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ABC MADRID 05-04-1946 página 9
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ABC MADRID 05-04-1946 página 9

  • EdiciónABC, MADRID
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LA ENEMISTAD ENTRE QUEVEDO Y MONTALVAN Don Juan Pérez de Montalván. Don Francisco de Quevedo. N mi reciente libro La vida turbulenta de Quevedo (y es forzosa la cita) expuse las verdaderas razones de la enemistad entre don Francisco de Quevedo y Juan Pérez de Montalván. hijo del librero Alonso Pérez, que tenía su tienda en la calle de Santiago. Y en el Catálogo y refutación de escritos apócrifos inserto en la Parte crítica de mi edición de las Obras completas del. gran satírico (1932) di la voz de alerta contra un documento falso, publicado en, 1841 por don Basilio Sebastián Castellanos, porque enturbiaba las causas de la ojeriza entre Quevedo y Montalván, al suponer obedecieron a que el padre de éste había hecho en Madrid una edición furtiva del Buscón Dice así el documento del señor Castellanos: Salió a luz la primera vez esta novela en Zaragoza, el año 1626, con el título de Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos, ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños Como esta edición se arrebatase en el momento de su publicación, que fue en el mes de julio de dicho año, la codicia de la ganancia movió a Alonso Pérez, mercader de libros de esta Corte, a hacer en la imprenta de Alonso Martín una impresión furtiva con el mismo título, si bien disfrazada como si fuera T misma edición de Zaragoza. Sabido este a hurto literario por Roberto Duport. librero de Zaragoza, a quien Quevedo había vendido el manuscrito... demandó en juicio al librero Pérez, y por acuerdo de la Sala de Justicia del Supremo Consejo de Castilla, de x 6 de mayo de T 627. se sentenció a la impresora viuda a pagar la multa de cien ducados para penas de cámara, y al Pérez a otros ciento, con más la pérdida de todos los ejemplares que, se le aprehendieron, los que se entregaron al procurador del propietario del original, Duport... Yo puse a este documento (falsificado con tanta ligereza como ignorancia) el siguiente, comentario: No existió tal proceso, ni tal condena contra Alonso Pérez ni Alonso Mar- E tí 11, ni tal edición. En efecto, no se halla el proceso en el inventario de causas de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte. Y añadí que el padre de Montalván gozaba de crédito en Madrid y no hacía ni necesitaba hacer impresiones furtivas, cuanto 1 más, que, precisamente a fines de noviembre de aquel mismo año de 1626, publicaba la Política de Dios con privilegio de Quevedo, en cuyos prolegómenos decía el satírico sacarla a luz completa para enmendar la desastrosa edición de este tratado, que acababa de imprimir sin su asistencia y conocimiento en Zaragoza el propio Duport y para vengarse (agregaba don Francisco) de los agravios de los que copian y de lo que imprimen El ataque es patente contra Duport. Todo, pues, se hallaba esclarecido; pero ahora don Miguel Herrero, en la Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo del Ayuntamiento de Madrid, publica un artículo diciendo que yo no tengo razón; que existe tal edición pirateada por Alonso Pérez. Aquí está la edición exclama jubiloso, e inserta unas fotografías, que él se imagina pertenecer a la tal, y remata: Ahora aparece la edición furtiva a defender a. 1 pobre señor Castellanos y a exigir un huequecito en la biografía y bibliografía de Quevedo para aquel episodio de sus relaciones con Montalván, y su padre, suprimido precipitadamente por el señor Astrana en su último libro sobre Quevedo. No voy a enfadarme. Ya sé lo que son tentaciones del diablo, y la mayor que puede poner en un hombre es hacerle creer que entiende, sin más ni más, de Quevedo y de. libros. La edición que el señor Herrero supone de 1626 data efe más de cincuenta años después. Lo que al menos docto en bibfita grafía se le trasluce, con sólo vet la modernización- de su ortografía, transformadas casi siempre en y las u que en tal tiempo representaban aquella ¡etra, conforme a la grafía minúscula del latín. En ningún libro de entonces, ni de T 626, ni de 1630, ni 40. ni 50, ni 60, ni 70, se advierte esta modernización, porque los impresores no habían de adivinar lo que se estilase en el curso de los años. Si hoy leyéramos un libro con fecha de: 1900 y en él se hablase de la bomba atómica, fuerza es que tuviéramos la data por fingida. Pero dejémoslo por hoy aquí, pues hay muchas más pruebas (jue agregar. i: Luis ASL KAXA MARÍN

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