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ABC MADRID 10-02-1946 página 32
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ABC MADRID 10-02-1946 página 32

  • EdiciónABC, MADRID
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B O. DOMINGO 10 DE FEBRERO DE) 1946. EDICIÓN D E IJA. MAÑANA. PAG. 32. fachada principal de la estación figuraba un gran letrero con fondo blanco en el que se leía: ¡Franco, Franco, Franco! ¡Arriba España! En todas las estaciones del trayeqto, aunque el convoy no hizo más paradas que las antes citadas, había público estacionado, que demos- tro su simpatía y adhesión al paso- de Generalísimo. ante Vuestra persona. Lo primero quedó cumplido. En el manió de nuestra excelsa Patrona quedó prendida la Medalla de Oro de la ciudad. Para entregar a V. E. la otra primera; Medalla- -primera en lo humano- -podíamos haber llegado hasta Vos; solicitando vuestra benévola acogida, pero hemos preferido esperar. Queríamos entregárosla aquí en estas tierras eegovianas tan leales como nobles. Esperábamos con impaciencia emocionada vuestra visita. Sabíamos que vendríais a nuestra iciudad y esperábamos poder ofreceros el rendido hor menaje, de los eegovianos. Y os esperábamos con impaciencia porque nos urgía ya el demostrar a V. E, nuestra admiración por vuestra persona y por vuestra obra, Nuestra lealtad firme y nuestra adhesión inquebrantable- Lo habéis visto, Señor: Segovia ha vibrado de entusiasmo ante vuestra presencia en nuestras callee tan cargadas de historia. La ciudad está viviendo unas horas que serán inolvidables, y es que éstas tierras segovianas son modestas, pero no ceden- a nadie un puesto, de honor en la lealtad, en el patriotismo y en el fervor hacia nuestra Caudillo. Y es también que los segovianos, como todos los españoles, sabenaos bien que vuestra espada victoriosa ganó la batalla de la guerra, salvando a la Patria de lps que querían esclavizarla. Que vuestro españolismo ganó también la batalla de la paz en la hora de la reconstrucción española y que vuestra firmeza salvó, nuevamente a la Patria al mantenerla alejada del más terrible conflic to bélico que ha conocido la historia. Por todos estos motivos qué nos hablan de vuestros sacrificios y vuestros desvelos por España, los segovianos queremos rendiros el tributo de nuestra gratitud, y la ciudad quiere ofreceros la Medalla de Oro. Aceptarla, Señor, como la expresión de devoción de un pueblo. Bis una ofrenda- espiritual que tiene eu raigambre en la lealtad y en- el patriotismo segovianos. Y nada irlas, Señor. GRATITUD DEL CAUDILLO Cuando le impuso la Medalla de Oro cle le Ciudad el alcalde de Segovia a Su Excelencia y después de su discurso, el Caudillo pronunció estas Tareves- palabras de gratitud- y de elogio ¿para la capital segoviana: niciones, y tuvieron- lugar las duras batallas que libraron al monasterio dé Guadalupe de haber caído en- manos dé los rojos. En el Pilar, otro de nuestros grandes templos marianos, también se detuvo frente a sus muros la furiaroja: En el de la Fuencisla ocurrió también, y si visitásemos la mayoría de los pueblos donde la lucha se contuvo, veríamos también una voluntad divina y superior rigiendo y dominando nuestros destinos. Por ello, al recibir esta medalla d Oro de la población de Segovia, la recibo sólo a título de la prodigalidad de vuestro afecto, pues el mérito y la raz. ón están con aquella otra primera medalla que colgasteis del manto dé vuestra Virgen. (Muy bien; grandes aplausos. Luego, a requerimiento de la multitud que se agolpaba en la plaza y que ya le había tributado calurosas ovaciones en el trayecto desde la Catedral hasta el Ayuntamiento, se dirigió al balr con, y desde allí pronunció su discurso: Segovianos, castellanos viejos; He venid a Segovia a inaugurar la electrificación fie vuestro ferrocarril, con lo qué culmina la obra de electrificación de nuestros ferrocarriles a la. Sierra, primer paso en. Ja obra magna de transformación de nuestros ferrocarriles, con la que el Régimen se ha enfrentado; una faceta jhás de las grandes obras públicas españolas parece resurgir de nuestra patria, del. esfuerzo que el Gobierno viene llevando a cabo desde el término de la Cruzada, para llevar a vías de hecho nuestra revolución