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ABC MADRID 31-10-1945 página 3
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MADRID DÍA 31 DE OCTUBRE DE 1945 NUMERO SUELTO 40 CÉNTIMOS. EORNER DIARIO ILUSTRADO DE INFORMA CION GENERAL. 40 CÉNTIMOS Discurso; pero a Rousseau, para forjar su doctrina, le faltó el conocimiento de la etnografía primigenia, en los pueblos del mundo todavía en tiempos de Rousseau no se había revelado la América precolómbiana. Y a Forner, para refutar a Rousseau, al mismo tiempo que trata de arruinar la razón, le falta también el conocimiento de esos mismos pueblos que llamamos salvajes pudo atisbar algo, no todo lo que hoy sabemos, si hubiera estado en Roma, con su compatriota Hervás; en Roma, Hervás se aprovechó de la centralización de sus observaciones valiosísimas que allí habían hecho los misioneros de todo el globo. La razón no nos dice en esas personalidades dé que nos habla Forner, en esos pueblos que Forner cita, sino absurdos. El procedimiento es peligrosísimo; si invalidamos la razón, ¿de qué modo vamos a poder aprovecharla cuando lo necesitemos, es decir, en los momentos en que la hemos de utilizar para nuestros fines? Desengáñense, pues, de una vez los filósofos, y persuádanse que una razón que no acierta a proceder con uniformidad en los entendimientos más sagaces... Y a seguida, las. consecuencias inducidas de tales premisas. C UÁL es la situación de Forner en su tiempo, el siglo x v m? No es la de o recordamos dónde liémds leído esta Feijóo, ni la de Isla, ni la de Mayans, sentencia, pero guardamos una meni la de Lorenzo Hervás, ni la de Jovellamoria vaga de que n ps arañó, los pennos, ni la de Moratín. No tiene Forner la samientos al pretender acomodarla entre ellos. universalidad de Feijóo, tan útil a la expanEra adagio en contrapunto ¿on lo que. entonsión de las ideas y en la expresión de las ces discurríamos, o lo comprendimos mal y. ideas. No tiene el sentido crítico de Isla, quisimos ver en. esto, la síntesis del egotemo. realzado por una vida de abnegación, de noLos años jóvenes, como las riquezas sin líbleza, de generosidad: vida sólo comparable mites, son generosos, ¡probablemente por vira la de Cervantes, sobre todo, la de Cervantud, pero más todavía porque e imagina tes en Argel. No tiene el europeísmo de Herinagotables; poco importa el día mí; el esvás: europeísmo adquirido en Roma, en los fuerzo derirochádo cuando hay tantas horas días mismos en que debió de estar en Roma en el horizonte y tanto vigor sin etopleo. Goethe; europeísmo qué tanto hubiera serPorque entonces entendimos el consejo en vido Forner, como luego veremos. Na tiea este orden material de las cosas y, por ello, ne el humanismo de Mayans, grave y cornos hirió Jas ideas que no tenían una noción dial. No tiene la ponderación de Jovellanos: exacta de los límites, y juzgaban avaricia equilibrio qué le salvó en trances apretados sórdida, el temor que retiene la prodigalidad. y que nos ha legado como ejemplo que imiPero luego, todo, lo que se deja erftre el tar. No tiene, en fin, el aticismo de Moratín, acervo olvidado va buscando su espacio, y junto con una percepción fina del arte. No se acomoda con los demás objetos sin hees artista Forner como Isla, como Jovellarirlos; y. hoy tornamos a leer aquella sennos, en sus poesías, como Moratín, en sus tencia o volvimos a pensar en ella, y la encomedias. Tienen de común casi todos, no contramos más acorde con nuestras ideas. todos, los hombres del siglo XVIII, los homAhora, nos imaginamos qtie se refiere únibres que acabamos de nombrar, el entregarcamente a lo espiritual, y que son las riquese a sátiras virulentas de unos contra otros. Fornerv. éxalta los, v a 1 o r e s españoles z a s d e i ánimo las que no hemos de malgasEl mismo Jovellanos incurrió en el achaque ¿Cómo los exalta? En la -cuestión dé; fá tar para que se nos- conserve lozano: ni el con su Huerteida. Hoy vemos la ineficacia ciencia, Forner pone sobre todos, los extranesfuerzo del pensamiento tendido continuajeros, a los españoles. Fijándonos en Juan- -con la puerilidad- -de tales acerbidades. mente para disparar una flecha, que no Luis Vives, Forner asegura que Vives está siempre da en el blanco, ni la pasión que Si no tiene Forner la situación de ningu- muy: por encima de Descartes. Por encima no de estos escritores, ¿cuál será su signifi- también de N. ewton. A Vives adjudica una. consume en su hoguera la frescura de las sensaciones; quizá el primer fabulista que cación? La obra de Forner podemos redu- gloriosa superioridad sobre todos. los. sabios encontró el más dramático que gracioso, cirla a dos secciones: una literaria y otra de todos los