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ABC MADRID 12-09-1944 página 3
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ABC MADRID 12-09-1944 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CENT 1 MQS) PARA DO I A S DIARIO ILÜSfrRA DO P E INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS f UN A T ORMENTA no consiste en. ignorar toda estas Faculta- des, -artes y ciencias, sino en adaptar; áus líIVIMOS en el jnundo; de la paradoja y mites a. la totalidad del; espíritu, en jlévar. STÁBAMOS en 1 campo, entretenidos n jhajr de nosotros si no supiéramos en las al lugar propio, iñás o ¡menos reducido, hacer frases l ¡vulgares acerca. del pai- ocasiones aunar los contrarios I El que la integridad del ser les cbrresponde y saje, cuando alguieri, de líiás. práctí- comendador E criyá teme que el placer de en dar soluciones de armonía, suaves, bellas ca qué nosotros en lqs fenómenos atmos fémorir le vuelva a dar la vida Santa. Te- -y basta paradójicas, a toque, usado sin buen ricos, diój Iá voz de alarma: Se avecina resa muere porqué no inu ere i; don Juan- gustó y sin tener los ojo abiertos a. la vida, una tormenta. Efectivamente, ese ruido de Argtlijo, mira al avaro en sus riquezas resulta riguroso, áspero, estridente, desagra- que nos había parecido en un, principio la explosión de un motor fro era siftó la vo pobre j y: así muchos autores de todos los dable absurdo. tiempos y de todas las literaturas. han jun íde la tormenta, el retumbar, de un trueno. tado en el idioma términos contrarios, ya que se fue mu tiplicandb, poco a poco hasta para dar fuerzan y expresión a los pensa- llenar de broncos ecos, como de ffliichas piémientos, ya por el prurito de evitarlo coidras, el cuenco- del yalle jrodeaí o dé altas rriente y manoseado... i montañas. EÍ aire comenzó a teñirse de aliHay paradojas hasta, en los nombres de yio de luto, de violeta, hasta lograr se í í pya ¿Nadie tendrá, ciertamente, por bonito, profundo de los dijiujos al carbón, al mismo él nombre- de gaíixto. Quien ló; lleve no ha. tiempo que sqjtába un pe fume de ozono y AL asunto el e las gentes comiéncea tierra inpjada, precursor de las tempesjtades de considerarse muy. afortunado én la elec. a encontrarlo a uno muy j o y e n á gran orquesta. Hubo que apretar el paso, ción; paterna del, apelativo que familiarmenCuando yo tenía veinte años, nadie empujados per una. retaguardia de! guatea- t e le designa y sin embargo, Calixto, en su etimología. griega y en. su; significado; parecía darse cuenta de mi juventud, y sólo, das, nubes negras -tradicional color panza vale. taíitO como hermoso. La- palabra qué. alrededpí de los cincuenta empezaron los d e burro iriientr, as. el oro del poniente se designa en griego la ciencia de la belleza np amigos a encarecer lo juvenil y saludable de- iba. reduciendo para convertirse n una apépuede ser más cacofónica: calología. Es me- mi, aspecto. Naturalmente, -la mayoría; lo ha ñas perceptible cuchillada naranja y limón. jor avenirse al término; de Baumgartén y cían- sin el menor asomo de, convicción, pero En seguida empezaron á caer esas gotas decir estética, otros insistían tanto que no parecía sino que gordas, de un frío soso, qü al tocar ntiestrá de buena fe me encontrasen, joven, y- si me Lo curioso del caso es que para la buena, encontraban joven a los cincuenta años con piel, nos pajeen grandes pétalos de rosas marcha- del entendimiento, dé la cultura, dé mis achaques y? cOn mis arrugas, ¿cómo dia- f mojadas. Después, yai baja techo hemos Ja sensibilidad y de las maneras suaves en blos- se habían imaginado encontrarme? ¿He- contemplado cómo la tormenta derrochaba el comercio. y relación de los se ha- cho una momia? ¿Sin un diente en la boca su gran lujo de relámpagos y truenos sobre el- lejano lomo G la sierra. v cen necesarias unas cuantas paradojas, sin las 1 cuales todo, resulta áspero, grosero, de mal ni un pelo, en la. cabeza? ¿Postrado en la r YJD pienso qu e la tormenta es. uh espec- -tonOg. Conocido es el profesor francés Paul cama día y noche y teniendo. -que ser alimen- táculo antiguo que no