nacional. Cuanto más seamos incomprendidos, cuanto más se combatan desde fuera nuestras cosas, cuanto más intente discutirse nuestros gestos, más debemos afirmar nuestra revolución. (Muy bien, aplausos. ¿Y qué es nuestra revolución? Nuestra revolución es lo contrario de lo que por el mundo el vulgo entiende; nuestra revolución son los brazos- abiertos, no los puños cerrados; nuestra revolución es la justicia; nuestra revolución es la elevación moral de nuestros hijos; nuestra revolución es el pan de cada día; nuestra revolución... (Enorme ovación que impide oír el final) nuestra revolución es la justicia en los campos y en la ciudad; la extirpación de los parados; es la multiplicación de las fuentes de trabajo; la hermandad entre las clases... (Muy bien. Grandes vítores y aplausos. Nuestra revolución es la elevación moral y, material de los españoles Nuestra revolución tiene tres partes: Una, espiritual; otra, patriótica, Otra, material. Si los demás no saben hacer, revoluciones más que en lo material, nosotros las hacemos en lo espiritual, en lo patriótico y en lo social. (Muy bien. Grandes aplausos. No hay movimiento político én el mundo, que no diga perseguir cómo fin el bien general de los administrados, o sea, su bien material; pues nosotros, que somos un pueblo católico, afirmamos que no pueds lograrse ese bien material si no lo presiden los principios de un orden moral superior, los principios espirituales del Evangelio, y aún... (Grandes aplausos impiden oír el final. Y aún habríamos de tener lo espiritual del Evangelio y lo material y nos faltaría algo más, la herencia de nuestros mayores, la historia, lo cue constituye nuestra hermandad, lo que nos dio un título como pueblo, lo que llevó nuestras banderas por el mundo y lo que nos da fortaleza y prestigio. (Muy bien, aplausos. Y precisamente por este hecho, por haber alumbrado una nueva revolución, sirviendo el único y verdadero sentido de ln vida, es por lo que en- él mundo se nos combate, incluso donde debiera estar más la admiración. La comparación la tenéis muy clara. Nuestra revolu ción es de signo contrario a lo que en el mundo se lleva. Hay una revolución que avanza por el mundo, que se hecho vieja y q e ha fracasado: mé refiero a la revolución maíxista. Ni aun en aquellos paísps que la tomaron copio norma, de campos dilatados y de riquezas incalculables, sé cultiva hoy la doctrina del marxismo. La doetrina del marxismo, se mantiene como doctrina de exportacióto, como doctrina para destruir naciones, para enfrentar a unos hombres contra otros, cómo doctrina que debir lite y ctímü arma de destrucción. La revolución es una cosa para y porque es una cosa cara no se puede llevar a cabo si no i tiene lugar una mejora económica que haga la revolución posible. Lo- social descansa en lo económico y por eso de que descansa en lo económico han fracasado en este orden material las revoluciones extrañas de todos aquellos- que quisieron hacer las revoluciones destruyendo y atacando los principios del pro! greso economía Y éstos son el derecho a la La llegada a Segovia EL RECIBIMIENTO v A ias doce menos cuarto en punto, llegaba. el tren eléctrico a Segovia. En la estación, adornada profusamente con tapices, plantas y fiores, rindieron honores los alumnos de la Academia de. Artillería, con bandera y música. Al descender dfl tren. él Generalísimo, en compañía de varios ministros, pasó revista a las fuerzas junto con las autoridades militares de Segovia. En la estación se hallaba esperando a Su Excelencia el director general de Seguridad y el obispo de Madrid- Alcalá, qué habían hecho él viaje previamente. Después- de pasar revista a las tropasfel Caudillo fue cumplimentado por el gobernador civi) de la provincia, D. José! Clavero; el. gobernador militar, coronel don Francisco Pérez Montero; el- alcalde, D. Andrés ce la Reguera, y el presidente de la Diputación, D. David Herrero. SOLEMNE TE DEÜM EN LA CATEDRAL Antes de tomar el cophe para dirigirse, a la Catedral, Su Excelencia presenció unos bailes que un grupo de. muchachas realizó, ataviadas con ei- típico traje segoviano. Cubrían la carrera desde la estación a la ciuHad fuerzas de Artillería del regimiento 41, al mando del coronel Tomé. En la explanada dé la estación, el