siglos Descartes le parece a motivo dé los huevas de oro, aludió al alma, filosófica: las dos son de carácter crítico. En Forner un novelista ha tomado Forner cuanto a la crítica literaria, Forner se nos -este concepto! da Voltaire, sin decirlo, el y la quiso señalar en aquella metáfora del ave prodigiosa. muestra partidario de un purismo intransi- cual califica de román, novela, el Discurso No prodigarse en ctterpo és, sin duda, gente purismo, sobre todo, en la lengua; pu- del método, creo, si no recuerdo mal, en sus egoísmo, si hay alguien que necesita de ese rismo que, con la lengua, abarca también la Cartas inglesas. ¿Y cómo podremos aceptar esfuerzo nuestro; pero aro prodigarse en almisma producción literaria. Tiene SU 6 ven- la supremacía que Forner da a Vives sobre ma no es avaricia ni cálculo, sino fortaleza, tajas y sus inconvenientes este purismo a Descartes y Newton? No escriben estos dos y más trabajosa que la del músculo en ac- ultranza; los inconvenientes son más, mución difícil. No es victoria su impulso inchos más, que las ventajas. Si prevaleciera últimos en los mismos tiempos que Vives; oontenido, como lo sería en el esfuerzo fíese afán de pristinidad, no podiía. adelantar su ambiente, el ambiente en unos y otros, es sico, sino derrota, porque, a sí como se dice distinto; los propósitos son distintos tamla lengua; no podría tampoco progresar la con tanto acierto en la frase vulgar, nos literatura. El español no es hoy lo. que era bién; las consecuencias de los escritos de fiemos dejado vencer ¡por algo que tíos halaéstos y aquél varían asimismo. No es disen el siglo xvn, cuando se fija el idioma, si gaba, nos arrastra el 1 gusto. propio hacia ese es entonces, y no antes, el momento en que creto establecer semejanzas entre los tres inderroche, y lo cumplimos para; nuestro gozo consideramos apto el idioma para toda es- genios. en su línea, cada uno tiene su supeúnicamente; peculación, para toda obra artística. Hay rioridad: superioridad, no con relación a los demás, sino referente a í mismos, Y vienahora también en el arte aspectos que no se Cuando paTsanlos años, Vél esfuerzo mateconocían en el siglp x v n el sentido del pai- do las cosas a su verdadera luz, tampoco rial ha entonado los músculos y, si llegó a habría que fundar la superioridad de España saje, el sentido de intimidad, el sentido, soser tan poco mediíado qúencruzo l s límites bre todo, del misterio. ¿Cómo podremos sobre esa base, sino que hemos de buscar razonables, al menos queda, ...detrás la obra prestar nuestra adhesión a la cerrada estéti- o t r a s superioridades- -que las hay- -que que consuela del agotamiento, jpex- o el breve compitan con las citadas y que sean tan le- y hondo estío en que se nos- agostaron los ca de Forner? Nos cerraremos con ello la frutos del ánimo, si no es la llamarada propueiia para todo, avance, al mismo tiempo gítimas como las citadas. Y en este caso, digiosa y rarísima del geriio, no deja nada que nos la cerramos para la comprensión ¿qué necesidad tendremos de rebajar a unos, más que un agrio sabor de, memorias, que universal, la comprensión de todas las for- los extranjeros, para subir a- otros, los nano pasa de nuestros labio y, por. ello, casi cionales? mas del arte. nunca llega a ser fama en los recuerdos ajeEntonces, ¿no será útil en nada Forner? La crítica filosófica de Forner se compennos. No podríamos señalar, sino muy espadía, en sus Discursos filosóficos sobre el Sí; su crítica apasionada, en el terreno de ciado, s casos de los que pretendieron con las. ideas, sirve para que, por su misma pahombre, 1787. Ese largo poema es de la juéxito que abriera de una vez, en el, breve ventud; pero su ampliación en prosa, lo más sión, fijemos la mirada, con más atención tiempo de una primavera, todas las flores de valioso, es de la madurez. En ese libro se es- que antes, en cosas que ya habíamos dado su ingenio; y son innumerables los, que fuepor establecidas definitivamente; una acción, fuerza Forner por arruinar la razón; pasa ron, cortándolas, una a una, a lo largo de la de Forner, provoca, en su contra, otra revista a las manifestaciones de la razón en una vida dilatada, y su espíritu fresco y v lodiversos pueblos- en diversas personalidades, acción. Y del choque va saliendo poco a zano, rosal milagroso, aun siguió ofreciéndolas en la cumbre mvada de sus días úlen lo antiguo, y llega a la conclusión de la poco la verdad. Y esa es la eficacia de la timos. flaqueza, la inermidad, la absurdidad de la obra de Forner. razón. Combate Forner a Rousseau, en su MARIANO TOMAS AZQRI- N. NO PRODIGARSE PARA CONSÉÍRVARSE N

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