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ABC MADRID 02-01-1945 página 15
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ABC MADRID 02-01-1945 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
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de Maternología; habilita, con 150 canias, Sanatorio de Guadarrama, para niños tuberculosos. Asiste, solo en Ja población ce Madrid, a 14.000 niños menores de tres año- nuciéndolos semaiíalmente, alimentándolos v distribuyendo la medicación necesaria. Ei i e. su 1 t; i u ya es patente: la mortalidad infantil ha disminuido en 3 a capital de- Ksnaña de modo notable, permitiéndola: enfrentar con luí países de elevada organización sanitaria. La divulgación científica se extiende y adquiere netos perfiles de evidente eficacia. Los cursillos ew medio rural, a Obra de Perfeccionamiento! Médico, constituyen jalonís ya consagrados. En ¡el caos del mundo, España celebra sus Congreso de Aparato Digestivo y Nutrición, Pediatría. Oftaimólo, gía y el primero de Cardiología. La nota triste que ha empañado e t- fruirúrgica. ha sido la muerte de Olivare que os- lia dejado e recuerdo de su vida, ejemplarmente prodigiosa de voluntad y d; traíanjo. Se. ha concedido el premio K obel de Medicina del (añu 1943 a investigador danés H. Dan y al profesor norteamericano E. A. Poisv. por el descubrimiento de la vitamina K. y tel de este año, a los profesores iH. Gasser v J. Erlanger. por susi trabajas ¿obre la Fisíollogía del sistema nervioso periférico. LEY DE SANIDAD Se ha dejado para, lo último, por la, enorme trascendencia que para la labor sanitaria, benéfica y social tiene, el hablar á; la promulgación de la ley de Bases Sanitarias, obra imprescindible, y que, como bien dijo en su maravilloso discurso al presentarla 1 las Oortes don Blas Pérez González, se basa en las: siguientes finalidades, las cua ¡esa para una más clara, comprensión del lector, copiarnos literalmente de dicho discurso del señor ministro de la Gob- i- macián: Primera. Hacer un código con la flexibilidad suficiente para poder encajar en él los avances sanitarios, aun no tutelados ju ridicaniene. Segunda. Servir ele- base para, reducir a unidad y homogeneidad la multitud de di pcsicLones de rango inferior que, a través de tantos años, se han ido produciendo psr- i atender a necesidades apremiantes. Tercera. Unificar servicios, concentrar bajo jefatura única, en lo posible, y, en los denlas, coordinar cor la mayar claridad v concreción las actividades sanitarias úil país. Cuarta. Abrir cauce para una política sanitaria de justicia distribuitiva entre la ciudad y el ampio, eompensamlo el déficit que acusa hasta el presente la sanidad rural. Quinta. Lograr un personal eficiente, mediante la ftiá- s. cuidada ¿elección y preparación, sin. perjuicio le que la unidad de escuela y- convivencia, hagan nacer entre los sanitarios el vínculo de intimidad y hermandad qut tanto ha é ¡significar en e; cumplimiento de la misión que se tes confíe. Sexta, La, continuidad en ¡la orientación sanitaria, encomendada al Consejo Nacional de. Sanidad que. por su contextura, re- presenta el órgano de más autoridad y nreno- s movible de los que integran; el Servicio Sanitario. Kl proyecto, que se desarrolla en 34 bases, intensa y profundamente pensado, con concepción moderna y flexible, constituye e! a n azón magnifico de una sanidad TJÍÍCÍOliaJ. Y como tiix tiene acostumbrados a los médicos fi- señor ministro, no es- uiia promesa, -sino que ya comienza, -a ser una au éiHica realidad. I iénscse el beneficio para España de esta ardua labor ministerial, teniendo en cuenta que el Estado e regía hasta este año por una ley de Sanidad promulgada en 1855. GONZALEZ- BUENO año 44 con su- IUÍXJ ¡la enseñanza y clínica Rosa Jericó Kl OR d e x U ¡S i t perf. u m e cu lo.i tex 1 os bíblicos es la llamada Rosa, de Jerio En rigor, no es uii i rosa cíe rosal. Ivs una planta. in- si, gnificarrte de h familia de las coniferas, que se cierra y pierde al dar fruto; pero después resucita cuando se la mete en agua y, por ello, les comentaristas ele los Libres Sagrados la llaman, flor anastá- riea o de resurrección. ¿No podría ser. símbolo del correr d los años, de Jai tristeza del que termina de las