Caudillo presenció el desfile de las fuerzas. Un enorme gentío, agolpado en toda 3 a inmensa explanada, ovacionó entusiásticamente al Caudillo, mientras permaneció en aquel lugar y durante el tiempo que invirtió el desfile de las fuerzas. Seguidamente, se puso en marcha la comitiva. En el coche de Su Excelencia tomó asiento, con el Jefe del Estado, el alcalde ás Segovia. A: continuación, marchaban los ministros y personalidades. Daban escolta al coche de Su Excelencia alumnos de la Academia de Artillería, a caballo, son el gtiióji del Caudillo. Puesta en marcha la comitiva, llegó hasta la Catedral, donde se celebró un. solemne Te Deum Actuó el prelado D. Daniel Llórente, que, revestido de pontifical y bajo palio, reci. bió al Jefe del Estado en la puerta del templo y con él penetró. Durante la celebración del Te Deum las campanas estuvieron volteando. A la llegada del Caudillo a la Catedral eego. yiana, se hicieron también las salvas de honor por la Artillería. Discurso del Caudillo Palabras del Generalísimo Señor alcalde de Segovia: Es jpara mí siempre una satisfacción el tomar contacto con las poblaciones y pueblos de España, y f: l recibir este cálido aliento de adhesión y de afecto de las instituciones de más vieja raigambre política de la nación: sus Municipios. Segovia estuvo durante nuestra Cruzada al pie de la brecha. Dios la colocó al pié de las montañas en que se libraban las batallas, llegando las salpicaduras basta vuestros propios muros y muchas veces desde vuestras torres y desde vuestros balcones veíais la lucha en- conada de los soldados españoles para defender a estas ciudades y a vuestros templos de las hordas bárbaras del comunismo. Gracias a Dios tuvisteis una valiosa, intercescra, la Virgen de la Fuencisla, que tendió sobre Segovia su manto protector. De poco hubiera valido el valor de nuestros soldados, la pericia de nuestros jefes, la decisión de nuestros mandos, si hubiese faltado la voluntad superior que otorga, en último término la victoria y que por intercesión de María estuvo con vosotros. El cuito mariano es característico de nuestra nación y es también histórico que la guerra se detenga siempre al píe de los grandes templos marianos. En Guadalupe llegaron las huestes rojas basta las mismas puertas de sus muros. Allí se defendió la Guardia Civil casi sin mu- En el Ayuntamiento EL ALCALDE IMPUSO AL CAUDILLO LA MEDALLA DE ORO DE LA CIUDAD Terminado el solemne Te Deum én la Catedral, el Caudillo con la comitiva ge dirigió al Ayuntamiento. La multitud crece por momentos y es muy difícil el tránsito por las calles, a pesar de que han sido tomadas todas las medidas para que la circulación no se dificulte. El público, estacionado en las calles próximas, realiza verdaderos esfuerzos para contemplar el paso del Caudillo. En el Ayuntamiento, el alcalde dio a Su Excelencia el Jefe del Estado la bienvenida con un, -sentido y emocionado discurso, e impuso al Generalísimo la Medalla de Oro de la ciudad. DISCURSO DEL ALCALDE Al crear el Ayuntamiento de. Segovia la Medalla de la Ciudad, e fi sus tres categorías, de oro, plata y bronce, tomó el día 17 de mayo del año de gracia de 1939, un aeuer. do imporr tante: el de: ofrendar la primera Medalla de Oro, de Segovia, a la excelsa Patrona dé núes itras tierras, la venerada imagen de Nuestra Señora dé la. Fuencisla, ¡como, prueba dé la devoción que por. ella sentimos todos los ¿egovianos. Y también ofrecer otra primera Medalla de Oro a V. E. Generalísimo- Franco, Caudillo de todos loe españole para subrayar tde luna manera firme hasta, qué punto Segovia aprecia les méritos que habéis centraído para con nuestra Patria española. Significaba este acuerdo de la Corporación municipal que se iniciaba- la concesión de esta Medalla de Oro bajo dos admirables aspectos. En el divino, ante la Reina de los Cielos; en el patriótico, Toda onda. Dos enfanclíes. Ojo mágico. Visítenos y oiga estas maravillas. Venta y alquiler, con o sin. opción a compra. Modelos desde 75 pesetas al mes. SOLO EN AEOLÍAN. Avda. José. Antonio, 1. Madrid. RADIOS TELEFUNKEN 1946 CRANDES EXISTENGl S EN, FRESADORAS, PULIDORAS, RECTIFICADORAS, TORNOS, TALADROS, etc. Fernández Arranz; -Galileo, S. -MADRID

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