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ABC MADRID 26-03-1946 página 3
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ABC MADRID 26-03-1946 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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MADRID DÍA 26 DH MARZO DE 1946. NUMERÓ SUELTO 4 0 C E N T S VS EJERCICIOS en el estudio de las almas que el espíritu de ios Ejercicios ignacianos supone. Los cuaRAE la primavera a las almas el per- tro Novísimos o. Postrimerías (muerte, juifume de los Ejercicios Espirituales. cio, infierno y gloria) son allí examinados a Días antes de la Cuaresma ya co. -la luz de la fe con sabiduría incomparable. mienzanlas gentes las tandas de Ejercicios. La necesidad de lo divino y lo eterno, que Unos se- someten a internado para mayor todos sentimos en el hondón de nuestro ser fruto, en. la meditación y la ascesis. Otros, de hombres, encuentra su fin y los medios que no pueden abandohar tan por completo que ál fin último de los racionales encamilas tareas del mundo, se desentienden lo que- nan en estos días de recogimiento y oración. pueden de los afanes del siglo, y en el tem- La necesidad de lo divino, la inmanencia, en plo, por mañana y tarde, se dedican a dis- los anhelos de la vida inmortal no forman, poner el negocio de la eterna salvación, el cerno creyó la Herejía modernista condenaúnico que en puridad nos importa. De unos da por Pío X, la totalidad de la religión añas a esta parte, por gracia de Dios, ha y del catolicismo. Hay algo trascendente, crecido la piedad en todas las clases sociales. que es la misma realidad externa de Dios, La misma cultura contribuye a la propaga- de sus atributos, de la redención a los humación de las prácticas piadosas. Los Ejerci- nos con personas, sucesos y ejemplos de abcios de San Ignacio son una flor para el soluta historicidad. ¿No podría ser éste el alma. Resulta natural que se prodiguen en fruto de unos Ejercicios al que contribuyéprimavera. Los hay para jóvenes, para ni- ramos limpios de pecado y con todo el esños, para personas maduras y hasta se di- fuerzo de. nuestro ser en las vías ée la graviden las diferentes tandas por profesiones cia? Acaso no del todo, porque hay aquí un y jerarquías, porque a cada una de ellas co- prurito de intelectuales. Recordemos una rresponde diferente matiz en las pláticas, en iglesia de Roma, título cardenalicio presbilas consideraciones, en los r e s u l t a d o s... teral, que motivos topográficos y de historia Cuando en estos días nos dicen Fulano la han hecho llamar Santa María Sopra Mitesta de Ejercicios, tengamos el mayor res- nerva. La Minerva queda abajo y corona los petopara Fulano, y procuremos imitarle en aires el nombre, el amparo, el culto dé hila medida de: nuestras disposiciones. No hay perdulía debido a la Madre de Dios, No limayor ventura, ni más razonable empresa, mitemos el ser a la inteligencia y a las noque el abandonar los bienes materiales y fini- bles sensaciones que de la inteligencia protos y unirse a Dios, fuente de toda, sabidu- ceden. Es necesario venir al corazón. Sean ría, d todo bien, de toda aspiración que á. los Ejercicios preparación militar qué a la lo eterno conduce. Los Ejercicios Espirituar lucha dispone. Luchemos contra nosotros les preparan el alma para la lucha contra mismos, contra el hombre viejo, como dice sus enemigos que quieren perderla. El ca- San Pablo, que se opone al renacer del baupitán Iñigo de Loyola dio a su Compañía tismo y la penitencia. Salgamos de los Ejeresta manera de defenderse en las campañas cicios purificados, como del Jordán los isde la fe, de la sana doctrina, de las buenas raelitas. costumbres, de los hábitos que disponen las Luis ARAUJO- COSTA familias, las sociedades, los pueblos, las profesiones, los gremios y los estam fltos a la perfección de los individuos y del mismo grupo social a que pertenece. Los Ejerci, cios van dirigidos y predicados muchas veces por diversas Ordenes religiosas y aun por sacerdotes del clero secular, pero siempre con el espíritu de la Compañía con ese hálito de ÓNDE sta clérigo? Con esto del santificación que los Jesuítas encarnan. bre, erpanorama. se entrecoge a una desolada visión bíblica, y los- técniGloria de España es el santo instituto. cos se ponen a hacer cuentas, y s e prePorque simbolizan, con la obediencia al guntan: ¿Dónde ha ido 1 a parar el trigo? Papa, los anhelos de España, del Catolicis- De repente, lechan de. menos dos rnilíon es de mo y de la fe, sin sombra de heterodoxia, toneladas en las resarvas mundiales, y adios Jesuítas, han sido blanco, desde antiguo, productores de todos los enemigos. de la Iglesia, de los vierten que los países que en años consupreceque a nuestro país. glorioso atacan y maldi- men siete millones más cen, de quienes, por el error y el mal, llevan dentes. ¿Por qué han desaparecido sos dos a los- hombres y a los pueblos al caos y a la millones y por qué. las naciones productoruina. La Compañía, conforme a los desig- ras gastan hoy siete, millones más de tonenios de su egregio fundador, es urí ejército ladas? Nadie- se lo explica. Pero la vefde soldados de Cristo, al que sirven en la, dad. es que el trigo que falta se lo ha comido catolicidad, universalidad del ser humano la Civilización. La