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ABC MADRID 12-04-1946 página 11
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ABC MADRID 12-04-1946 página 11

  • EdiciónABC, MADRID
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COSAS DE MADRID Q ü l NO TODO MADRID SABE El Monte de Piedad lo fundó un capellán de las religiosas Franciscanas: el padre Piquer. Y la Caja de Ahorros, un aristócrata el marqués de Pontejos personas augustas que allí vivieron pueden ier objeto de otra crónica. En donde hoy está el Monte de Piedad- -nombre que lo dic. e todo, titulo que se ha conservado al travos de dos siglos y medio- -se emplazó el Hospital de Capellanes. Esta institución dio nombre a la calle contigua. ¿Cómo nació la benéfica entidad? Fue precisamente un capellán, el del convento de las religiosas Franciscanas, Descalzas Reales, don Francisco Piquer Rudilla, el que concibió la idea. Y el día 3 de diciembre de 1702 fundó el Monte. Daba el edificio a la plaza de las Descalcas y a las calles de la Misericordia y Capellanes, que luego se denominó de Mariana Pineda, y actualmente, de Maestro Victoria. No estuvo allí desde el principio, como ahora. En el convento, más modestamente, epipezó, y por Real Cédula de don Felipe V, el 5 de abril de 1713, once años después de la fundación, fue concedida a la entidad la disposición de uso y habitación del edificio, construido en el solar de la casa primitiva. Para completar la iniciativa del Monte, en 35 dé octubre de 1838 se ordenó el establecimiento en Madrid de una Caja de Ahorros y Previsión. El célebre cronista don Ramón de Mesonero Romanos y el marqués de PQJJtejos fueron los promotores. Las operaciones de la Caja de Ahorros se iniciaron prácticamente el 17 de febrero de 1839. La primera imposición fue de mil reales. El edificio primero se amplió. Ganó terreno hasta 1. a plaza de Celenque y se alza donde estuvo el popular y madrUefllsimo Petit Fornos El nuevo edificio fue inaugurado el 4 de diciembre de 1922, con asistencia de S. M. el Rey don Alfonso XIII. Era entonces presidente del Consejo de Administración el duque de Fernán Núfiez. En la plaza antañona de las Descalzas Reales se erigieron dos monumentos para perpetuar la memoria de los fundadores: uno, el del marqués de Pontejos, y otro, el del padre Piquer. Lo que empezó modestamente y ha tenido un sentido de protección a los humildes, alijo muy enraizado a las costumbres y al tipismo de nuestra Villa, es hoy una poderosa institución moderna, de organización bancada, y por ello, dejando su rincón silencioso, de aspecto anticuado, se trasplanta, en un gesto audaz, a ía calle de Alcalá, junto a la Puerta del Sol, y levanta allí su nueva casa. Será justamente donde estuvo el café Madrid- -el de los billares y las camareras- -y la sucursal de Teléfonos, donde se reunían los corresponsales de Prensa. La primera casa de la populosa calle, con fachada a la Puerta del Sol y al pasadizo que irá desde Alcalá a la de la Aduana, y que se va a denominar pasaje de la Caja de Ahorros. Por lo demás, el carácter que Piquer y Pontejos dieron a las dos instituciones hermanas se ha conservado. Si una de ellas avanzó convirtiéndose en una entidad moderna y sujeta a los cánones del febril movimiento bancarjo, el espíritu, que ha sido siempre popular y muy querido para los madrileños, se mantiene, y como centinelas, simbólicamente, par, a que su obra y su intención no se malogr t, ahí están las dos estatuas de los ilustres fundadores el padre Francisco Piquer y don Joaquín Vizcaíno, marqués de Pontejos, que acertaron a crear lo que ha remediado t ntos males y enjugado tantas lágrimas, y que seguirán su guardia, en la vieja plaza, frente al monasterio, del que salió la generosa iniciativa. FRANCISCO TASARES. Edificio de la Caja de Ahorro y Monte de Piedad, de Madrid. no habrá pasado alguna vez flfy las naves del Monte de Piedad? Raro será el madrileño que, en una última instancia, cuando el apuro llega a ser irresistible, no haya pensado en el arbritrlo decisivo: dejar una prenda, algo de lo que se consejva amorosamente, en el mostrador o la ventanilla, para recibir el 1 préstamo que salva él difícil trance, y con la garantía, que es consuelo, de la restitución. La angustia, conjurada; la operación, que resuelve un conflicto los estudios del hijo, en cuya inteligencia y porvenir se pusieron tantas ilusiones; él librar de quintas, cuando existia el arbitrjo de pagar esa exención; el comienzo. de un pequeño negocio, y hasta, en el pintoresquismo de lo castizo, que ha dado a Madrid u a personalidad sut gencris, el rasgo de empeñar el colchón para ir a la corrida de tronío. Anécdotas, episodios, sucedidos curiosos, lágrimas y alegrías, ¡cuántas cosas se podrían contar y qué cantidad fabulosa de sustancia humana en este, viejo caserón de la plaza de las Descalzas t Enfrente se conserva todavía el convento, que fundó una princesa, y que fue regia residencia. Mucho es lo que se podría hablar y contar de doña Juana- -allí tiene su sepulcro- -y de los hechos que han sido piezas de historia. Desde las primeras Cortes reunidas en Madrid. El rincón apacible, silencios. que se libra de la vibración cercana, de la estrepitosa trepidación de lo circundante, en la gran ciudad moderna, está lleno de recuerdos. Pero nos apartamos de la idea, que es rememorar estas instituciones, tan populares y. vinculadas a Madrid. En todo caso, el Real Monasterio de las monjas descalzas, u primera abadesa, la relación con la Corte, tas O CIEN Anteproyecto de edificio para U subcentral de la Caja de Ahorro en la calle de Álcali. Sala áel edificio central de la Caja de Ahorres y Monte de Piedad, de Madrid.

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