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ABC MADRID 22-01-1946 página 9
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ABC MADRID 22-01-1946 página 9

  • EdiciónABC, MADRID
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LOS DOS NUEVOS GOYAS EN EL MUf SEO DEL PRADO QA feliz coincidencia, en el mismo día y a la misma hora en que se desvanecía para 1 Prado la esperanza. pot tatitos años sustentada, de adquirir el admirable retrato de la, condesa- duquesa de Benaveute, pintado por Goya, entraban otros dos cuadros. de importancia excepcional. Ambos ¡vienen a representar, dentro de la serie copiosísima y esplendorosa de obras de Goya en el Musdo. una modalidad y tina época que faltaban y que, por ser la manifestación final de su técnica, completan las dimensiones de su arte. Son los lienzos La lechera de Burdeos y el retrato de Don Juan Bautista Muguiro, legados, el primero, por don Fermín de Muguiro, tercer conde de. este título, recientemente fallecido, y el retrato- -que tuvo en usufructo- -por su hermano mayor, don Juan, íjtie f é el segundo poseedor del condado. La lechera- se escribía en el Catálogo de la Exposición de 1928: Es una le las más sorprendentes obras de la vejez de! gran artista. En su última época. Goya, rer. ovándose siempre, emplea una técnica de pequeña pincelada, que es el preludio de lo que luego sería. I impresionismo francés. Acaso en ninguna, se acusa más patentemente ei procedimiento div i sionista, tanto en el fondo como en el busto de la muchacha, cuya cor- P 1 li u 11 1 il u 1 i. 1 1 La lechera 3 e Burdeos (Fotos V. Muro. cabeza masculina. A ía muerte del maestro, don Juan Muguiro quiso comprar el cuadro a doña Leocadia Zorrilla, la madre de Rosario Weiss con quienes vivía el pintor en Burdeos: por una carta de 1829 sábese que ésta accedía a desprenderse del cuadro y pedía por él ¡una onza! X Quién era la lechera de Burdeos? Remitimos al íector al Epos de ¡os destinos, de don Eugeniod Ors. La historia de este cuadro tiene una especial importancia en la biografía de Goya. Y no sólo la lechera, sino u madre; ambas españolas, que acompañaron al gran aragonés en su destierro a Burdeos. D Ors relata minuciosamente la picara anécdota. El retrato de don Juan Bautista Muguiro es todavía más importante. Con disculpable orgullo, con la altivez que le acompañó hasta la muerte, Goya dedica y firma así el cuadro: Don Juan de Muguiro, por su amigo Goya, a k s ochenta y un años, en Burdeos, mayo de 1827. Era Muguiro banquero y navarro de nacimiento, contaba cuarenta y un años; había coincidido en Francia con el artista y le favoreció repetidas veces; la gratitud movió los pinceles con una maestría que asombra si se piensa en la senectud de su genio, y con unas audacias técnicas, que rebasan las más avanzadas de su época. Para encontrar semejanzas a la modernidad de esto retrato, hay que llegar, tres y cuatro décadas más tarde, a las obras más valientes de Manet. Obsérvese también la factura luminosa, y paradójicamente deshecha y constructiva a la vez, del rostro y ias manos, y el cojorido del fondo, del traje y de! sillón. Los valiosísimos lienzos, entregados por el conde Casal, hermano político y albacea del confíe Muguiro, pueden admirarse en las salas laterales dedicadas a Goy. i en la planta principal del Prado. En ellas se ha instalado tambié un cartón para tapiz, hasta ahora nunca expuesto, y hace pocos meses documentado como obra de Goya por on Valentín de Sambricio. Este ano de 1946 se cumple el segundo centenarii ¡rf nacimiento de Goya. y. es grato comprobar cjuí: empieza, así nuestro Museo del Prado a rendir tributo d gran pintor. El retrato de B, Juan Bautista Muíruiro.

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