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ABC MADRID 02-10-1945 página 7
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ABC MADRID 02-10-1945 página 7

  • EdiciónABC, MADRID
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LA LEGISLACIÓN SOCIAL ESPAÑOLA, A LA CABEZA DEL MUNDO EL MINISTRO DE TRABAJO NOS HACE INTERESANTÍSIMAS MANIi FESTAC 1O NES s satisfacción de haber logrado el sueño realizado de todos los regímenes anteriores. En primer término, se ha establecido un salario base para el trabajador, individualmente considerado respecto a su función. Aparte de esté salario base, los ingresos del trabajador se han incrementado con el plus de carestía de vida, sincronizado con las oscilaciones de los precios, y el plus de cargas familiares, proporcional a las personas que integran sus familias, y el régimen de Mutualidades, que han conseguido nivelar su situación económica con las dificultades del momento en la medida posible- ¿A cuánto as ciende el aumento dje salario concedido o los productores? -Repito que varía en cada caso concreto. Pero, en general, y a manera de ejemplo, puedo indicarle que el ramo de la Banca privada ha alcanzado el 95 por ioo de su salario anterior el 75 por ioo, el de Hostelería; el 6o por ioo, el de Industrias resineras; el 55 por ioo, el de Textiles; el 40 por 100, los de Siderometalúrgica, y aproximadamente en el mismo porcentaje l o s restantes. ¿Me podría indicar usted algo sobre la participación del trabajador en los beneficios? soluta inamovilidad, suprimiéndose el despido acordado libremente oor la empresa, medida sobre cuya aplicación sólo el E s tado puede decidir, a través de los Tribunales de Justicia Laboral. E l señor Girón guarda unos momentos de silencio. Sobre la mesa chisporrotean las velas que iluminan el despacho. El ministro de Trabajo ños mirai sonríe y explica: -Quiero compartir con los trabajadores de España todos sus problemas y sinsabores. P o r eso, las restricciones de electricidad he querido que me afecten a thi E i. objetivo que persigo con cuantas reformas sociales se han hecho y se harán desde este ministerio- -nos dice el señor Girón- no es otro que el de lograr para el trabajador una situación económica qué le permita desenvolverse desahogadamente en la vida. Créame usted que es ésta la máxima aspiración de mi gestión en este ministerio, y el tema preferido de todos mis afanes. El señor Girón hace una pausa y ojea unos papeles. Lleva al frente del departamento varios años y en ellos ha realizado una labor tan penetrante y tan profunda de interpretación y realización de las consignas del Caudillo, que la legislación social española está a la cabeza de sus análogas en el mundo. Nosotros pensamos en la suma de esfuerzos que supone esta ingente tarea, taii llena de sentida humano y trascendente. El diálogo se reanuda con nuestra pregunta: ¿Cómo piensa usted conseguir ese avalice económico de los trabajadores? -Con el juego combinado de dos principios, a mi modo de ver, esenciales. De un lado, la participación del productor en los beneficios, y de otro, el mejoramiento de vida del trabajador y de su familia. Nuestra revolución social tiene que asentarse forzosamente en esos dos principios, el primero de los cuales liga al productor con la empresa en que presta sus servicios y el segundo lo vincula a la familia, a la tierra, a la Patria. Como usted comprenderá, esta meta ideal no puede lograrse sin contar antes con una preparación cultural y social en los trabajadores, que sea la mayor garantía para las empresas y para ellos mismos, único medio de evitar los recelos de una u otra parte. ¿Qufclabor se ha realisado hasta la feúcha cu orden a la protección del trabajadorf -Ya le indiqué al principio de nuestra conversación la necesidad de introducir ese factor en nuestros avances sociales, suavizando el contrato dé trabajo con el de sociedad, es decir, i n t e r é s a ndo a los trabajadores en el florecimiento de las empresas. Con ello se logrará un a u m e n to de sus salarios, a la par que el incremento económico de las- empresas, y, a la postre, una similitud de intereses y afanes entre aquéllos y éstas, única fórmula para eliminar definitivamente sus recelos y discordias. ¿Se ha hecho ya algún ensayo sobre este punto f -Ante todo- -nos contesta el señor Girón- -se ha transformado la anárquica multiplicidad de bases de salarios, jornadas, seguros, etc. en reglamentaciones de carácter nacional, verdaderos códigos de trabajo en cada rama de la producción. En estas reglamentaciones se ha llegado a la innovación de conferir al trabajador una titulación profesional o categoría, que facilita la especialización del obrero y la marcha productiva de la empresa. ¿Cuál ha sido. a política de salarios en iodos esas regla uientucionesf como al último de nuestros productores. Hondamente impresionados por su gesto y admirados de su camaradería, preguntamos -Respecto a la previsión, ¿qué mtedidits han sido adoptadas? -Es ése un punto en el que me cabe la -Sí; se ha iniciado con éxito en las empresas de Seguros y Electricidad, así como en los transportes marítimos. Repito que no descansaré hasta lograr que este régimen, hoy incipiente, de participación en los beneficios se extienda a todas las ramas de la producción española. Pero no crea usted que las mejoras implantadas en beneficio de los trabajadores se agota en los principios expuestos. Gracias a ellos, hoy día el productor español goza de ab- -Indudablemente que para el trabajador tanto interés ofrece contar con la seguridad de amparo en el infortunio, por edad o enfermedad, como gozar durante su vida activa de una retribución suficiente para él y para los suyos. Esta apremiante necesidad social ha sido cubierta mediante Montepíos y Mutualidades, en virtud de normas legales de carácter general. -Esta legislación, ¿es aplicable a los trabajadores, del campo? -Ya en 1938 se dictaron reglamenta-

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