esperanzas con que se inician los resplandores del Año- -Nuevo? Un. año merv: para la vida y uní año má. para la muerte, suele decirs- e en estas fechas, con anMrgura. Ante los ojos espantados desfilan las danzas macabras inedievales. Las estrofas castellanas, atribuída s al Rabí de Ca rión, don Sem, Tob, las Coplas inmortales tti Jorge Manrique, los textos, las imágenes, las razones que noí convencen de! fiulíis et nihil... Don Pedro Antonio de Alarcón. -en la Nochebuena del poeta, pone una- ñuta triste a los villancicos y canciones de Xavidad, cuando él tenía siete años: Noíotrus nos iremos, y no volveremos- más. TranscUTín ocho días y llega la Noche Vieja. Conforme a la calendación actual del solsticio de invierno o de Capricornio, una fecha correlativa sucede a la anterior, fia muerto el T 944 y ha nacido el 1945. Al tránsito se le acompaña dé una fiesta alegre. H- ay en ella mucho de paganía. El muérdago que las druidesas cortaban d ¡tronco de los robles con cuchillos de oro adorna los dinteles, y en el extranjero había la costumbre de pocíer besar en la frente a la muchacha que con nosotros compartía, la ve ada, siímpre que cubriera ambas cabezas una rama de muérdago, ue los franceses llaman ¡y los ingleses, mislleíuc, 7 Simbolizan la fiesta- en sus ribetes paganos, los racimos de Baco y las espumas que la champaña esparció por ti mundo, merced al invento del monje benedictino. Doni T erignon. Los espíritus reflexivos lian apartado la vista de aquellos transpones juveniles, cifra de inconsciencia y error. El paso de un año otTo es motivo de tristes y aterradoras a consideraciones. Se ha creído v. er en las risotadas y Jos gritos alegres de la Noche V; ieja un anticipo de danza de la muerte. Son las esculturas descarnadas y horribles de Li gier Richier. cuando fina la Edad Media. Un personaje famoso se levanta de su se puicro en plena: descomposición- del cadáver. Son la. s carroñas de Valdés Leal. Es el violin que suma con anunnias extrañas y van bailando hacia el hondón del terreno olvido las potestades t c la; tierra, desd el I F ap a h a s. t a el más modesto delegado de su autoi if ad; deíde eil monarca que tiene el Uiniverso sometido a sus pies hasta el mendigo ansioso de las hierbas que arroja el sabio mísero y pobre, con quien amistamos en La vida es sueño, de Calderón. Horacio da lema a la pintura con dos versos itíruortales que rodos conocen P- a. ll i da mor aequo pulsat pede p. iiiperum taItwrnas Regumque tuires: o Beate Sexti. Son los versos 13 y 14 de la Oda. IV del Libro I. Los espíritus reflexivos- nos han alejado de las fiestas, y quizá hayamos creído que tm v; o de Maya oculta una. realidad espantosa, roda ella muerte, desolación, ruina, olvido- nada... El Águila de Patmos nos arrebata en raudo vuelo- desde el cuadro sombrío de las danzas de la muerte hasta una maravilla del alma humana efi. la pinturtt: Es la Adoración del Cordero Místico en la iglesia de San Bavoo, de Gante, -obra de los Van Eyck. La rosa de Jericó se abre de nuevo con el agua del bautismo y los esqueletos a medio corromper de Ligier Richier, sus antecesores y sus secuaces, se transforman con el verbo encendido ¿el último Evangelista, -n coros de ángsles y de ancianos que dan amor de eternidad al Cordero. En hagiografía, la muerte se- designa con el- nombre de natalicio Vivir es tan 1 sólo soñar. Obrar bien- es lo que importa para cuando desertemos. La sentencia calderoniana se encuentra ya en Jas Coplas de Jorge Manrique: Kist. e mundo es 1 camino para -1 otro, tiue es morada, pin pesar. M i cumple iínor huen tino para andar tfCta jornada sin errar. Y el paso de un año a otro es. tan sólo iMi accidente del camino hacia a rc- itirrccción, la inmortalidad, la vicia ir. -u d ab! -e: i- el seno de Dios. La flor anastá- u i de i s rtlatos bíblicos ¿e impone aquí, eu los Comienzos- de ¡Nuevo Año, ci 1 tn: s oportuni 1 dor y mejor sentido que v- muérdago celta de ías drüidesas paganas. Mueri- i: año, nace otro, y nuestra vida percnr. c, tf, mo la. rosa de Jericó, marcha. nunca ¡ir. cia el acabamiento y! a extin- cióii de. jiirvana. sino a la inniortalida. l en el amor del Místico Cordero. L r i s ARA- üJO- COSTA (Poto V. Muro.

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