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ABC MADRID 29-03-1946 página 17
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ABC MADRID 29-03-1946 página 17

  • EdiciónABC, MADRID
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EL TRAJE DE j- UCES Y D O N FRANCISCO, EL DE LOS TOROS UÉ en este mes de marzo- -el 30 h a r á doscientos años justamente- -cuando brilló por primera vez en el cielo de España aquel rutilante luminar de la Pintura y del genio hispánico que se llamó, y seguirá llamárijdose por sucesivos siglos, don Francisco de Goya y Lucientes, él de los Toros; sobreño m b r e casticísimó que le ganaron las planchas magníficas de 1 La Tauromaquiaj su notoria afición á ta fiesta nacional yelliá ber retratado a los más celebrados lidiadores de entonces. Si h e m o s de dar crédito a uno de sus innúmeros biógrafos, M. Charles de Iriaue, fantasioso como buen francés, basta t o r e ó alguna vez; por ío menos en cierta ocasión en que, deseoso de visitar Roma y falto de recursos, buscó medios con dicho fin, recorriendo v a r i o s pueblos, unido a una cuadrilla. Aunque tal referencia no parece muy fidedigna, lo evidente es que lá obra de Goya ofrece copiosa i documentación para Retrato de José Romero, el estudio de la indumentaria toreril de fines por Goya. del xviii y comienzos del xix. Una curiosa nota escrita al dorso del retrato del afamado diestro José Romero reza así; El célebre torero J. R. con el rico vestido que le regaló la duquesa de Alba, a que se añade tener el capote jerezano, pañuelo rondeño al cuello y la faja a la sevillana, para denotar las proezas que en la lidia de los toros hizo en estas tres ciudades. El lienzo nos muestra al torero con redecilla negra, sujeta a la cabeza por lazo de seda, Dos retratos de toreros del sinegro también, y vistiendo chaquetilla de glo XIX. (De la colección de traterciopelo granate, adornada de plata en el jes apañóles de la Calcografía cuello, hombros y bocamangas; ancha faja Nacional. (Fotos V. Muro. de seda azul sobre la chupa, primorosamente recamada del mismo metal y, terciada al A pesar de ello y de posteriohombro izquierdo, la roja capa que cruza res cambios- -ensanchamiento la cintura con garbo. de la moña, nuevo acortamiento El descrito indumento presenta ya las de la chaquetilla, etc. puede innovaciones que en la ropa de los toredecirse que no ha variado gran ros introdujera Costillares, el cual dio cosa, de entonces acá, el traje mayor vistosidad y riqueza al traje de de luces que, con todo su brillo luces y reemplazó el ancho cinturón espectacular y de trágico conde cuero con que sus antecesores detraste, nos legó el arte supremo fendían el vientre de las acometidas de aquel, gran pintor y hombre de la fiera- -y que hoy pervive entre de pelo en pecho que había de los vaqueros de las dehesas salser testigo de mayor excepción mantinas- -por la sedeña faja de de la muerte de Pepe- Hillo, v i v a c e s colores, idénticos casi acaecida, como se sabe, en. 1801. siempre a los del pañuelo del cueDesde su asiento de la vieja llo, excepto en el caso en que, plaza madrileña, el lápiz impor luto del lidiador, éste hubiese de llevarpresionista, expresionista a un lo negro. tiempo, de don Francisco, el de Tres retratos de Costillares pintó Goya, los Toros, tomó febrilmente un y en los tres se ve el mismo tipo de indumenapunte certero y escalofriante taria: el pañuelo sujetando la redecilla, la chaquetilla de alamares metálicos y chupilla Rodríguez en actitud de recibir las aclama- de la espantosa cogida. La misma diestra con pasamanería de oro, más chorrera y pa- ciones del público. Viste chaqueta algo lar- pe da fe del horror de Los fusilamientos y ñuelo sobre ésta. Un grabado de don Juan ga como las que los manólos usaban añojs Los desastres de ta guerra, f MANUEL COMBA de la Cruz nos muestra a! propio Joaquín atrás, con vueltas de seda, ribetes de galón (Catedrático del Real Conservatorio. F de plata formando ondas ¡y botonadura de filigrana en los delanteros j las hombreras o charreteras, de anchas cintas de seda entrelazadas, y el cuello y todo su contorno, festoneado de trencilla plateada, al igual que la abertura de las estrechas nangas con pequeños ojales y botones a juego. La chupa de raso, bordada, y, ciñéndqla, lujosa faja rayada al estilo oriental; y al lado izquierdo, lazada, que dejaba caer ambos extremos, guarnecidos de pequeños flecos, sobre el calzón un poco ancho, galoneado y con botones en las aberturas, que lo cerraban por bajo de la rodilla. A la cabeza, la típica redecilla de malla negra. Medias claras, de seda, y zapato muy bajo con lazos. Pasado el primer cuarto de siglo, empiezan a introducirse algunas modificaciones más en este atavío. Se acorta la chaquetilla y aumenta el lujo de su adorno, el calzón es más ceñido, sustituye la corbata al pañuelo, y desaparece la redecilla para dar paso a la breve montera y la moña un tanto aparatosa, que ya hacia 1830 usaban Juan Jiménez, el Mor enito, Francisco Montes, Paquiro, Roque Miranda, Rigores, y tantos otros.

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