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ABC MADRID 02-04-1946 página 7
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ABC MADRID 02-04-1946 página 7

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página7
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vista, la mitad hecho escombros v la otra mitad inhabitable; Buenavista renace también al impulso de la voluntad artillera: sin dinero y rebañando de donde lo puede haber, el edificio se arregla; los balcones rjue han desaparecido se. sustituyen coa cañones de fusil deteriorados en la guerra; y tal reforma se ejecuta dentro del recinto que el Gobierno ordena alojar allí ü ministerio de ia Guerra y que el Museo, luego de buscar inútilmente alojamiento, se instale en el ruinoso resto del Palacio Real del Buen Retiro. Algunos años pasaron sin que pudiera abrirse el Museo, invertido todo el tiempo en componer los estragos de la mudanza- -equivalentes a un incendio- -y en arreglar ía parte del edificio correspondiente; escaso el personal, escaso el dinero y luchando con la indiferencia de las autoridades, el Museo de Artillería, pasito a pasito, va eliminando obstáculos, edifica por completo una de las torres de la fachada principal, limpia de escombros los. alrededores, decora y adecenta las salas, consigue que se vayan los molestos vecinos, logra que se le ceda en propiedad el Palacio del Buen Retiro, y en todo el tiempo de estos trabajos, va allegando banderas, trofeos, reliquias de oficiales distinguidos de todas las Armas, y, al fin, el Museo, elegantizado y pulcro, abre sus puertas al público dos días a la semana y se hace popular en Madrid, Hay en él, además de tantas cosas interesantes, una gran maqueta en medio de tina sala, en cuyas paredes unos peldaños en anfiteatro ofrecen asiento para contemplar el plano en relieve del Madrid de entonces, con sus plazas, plazuelas, calles y callejuelas el público ocupa los escalones y se extasía oyendo la explicación que un viejo obrero de la Maestranza, armado de puntero, va dando de las casas particulares y los edificios oficiales que componen la capital de España; todos los detalles de la urbe están allí representados; es posible que no queda r. a un solo madrileño sin ver el sitio donde vivía; al coronel Gil del Palacio se debió este trabajo topográfico y arquitectónico liliputiense. ii? Luego de aquél periodo brillante, la tercera etapa que pudiera, haber sido, reposada fue perjudicial por Tag revueltas de la política, los motines, las jaranas, las revoluciones y las guerras civiles y coloniales, vicisitudes que dejan siempre huellaí en la vida nacional y en la interior de los Museos; no obstante, los artilleros del Museo no renuncian a su labor y rebuscan y encuentran recuerdos de los personajes que estaban escribiendo la Historia de España con la sangre de los españoles. Hace próximamente veinte años, se concentraron todos los Museos Militares en Toledo; mudanza, o sea, catástrofe, y luego marasmo, porque los Museos no tienen vida próspera más que en las grandes capitales. Después, revolución roja, guerra de la Cruzada; el Museo padece CDITIO todos los seres que tienen espíritu, pero las granadas nacionales, que con sus explosiones visitan todos los barrios madrileños, respetan el del Museo. seguramente por no herirlo. Victoria de Franco y principio del periodo actual. Para el Museo del Ejército el Catálogo del de Artillería es la ejecutoria de nobleza, el blasón de la estirpe, y también la consagración de unas palabras que, con motivo del traslado al Campo de la Lealtad de las cenizas del teniente Ruiz, para que descansasen junto a los sepulcros He Daoiz y Velarde, pronunció el ilustre artillero general Carvajal, ante las numerosas representaciones de todas las Armas del Ejército: Las glorias del Ejército son indivisibles erran verdad que se materializa en el Museo del Ejército, donde las glorias de todas las Armas viven unidas como en los campos de batalla pelean juntos todos los soldados de España. Luis BERMUDEZ DE CASTRO CALLE DE RAMÓN ABRID tienéTuñá deuda permanerte mos sigue surgiendo a voluntad del prtcon Ramón Gómez de la Serna. mer propietario de la calle el ildrtiijre de Ramón es, su cronista superoficial, éste o alguno de sus hijo denominánel más exaltado de sus apologistas y el dola, porque el primero que construye en una calle es como el que descubre tina que más hondamente ha sabido encontrar la lírica madrileña, hasta en aquellos u- isla, que