Civilización empieza en mediante la ciencia y la fe, el entendimien- el Nilo, gracias a los cereales precisato y la acción. Humanistas formidables, a mente. Y ahora presenta la factura y se quienes ningún punto de la clásica antigüe- come bonitamente el trigo que los hcmidad ¡se les escapa; buenos latinistas y hele- bres civilizados requieren para su sustentanistas; conocedores de ambas literaturas, miento. En la Argentina, la Civilización desde Píndaro y Hornero hasta Rutilio Ná- -veraz como Saturno- -necesita que el tri tnaciano; escriturarios en las huellas de. San. go se transmute en combustible, y en el CaJerónimo y de los filólogos más eminentes; 1 nadá exige que, tras un proceso ingenioso teólogos en el aire de Suárez y Láinez; too- y fascinador, se convierta en máquinas y heralistas a la manera del cardenal de Lugo; rramientas. Todo se paga en. esfe mundo y hombres de ciencia V astrónomos como los el mundo está pagando el tributo que debe padres Secchi y Rocíes, tos religiosos, que a su Civilización materialista. unen la ciencia más elevada y profunda a la El Urna nos llevaría muy lejos, y vamos a santidad de unas costumbres y de una fe dejarlo enquiciado nada más. La civilización inquebrantable, nos ofrecen en estos días de moderna rio es otra cosa que aquella suma de primavera, como preparación de la Semana amenidades, conveniencias y comodidades Santa y el renacer de las conciencias- y de que generalmente se definen con la pauta del la vida en la Pascua de Resurrección, los nivel de vida. A eso ha quedado hoy reducida frutos de una experiencia nersonal formada una palabra tan altisonante y significativa. ABC sD I A RIO T RAD- O D E i N F O R MA I 0 N G EN E R JVi rm c T EL TRIGO Y LA CIVILIZACIÓN D La gente lo entiende así, y U getite. no se equivoca cuando infunde sentido actual a una palabra. La civilización, de ahora es la quinta dimensión, (la cuarta, el tiempo) y se mide por, el grado de bienestar material que Vi sociedad arranca a la ciencia física y a los ingeniosos arbitrios de los- inyento res- -cintas inacabables que se sacan del bolsillo, de la manga y del sombrero: conejos, relojes y zanahorias... La bomba, atómica. El mismo Burckhardt, que se perdía háce Un siglo en sutilezas y empirismos discurriendo sobre el tema, confesaba que era aspiración suprema de la civilización la comodidad, el buen dormir y el buen yantar, la reducción del trabajo y la dilatación de los placeres. Presumía ya el divorcio entre civilización y cultura. Hoy la cosa es evidente. La civilización dejó de ser la flor- de la cultura desde el punto mismo en que, lanzada a la caza de comodidades materiales, repelió a l a cultura tradicional, que era su savia y abono, para alimentarse de la cultura interesada, que es más bien guía y proxeneta (objetos y no abstracciones, la ciencia física frente a la metafísica, el progreso material frente al progreso intelectual) Las ciencias físicas y el progreso material dan u rendimiento más rápido y visible que cualesquiera otras disciplinas- intelectuales, inclti- 1 yendo entre éstos a la economía. ¿Por qué no se han puesto nunca de acuerdo los corte- mistas acerca de la inflación, y la deflación, como soluciones adecuadas a épocai de crisis, y, en cambio, todos ios físicos cotrcuerdan en la teoría y práctica, de 1 desintegración dtl átomo? La Civilización, hoy, es un esquema de motores, película. s, radios, televisión y educación sintética... Nociones vagas e la gran cultura. 3 Alusiones sesgada a la psicología, ala. écoín v unía. a la jurisprudencia y a la sociología disciplinas tedas que suponen un gran vacío, que no ha logrado colmarse aún en los conocimientos humanos; posibilidades o Ctnbriones de ciencias que no han tomado aún forma definitiva en el cerebro del honífire. El hombre, en puridad, lia dejado. dé: ser un tema interesante y natural. De él no sabemo más que lo que Sócrates ya sabía. La civilización moderna es el predominio, de: latécnica sobre la inteligencia; del fenóttteno sobre el noúmeno. Es decir, estamos viviendo un período- e que la civilización, que no está abonada; por la cultura ni por el esfuerzo intelectual noble; que hadescartado de sus preocupaciones primordiales la religión y el destino del hombre, vive de sí misma. Vive del trigo que necesita el mundo. Júpiter se vengó del. vpraz e insaciable Saturno, sujetándolo al vínculo de los astros, que eran la medida, l o clásico. Mientras no llegue el dios ma nigco y vengador que ate al clasicismo a está civilización depredatoria de ahora, el inundo seguirá siendo bastante incómodo. Hoy sa obliga a las guerreros de ayer a renunciar al su aventura biológica, que era ancha y alé- íe y s es encierra en una vida apática, regulada y científica. Dónde, la; acidia y lá! thudle monotonía- -sin pan- -del cihe; la, í- dio, la televisión, la educación sintética, el ocio y los placeres han elevado el nivel, de vida al filó de una civilización que ya ni deí hombre mismo se cuida como sujeto- Se cuída de ella misma, porque se ha híclio, á Jaivez, objeto y sujetó de las ciencias físicas. 1 Por un lado, produce más trigo, merced ai la máquina, y por otro, lo malgasta para que la máquina se sustente. Luis CALVO

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