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ABC MADRID 20-01-1946 página 3
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ABC MADRID 20-01-1946 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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MADRID DÍA 20 DE E N E R O Dfc 1946 NUMERO SUELTO 6 t CENTS. muy distante La frase que acabo de entrecomillar es de Felipe Scío de San EL LOBO Y LOS SIMIOS Miguel, en su traducción del Nuevo TesNTRE perpleja y alarmada, la Prensa tamento, según el texto de la Vulgata. parisiense comenta cierto desahogo N noviembre de 1857 estrena Pedro Pero si Miguel hubiera estado más lejos popular acaecido durante la represenAntonio de Alarcón un drama en y no se hubiese sabido nada de él, nos tación de los Mataimés. Cuando el señor De tres actos y en verso: El hijo pró- expondríamos a que, a su regreso, estu- Virelade, personaje del drama de Fraileáis digo Al levantarse el telón nos encon- viera todo consumado. No habría, por Mauriac, exclama: mientras no surja un tramos en la sala de una tasa andaluza. tanto, drama: Fernando estaría ya casa- domador en Francia, no me sumaré a una baVamos, conociendo los personajes: Mi- do con Dolores; el conflicto patético de talla cuyos beligerantes no pasan de la categuel, joven de veinte años, hijo de la casa; los dos amores, que llena el tercer acto, goría de simios el público de la Comedia Dolores, también con veinte años, reco- no existiría. prorrumpe en bravos y rompe en aplausos. gida en la casa, solícitamente, hija de un La segunda objeción que; hacemos al Según parece, no s trata 3 e una acotación 1 amigo del casatenieute; Fernando, asimislateral o parcial, sino dé toda una actitud mo con veinte años, íntimo de la casa, autor abarca, no sólo esta eseación del colectiva. Es e agora repentizada en coro. como si en realidad fuera un hijo; el hijo pródigo, sino también otras análo- Ks un fenómeno de masas más que un incipadre, Blas, y la madre, Rosa. El papel gas: la de Andrés Gide, por ejemplo. dente de minorías. Pero 1 si el monstruo- 3 e las de Miguel lo hace Julián Romea; tiene. Pero en Andrés Gide se trata de un pen- mil cabezas quiere un dictador o, por lo meRomea, en 1857, cuarenta y un años; el samiento distinto del que expone Alar- nos, lo pide, los franceses responsable abpapel de Dolores lo representa, Teodora con. El gran conflicto df, l hijo pródigo dican toda presunta solidaridad con 1 anheLamadrid; cuenta Teodora en la fecha es el mismo de cuantos están mucho tiem- lo o el capricho de la opinión pública. El citada treinta y seis años; interpreta el po ausentes de la Patria: al volver, ni propio Mauriac se disculpa. Mi obra- expapel de Blas, Victorino Tamayo, a be- son los mismos los que han permaneci- plica- -fue escrita en 1938, es decir, cuando neficio del cual se estrena la obra. Miguel, do en la Patria, ni es tampoco el mismo yo ignoraba la existencia del entonces coroes. un muchacho exaltado, no. tiene am- el que a ella regresa. ¿Y qué mayor do- nel De Gaulle, y si él personaje llamado Vibienté, en. el pueblo; necesita más ancho lor que este dolor irremediable? En cier- relade es propicio a la situación fascista, campo; sus Ideas políticas son idealistas; to modo, psicológicamente, el hijo pródi- otro personaje, el joven Alain, simpatiza se Jia enamoricado también de una cierta go continuará siendo pródigo en su misma con el Frente Popular. vaga condesa. El padre funda una ferrería; casa, es decir, un forastero que no puede He aquíT una contradicción que aumenta pero Miguel no tiene querencia al traba- borrar, ni con todos los esfuerzos, esta diferenciación íntima. la perplejidad de los observadores dt la pojo industrial; Fernando es quien muestra los propios celo por la prosperidad de la casa. NatuLa obra de Alarcón gustó al público. lítica francesa y no ayuda a. fondo de su interesados a ver claro en el senralmente que Miguel; acaba, en el primer No así a la crítica; se hizo en torno al acto, por marcharse de la casa; lo hace, drama un ambiente de hostilidad; se sibilidad y su pensamiento. Por doquier se no de ocultis, sino ostentosamente. Nos llegó a recomendar que no se fuera a ver habla allí de dictadura. Es un amanecer que enteramos de que Fernando quiere a Do- la obra. Alarcón, disgustado, la retiró y está en todos los labios, si no en toda? las lores; Dolores quiere, con cierto sigilo, a se prometió no dar permiso para que se conciencias, y que, aborrecido por todos los Miguel; se esboza ya un drama, que se representase más en ningún tiempo. Al programas, sobrenada en todas las soluciones. habrá de desenvolver 1 en los actos suce- escribir años después la historia de sus No hay prosa, ni texto político (parlamentasivos. Miguel está ausente hasta el último libros, habla de su drama. Dice que si rio o callejero) que, so pretexto de rechazar tercio del segundó acto; el, papel de este alguna Vez lo corrigiera, habría de modi- el propósito, no lo endose a cualquier Ceñiré personaje tiene todas las, condiciones para