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ABC MADRID 22-01-1946 página 13
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ABC MADRID 22-01-1946 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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Trineos e n las v iij j a s e calies de Madrid de Palacio, el Conde- Duque de Olivares dio ana orden, el día 5 de marzo, que decía así: que deseando S, S. M. M. y A. A, andar en trineo, por las calles ai día siguiente, al efecto se reúnan iodos los trineos que se pueda, tanto de Caballerizas como ie la Casa del Embalador de Alemania y otras partes. Es más, se repitió 3 a orden con la fecha siguiente, insistiendo el Conde- Duque en el deseo de Felipe IV. Había en el Alcázar algunos trineos que- 11 Man de diversión regia llevados a los estrit, ies de las posesiones reales, y principalmente a! de Buen Retiro, helados michas sew- Pero eran, insuficientes, sin duda, para h a c r el servicio que prestaban los coches. Vl sm palatino recordó entonces que el representante diplomático de Alemania a Ja- a 7 Ón, aunque informado del. esplendor del. de España, hombre prevenido a la cuenta, e trajo los suyos... por si acaso. Determinaba la orden dada que se cuídase de que ÍOi trineos traigan sus hierros para ¡a nieUn trineo en Alemania e A todo se atendió, por cierto, y así, en rí ¿7.11 er de coches, e! maestro Simón Gonel mes de marzo, cuajó una gran nevada en zález aderezaba sin descanso los que se prelas calles de la Villa y Corte. Tanto dificultó sentaron. Estos trineos de la época eran muy él- tránsito de carruajes, jue el personal de pesados, obra en parte de tallistas que deco ¡as Caballerizas de I alacio tuvo paro forzoso raban con barrocos mascarones su frente, durante varios días. Pero una actividad ex- semejando así la proa de un navio. Tenían estos vehículos de doradas tallas de dos a traordinaria le sucedió inmediatamente. cuatro plazas para viajeros y conductores. Rsye- s e infantes, la gente de Palacio, dieron ert la idea- -el frío intensísimo reinante En las antiguas Caballerizas de Palacio se en la Villa les trasladaba a naciones norte- cita unu interesante, pero es raro enconfias- -de sustituir, como en aquéllas, los co- trarlos en nuestra tierra, donde no fue neches de diario por trineos empujados por cesario extender su uso. lacayo. 1: o arrastrados por caballerías. En Sabemos, pues, por la anterior noticia inpaís meridional, la sustitución nú carecía édita, -a la que me he referido en otra ocade dificultades, claro está, por la escasez na- sión, que los trineos han recorrido las viejas tural de cales vehículos. calles de Madrid, alguna existentes, y aun Mas por ¡tender resueltamente el deseo con ios mismos nombre que se leen en ¿t o sospechan seguramente los madrileños, ni ios españoles en genera! al sufrir las nevadas invernales, de qué modo hace tres siglos y cuarto se resolvió la circulación por las calles, tanibién entonces nevadas, del Madrid del Rey Poeta. La noticia documentada que sigue, lo cuenta concretamente. Un invierno largo, eí de 162 S. ya entrado N precioso plano de nuestra capital, que trazó en el siglo xvn Pedro Texeira. Pero los caballos de las cuadril s del Rey D. Felipe, fiue pacieron la verde grama en las templadas riberas del Guadalquivir y del Tajo, supieron galopar improvisadamente sobre los hieles madrileños de 1625 sin causar contratiempo grave a los egregios paseantes? En el archivo de Palacio, al menos, nada se dice de esto. Después de tan fugaz aparición del trineo, vuelve en Madrid el reinado de los coches, alcanzando su mayor, auge, al punto que el citado maestro Simón González hace hasta dieciséis, en un solo año, para eí uso de la Corte. Y en cumplimiento ie disposiciones de! conde de Grata! que dirigía las Caballerizas, v después del marqués de A tona, siendo Cabaüerizo Mayor, se construyen! con nuevas artes muchos otros más, en diferentes talleres, tatito para la Casa Real como para muchas casas madrileñas. A estas excelencias de los coches españoles aludió años antes eí mismo Cervantes, cuando dijo que iodo otro anclar es ir a gatas Además del nombrado carrocero, trabajan en Madrid Miguel Duran, Juan González, Alonso Sacristán quien precisamente hizo mi coche- -hijo que s pudo permitir- al poeu- i, aplaudido entonces en los corrales madrileños. Kuiz de Alarcón- -según declara en su testamento- y Migue! Serrano y Francisco Soto, todos olvidados maestros de coches del siglo XVIÍ, que tienen hoy en estas líneas debida recordación. j r u o CAYESTANV MARQUES 1! K MOKET X i M -i.l AcaáPtniu de Bellas Artes.

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