destinados a corrales que eír sus casas existen, se halla situada al extremo de una vasta llanura, asomándose a unos barrancos, que más merecen este nombré que el de cuesta, por cuyo fondo fluyen tranquilas las aguas del río Vadier. Es centro de un término municipal que limita con los te Brihuega; Utande, Ledanca y Valfermoso de las Monjas, Cuenta con más. de 3.000 fanegas dé monte poblado, de encinas, robles y vegetación de monte bajo. El total de viviendas que se entrega se eleva a noventa; algunas de dos plantas, y además cuenta, con é. Ayuntamiento, escuelas, ermita, iglesia, casa rectoral, depósito de agua y abastecimientos, fuentes, red de alumbrado y un hermoso arbolado. El nuevo, pueblo de Gajanejos está edificado en plena meseta para lo cual se ha prescindido de la yerma perspectiva que ofrecían las ruinas del antiguo. Las viviendas constituyen una serie de casas acogedoras que permitirán una vida agradable. La urbanización se ha proyectado a base de una vía de penetración que con el castizo nombre de calle Mayor, es la principal del pueblo y sirve de nexo entre la carretera de Madrid a Zaragoza y el núcleo central de la vida del nuevo pueblo. Dicho núcleo agrupa los edificios de la iglesia, Casa R e c t o r a l dependencias parroquiales, Ayuntamiento, viviendas de funcionarios, de. particulares y establecimientos comerciales- -CIFRA. poracionear- y autoridades aquí presentes, una vez más he de expresaros la fervorosa. adhesión de este sufrido pueblo castellano que con tanto entusiasmo como sinceridad espera y os suplica que esta breve visita sea heraldo anunciador de otra más duradera que os permita estudiar en forma directa y material los problemas locales que ya sabemos por nuestra primera autoridad provincial que os son conocidos y dignos de vuestra paternal atención, Al formular esta súplica no se nos oculta Señor, que os imponemos una nueva carga, sobre la abrumadora tarea que demanda la obra de que sois artífice, pero sabemos también de vuestra inagotable generosidad y cariño a Castilla, esperando por ello ser atendidos. í Y para terminar, Excelentísimo Señor, naciéndome fiel intérp ete del. sentir noble y leal de este vecindario que así legitima los blasones del escudo de la ciudad, he de añadir tenga la seguridad de que cotno haista aquí continuará pidiendo a su Patrona, la Virgen de lá Antigua, su mediación para que Dios siga protegiéndoos para bien de nuestra querida España. Mi Genera! siempre a sus órdenes. Palabras de Su Excelencia desda el balcón del Ayuntamiento de Guadalajara Ante el entusiasmo ida la muchedumbre que, enfervorizada, 00 cesaba de adamar, a Franco, el Caudillo saíió af balcón para recibir, estas muesiüras encendidas de adih esión. Desde iel balcón- principal del Ayuntamiento; Su Excelencia el Jefe, del Esitadoi pronunció las siguientes palabras: Visita a Guadalajara FERVOROSAS ACLAMACIONES. SALUTACIÓN Y ADÍÍESION DEL ALCALDE Guadalajara 27. Desdé el nuevo- pueblo de Gajanejos- hasta Guadalajara. el Generalísimo Franco también recibió el homenaje de los respectivos vecindarios. En lá capital se hizo día festivo. Cerró el comercio y todos los edificios públicos y, particulares habíanse engalanado con colgaduras y banderas. El vecindario énvmasa aguardaba a tedo lo largo de la carretera la llegada del Caudillo. Este se dirigió directamente al Ayuntamiento. En la plaza formaban fuerzas del Ejército, que le rindieron los honores de ordenanza. El alcalde de la ciudad le recibió a la entrada del edificio y entre delirantes ovaciones se dirigió al despacha de la citada autoridad. Allí se. celebró una brillantísima recepción durante la cual desfilaron ante Su Excelencia y estrecharon su mano los miembros del Ayuntamiento, la Diputación, representaciones del Ejéítito y todas las autoridades. Congregadas allí cuantos habí, an ido a cumplimentarle, el alcalde de Guadalajara pronunció ante el jefe del Estado las siguientes palabras: Excelentísimo Señor: Como alcalde de esta noble y leal ciudad de Guadalajara y en su genuina representación me ha sido deparado e ¿t honor de ser el portador de sus saludos y bienvenida a la vez que de expresaros el contento y gratitud inmensa que podéis aprecikr brota copiosamente del corazón de sus habitantes por teneros aquí y por el bienestar y paz que conquistasteis y sabéis conservar paira la m a d r e Patria, venciendo con admirable, acierto cuantas dificultades y asechanzas, se os oponen en la ingente labor de gobernaóte. Par elfo, Excelentísimo Señor; ante l a s Cqr- Gracias, muchas gracias por ese entusiasmo, qué no en vano lleva esta ciudad por título el de muy noble y leal He hecho un alfo en el camino de paso para Madrid para saludaros y para deciros que a vuestra gratitud y a vuestra nobleza (Una voz: A la tuya y gratules aplausos corresponden la firmeza del régimen, la firmeza de mi Gobierno y la firmeza de mi brazo para llevar la Revolución nacional a todos s ámbitos... (Los aplausos interrumpen a. Su Excelencia. Os han prometido a través de la historia muchas cosas y muy pocas os han cumplido. Yo iio vengo a prometeros nada, sino a deciros que os fijéis en las obras económico- sociales realizadas, pata juzgar las futuras, en cómo trabaja el régimen español para lograr una España libre, una España grande y una España justa. (Los aplausos con que se acogen las últimas palabras del, Caudillo duran largo rato. DESPEDIDA ENTUSIASTA AL GENERALÍSIMO? Al terminar Su Excelencia el Jefe del Estado su ibrteve alocución, el gentío que se apiñaba en la plaza, en ías ventanas y balcones de las casas adyacentes y en todcs- loa lugares accesibles, tributó nuevos aplausos, ovaciones, y vítores. Los gritos efe i Franco! ¡Franco- ¡Francoi! se prolongaron durante largo rato, niieot! ra s una oleada de pañuelos blancos flameaba en saludo al Generalísimo. Descansó el Caudillo breves minutos y tomó un refresco. Minutos después emprendía la marcha hacía su residencia oficial, entre las aclamaciowes del vecindario, que le ácCKnpañó hasta la salida de GuadaJajara. En el límite de la provincia abandonó i el automóvil el gobernador civil, Sr. Casas- y el Jefe del Estado prosiguió tí viaje camino- de El Pardo, acompañado por eí ministro die la Gobernación, D. Blas Pérez y Gotazáliez. ¡También en; 1 tirayiecto fue objeto de cariñosas tracioiies de afecto. -CIFRA. 1

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