Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 18-06-1946 página 9
ABC MADRID 18-06-1946 página 9
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 18-06-1946 página 9

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página9
Más información

Descripción

EJEMPLAR: CÁNOVAS V CASTELAR También el otro aía me pidió Cristino que no fuese a Fernando Poo cierto indiviilun. y acertó a pedírmelo cuando ya estaba medio vencido por sólo un recuerdo tuyo que recibí por mi hermano. La mitad de aquello te toca también. Pero no creas que te lo doy por llevarte cuenta de deseos. Cuantos tú tienes, menos uno. los hago propio? y por tanto se complace así ai complacerte tu invariable. Antonio. Diríase que Cánovas- y Cautelar son. entre ¡a pléyaV íc que forman sus respectivos correligionarios; los tíos hombre capaces ds. e- timarse, más profundamente. Ninguna admiración puede ser más grata a don Antonio que la inspirada a Oastelar, como ningún fervor puede halagar más a éste que ci demostrado por Cánovas. Se ven poco, pero se escriben mucho, porque el contacto frecuente, el intercambio de ideas, constituye para ello- un placer y hasta tnia necesidad. Se ven poco; sí, a hurtadillas, casi clandestinamente, aprovechando las ocasiones, algo así cotilo los novios, que. sosteniendo relaciones contrariadas, han de proceder con prudencia. Otra cosa despertaría recelo y sobre tocio incompresión; la incompresión de todo lo noble y elevado, que suele determinar torcidas interpretaciones. Y como nuestros deberes; públicos- -escribe Castelar a Cánovas- -y nuestras respectivas posiciones nos vedan un frecuente trato... Al coincidir en algún salón aristocrático, se aislan en un rincón para departir Sargo rato. En el Retiro, a la hora en que aque, Has alamedas están menos concurridas, se hacen los encontradizos, y pasean juntos, saboreando el placer de una prolongada y sabrosa charla. El martes me fui a casa de nuestra buena amiga la condesa de Campo Alange, primero, por corresponder con una visita a sus bondades, y después, por departir un rato contigo de. ciencias y artes, cosa que, por extremo corno de antiguo, sabes me agrada y use recrea. De seguro hubiéramos disputado por el disentimiento natural de nuestros opuestos principios; pero de seguro hubiéramos aprendido uno de otro, y sobre todo. o de ti, algo nuevo y úti! En tu viaje último has visto un extremo del problema político indudablemente más digno de atención jue: boy presenta Europa; yn he- visto el oiro extremo, no menos interesante por mi posición tan opuesta a- la Tuya; pero de nuestros datos contrarios quizá hubiéramos extraído en choque de idea? alguna chispa que iluminase la incógnita de k porvenir. La condesa no recibía, tú no estabas y hji- lie de resignarme 1 perder el goce que ahorcaba de antemano un rato de conversación amenísima am el amigo a qu eis iHiícr. y admiro desde la niñez, con sincero nvnñu v profunda admiración. (r) ¡o pi: o yo, ya sabes que, sea cuaiOuiti ¡a diferencia in. valvable ele nuestras ideas- lia sido inextinguible la amistad sin íimite. s de nuestras almas. (2) Te c- cribo para recordarte que mañana c s mi rec; cióu académica, y para decirte ¡me iidn- i una k- ias mayores satisfacciones de mi vida te en el acto, donde te espero a ¡oda CÜMH. l or muy desengañados ue esííMuos do ia vida- y por muchas, espinas y flores que iiavamo- recogido en Tmesíri) camino, estos s. luiínes actos no; obligan A volver! a vi. ta a; rá v a recordar nuestra juventud, sobre todo ahora, en que los horizontes, de lo porvenir se van oscureciendo, y ensanchándose el camino que nos conduce a la muerte. V quisiera que tu asistencia recordara a nuestra Patria, tan necesitada de tolerancia, como nuestros disentimientos políticos y nuestra opuesta ¡historia 1) 0 impiden que nos apreciemos y nos queramos mutuamente tyniü nos queríamos y nos apreciábamos en nuestros juveniles años, con una amistad que ha confirmado el tiempo, y que ha salido ilesa de t o d o s nuestros combates. (3) Y no puedo resistir a la tentación de comunicarte mi júbilo y mí agradecimiento. Al hacer escnombramiento, no solamente has mostrado la nobleza de. tu carácter y la fidelidad de tu memoria a los mejores recuerdos di la vida, sino que has prestado a la ciencia española un verdadero servicio. Permíteme creer que ha contribuido en mucho a este feliz nombramiento el recuerdo de aquellos días en que no? sentábamos en los mismos bancos universitarios y- oíamos juntos sus lecciones, y comenzábamos nuestros primeros ensayos oratorios. v sobre todo, fundábamos una amistad entre nosotros dos. sin rivalidades ni envidias, c ¡ue, con- er vada. siempre a pesar di los disentimientos de idea? y de los tiisfe- ca- os dt ja política, será uno de Don Antonio Cánovas á e 1 Castillo. mejores, timbres dw nuestra vida. Te quiere de corazón tti amigo del alma. (4) Diríase que esta mutua inclinación necesita afirmarse a cada instante. Castelar quiere establecer, de manera bien concreta, que la pasión política no puede enturbiar su afecto, No se trata ya de una relación cordial; es una especial predilección la que siente don Emilio por su enemigo político: un sentimiento entrañable que le (hace evocar los tiempos juveniles y los comunes estudios como pumo de partida y base de una amistad jamás desmentida. AGUSTÍN- DE FIGUE. ROA (1, 2, 3, 4) Castelar a Cánovas.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.