la da el nombre que quiere, y gares en los que, a primera vista, no pa- por eso se ven en la Ciudad Litleal y en recía haberla. Se le ha dado la medalla, la Guindalera esas calles con liotttbi es moralmente, de oro, y, materialmente, de que son puramente, una gloria local, gloría a diez metros cuadrados, y que ge llaplata, porque el oro no se debe exportar: se piensa en darle su nombre a una calle man calle de Antonio González o de Ramón Fernández o de José Mafia Pétez. de Madrid. Los políticos sólo debían de tellCr calles Tal vez sea este asunto de las; calles lo más grato de la gestión municipal; -el en los barrios que se construyen durattte sü mando; sería la única manera de que bautizo de las calles de una ciudad epermaneciesen. trotrae a la creación del inundo cuando Sin embargo, en el caso de Gómez de iban pasando bichos y se les iba poniendo la Serna hay que hacer una excepciátti sü nombres... Á éste le llamaremos Leói calle no puede estar en el extrarradio, y a éste, que parece un zorro, te llama hay que buscarle una calle- qUé le vaya mos Zorro Yo reconozco la gra bien a su obra, a sil personalidad. Tal vez la calle de la Puebla o el callejón de la Paz. A mí me gustaría que le dieran el callejón de Trujiílas o la calle de las V. etteras pbTque cuando yo conquiste) dentro de unos años, la inmortalidad municipal, le darán mi nombre a mi auténtica calle, a la calle de Ttujlllos, y me gustaría pasar la eternidad al lado de mi amigo Ramón. Hay gente que tiene nombre apto para calle y gente que no la tiene. Azofití por ejemplo, debiera teher una tranquila plazoleta en el Retiro, a Ors habría que dedicarle la puerta flameante del Parterre, a Baroja esa calle colindante con el Satánico, donde se venden las lloros viejos, a Carrére una de las calles que van a ¡desembocar a la plaza del Alamülo, a Gaklós habría qu quitarlo de donde está y trasladarlo S lo alrededores de Potttejos, donde vivieron Fortunata y Jacinta. Pero hay gente que tto tiene nombre de calle, por ejemplo, Ortega y Gasset; don José se merece la Puerta del Sol para arriba, pero tto tiene que tiene el que las calles lleven el nom- nombre de calle y habría que hacerle Una especial, construida de tal modo, que cottbre del gremio que más abunda en el! as; cuerde con su nombre. Hay que Ir ha, esto tiene tal fuerza, que ha sobrevivido bilitando calles para escritores, no sólo a todos los caprichos de la política, y por para los del noventa y ocho, ¿Ütié Calle eso Cedaceros, que llevó durante cuai enpodríamos dedicarle a Valle- Ittclátt? sino ta años el nombre de un señor que nadie para los modernos y para los jóvenes nay conoce, don Nicolás María de Rivero no que dar a todos los escritores la ilusión hubo manera de que los madrileños la llamásemos de otro modo que Cedaceros de que van a tener su calle pttftt que asi trabajen mejor y con más cuidado, hay Y así sucederá siempre que una calle enga un nombre bien puesto y con solera. que hacer también el barrio de los periodistas para que tengan su calle los bueHay que tener cuidado con cuáles son nos periodistas de esta época. las calles rebautizarles; yo creo que hay Los artistas necesitan ya SU Urbanizaque ir construyendo calles nuevas a meción; al teatro y al cante se ha Venido a dida que van surgiendo nuevas glorias unir el cine dentro de nada será neceen el país o en el Municipio y dejar a las saria la plazoleta de Imperio Argentina y calles del casco de la población con sus la calleja de Guillermo Marín. nombres antiguos. A Ramón hay que suprimirle eraftelHAhora ya es tarde, pero lo ideal sería do; la lápida de su calle debe de Ser la icálle haber seguido con esto de los gremios y de Ramón, así sin más detalles, como a el haber dedicado un barrio a los políticos, le gusta firmar. Veamos, pues, qué rustir de otro a los escritores, otro a los militares y así sucesivamente. Se podía haber DUS- la ciudad se le dedica, pero hagámoslo pronto, para que cuando él reámese de cado denominaciones pintorescas, que caracteriza tanto a un barrio, Callo de América se encuentre ya su callé prepalas ñutieres rubias Calle de la del gui- rada para que desde allí se pottgá a dísño Calle de la Liroha Calle del iparar sus cien mil ideas, capaces de fecundar inteligentemente toda una geneamor perdido Pero hoy ya es tirde ración. para esas cosas y va la gente diseminada EDGAR N E V I L L E 1 por esas esquinas y en los barrios extre- M

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