ficar aquella mi exagerada sencillez de de reclutamiento proselitista. Los órganos de que se luzca un gran actor como Julián 1 estilo En El hijo pródigo se habla publicidad y los instrumentos de propaganda Bonica. Está Miguel en Madrid, y torna, llanamente, a veces con expresiones vul- de los partidos que conviven en el Gobierno, por fin, al regazo materno. En el tercer gares. Lo; que Alarcón hace, al estampar y qué, habiendo emulado en celo para la ex acto nos conmovemos con la pugna del las palabras copiadas, es plantearse, sin terminación del fascismo, aceptaron el laudo amor que Fernando siente por Dolores, saberlo, el problema del vocablo noble de las urnas, se llamaría engaño- y se atribuen tanto que la ínuehacha a quien ama es y del vocablo plebeyo No es tan fácil yen mutuametüte veleidades íranaftartistas a Miguel. Después de los sacrificios de de resolver. ese problema; Alarcón hu- manejos revolucionarios. Ninguno de ellos todo género que Fernando ha hecho por biera tenido que modificar no sólo el len cree que sus adversarios subordinaran cpn la casa, y en especial por Miguel, éste guaje, sino la contextura de la obra. El lealtad y pulcritud la toma del Poder a- pira considera que debe renunciar a un amor, drama gustó al público, repetimos. Si la cpnsulta del sufragio. El denominador, común el de Dolores, por el cual no siente en- crítica hubiera, acompañado al público, de la dialéctica oral y escrita convida i cada tusiasmo, y deja que Fernando contrai- Alarcón hubiera logrado un éxito defini- militante á denunciar en e carfiinjiEterial de ga nupcias con Dolores; Miguel se mar- tivo. No hubiese abandonado la escena. hoy- al candidato a Ja dictadura íe- mañana. cha a Buenos Aires, donde el padre de Otras obras hubieran venido en pos de Apoderados y muñidores de. la cosa pública Dolores, muerto antaño, dejó cuantiosos El hijo pródigo No tendríamos ahora tratan de inutilizarse arrojándose- unas a bienes embrollados; Miguel tratará de quizá las novelas con que contamos, sino otros el epíteto de fascisíá por encima, muy poner en claro la herencia de Dolores, y seis, ocho o diez obras dramáticas. No por encima, de los reproches de inaptitud oí con ello acabará de redimirse. es aventurado afirmarlo: Alarcón posee venalidad. A su vez, la víctima se apresura a La primera obj. eción que pudiéramos condiciones de dramaturgo; sus novelas sincerarse, y gon tremendo gestó de exculpahacer al. autor del drama se refiere al son casi teatrales: abundan en efectos ción devuelve velozmente la pella de boñiga tiempo. El hijo pródigo, Miguel, es tan propios de la escena. Los tiene El. som- al frontón de partida. sólo relativamente pródigo, según el con- brero de tres picos -y ha sabido verlos Si hay algo, pues, teóricamente, impopucepto tradicional. En Madrid está sólo un autor- dramático- los tiene, asimis- lar en la Francia constituyente es todo lo año y medio; todos en la casa saben dón- mo. El capitán Veneno fácil de fsce- que de cerca o de lejos postule por modo dide se encuentra; la madre le envía di- nificar. Y los tiene El niño de la bola recto o recurso traslaticio, el eclipse de las nero y se lo envía también Dolores. Alar- y La Pródiga ¿Hubiéramos ganado o instituciones republicanas: -sufragio utv. vercón nos dice que la fábula del drama se perdido cony el cambio; el cambio de no- falv derechos de asociación, reunión y hueldesarrolla en una importante villa an- velista a dramaturgo? ga, libertad de Prensa, tic. Teóricaratnte, daluza; puede ser esta población, si no digo, porquf- i con tanta frecuencia y ade (El éxito de Juan Ignacio Luca de manes tan violentos, se anuncia dísde miraGuadix, patria del autor, por lo menos otro lugar comarcano. De Guadix a Ma- Tena, con El sombrero de tres picos dores opuestos la llegada, díl. lobo, es, sin drid hay cuatrocientos ochenta y tres, ki- abona lo supradicho; éxito tuvieron tam- duda, porque la noche está oscura. Sobre lómetros por carretera. Había más dis- bién, en 1898, Joaquín Dicenta y Manuel que, malherido por un armisticio pródigo erí tancia, naturalmente, en T 8 ¿o, año en que Paso con Curro Vargas trasunto, al sinsabores y escarmentado por una postguesucede el lance del drama; no existían en- parecer, de El niño de la bola provo- rra fértil en desconsuelos, el público acaba tonces los rápidos medios de locomoción có- esta obra gran controversia; juzga rebelándose contra sus pastores, por hacer que. al presente. Con todo, dada la cons- imparcialmenre este caso, muy curioso, figura de tercero en discordia y apelar, como tante comunicación con que los citados- complejo, Felipe Pérez, y González, en el auditorio de la. Comedia, al aullido del moradores de la casa están con Migue) -su libro Teatralerías Madrid, 1904. lobo contra, las regañizas de los simios. éste no se encuentra lejos, en un país MARIANO DAR AÑAS ALA R C O N EN EL T E A T R O AB D I A R I O IfcUST R AD O D E 1 F O R M A 3 1 O N G E NE R A h E E AZ 0 R 1 N -j.

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