causa ya sensáció; n a los í Desjardiins- por sus veladas de Póníigny. tado a biberón, como- parece que era áíirrjen. escritórjss ni produce casi miedo a los niños; A esta ciudad de la. Bordona, en el depar- tado en sus postrimerías ¿1 nonagenarTO Roc- Sin embargo, er cáliíica ¿iy 6 itópresionán, té que ajiora emplearnos coi ftanta frecuentamento del Yoñne, áeúdia- n durante la es- -kefeller? -Estás la njar de joven me decían... tación- veraniega intelectuales y sabios 1 de cia, pocas veces adquiere mayou propiedad, -Noy- Íes contestaba y o No- estoy la que al colorear el vocablo tormenta, j tina todo el globo para discutir en forma nis- tosa. temas. diversos de filosofía, de religión, mar de joven ni la mar dé viejo. Estoy, más tormenta impresionante 1 He aquí algo per de ciencia, dé arte, de políticít, de economía, o menosí co, mo se suele estar a mi edad, que feotamente? xáetó y rotundamente serio. de derecho. En los claustros y- én las celdas no es, ciertamente, la de un chico deL InstiLa tormenta íúé ttíi- buen tema para la tuto, pero que tampoco es la; de Matusalén, literatura romántica y para la oratorja del de aquella vieja abadía, ya siti monjes ni culto, se: daba cita la intelectualidad más sa- ¿Vosotros sabéis cuándo he. nacido? siglo xix. i Qué bien venía la descripción liente de Europa y del mundo. Eugenio d Ors, (Generalmente no lo sabía casi nadie. i -T ie Una tormenta en- la novela de. fálletín. V -Y si no- sabéis cuándo he nacido- -insis- qué bien encajaba la actitud. tormentosa en que asistió muchas veces, nos podría relatar al pormenor el contenido, el alcance, la tía, yo entonces- ¿cómo podéis decir que- aquel orador de. complicadas barbas, dis tendencia, los asuntos- de tan sugerehtes. me conservó muy joven o que, por el con- puestas, para que por eJlas rodasen los asambleas. Paul Desj árdins, especialista eh trario, estoy demasiado avejentado? ¡Si. os v truenos gordos de las palabras 1 Én el teá, cuestiones idq moral, fue también durante, parezco múy ¡joven, es que me consideráis NtrQ había la caja de los truenos, y yo. realgunos años catedrático de retórica, en uno muy viejo, y si, a la simple impresión visual, cuerdo una zarzuela, -Maruxa, en la que se de los Liceos de París. El primer día de d a- me consideráis muy viejo, es qué no os pa- ofrecía al espectador la emoción de; una Uu- vía. de. verdad sobre las tablas. se les decía a los alumnos A la puerta del rezco, nada joven. Creo que este razonamiento nó- tenía, vuel, Uná tormenta en los días de- nuestra ín- aula ya inscrita, la voz retórica por idéntico motivo que, a la entrada de algunas salas del ta de hoja, pero así. son las contradicciones fancia significaba una conmoción, en el ho hospital existe el término tuberculosis. Quie- de la. cortesía; occidental, tan- diferente de la gar. Había que ¿cerrar todos los balcones re- decir quid allí se cura, la tuberculosis, cortesía china. En el Celeste: Imperio, en apagar la. luz eléctrica y encender el cirio como aquí secura la retórica. j Paradoja efecto, lo elogioso- no es decirle? a; nadie que que 1 día de Jueves Santo alumbrara. -el está muy joven, sipo, al contrario, que se en- Monumento. Yo. evoco lá suayj figura de de gr, an. sabiduría! No se- estudia bien la retórica- sin que él profesor; cure a los discí- cuentra avejentadísimo, y yo sé de un pro- mi abuela- -sedas negras y pelo muy. blán- pülós de, la retórica. Hace un, siglo los poe- fesor europeo, hombre de tjnos cuarenta o co- congregando a toda l familia eiitor- a tas románticos, curaron, a los españoles de. cuarenta y cinco años de edad, que, a su paso no al cirio para rezar el Trisagio, y aun niéla retórica de Sánchez Barbero y de don Ál- por Pekín, fue. calificado por. todos, los pe- parece escuchar su voz, ya cansada, qué- con- berto. Lista- Los preceptos. demasiados rigo- riódico s locales de caduco, senil y decrépito- la distancia se. me torna de una musical me- ristas suelen quitar a los escritores espon- lo que le produjo una indignación no exenta l a n c o l í a taneidad, flexibilidad, vida, movimiento... de alarma hasta que se enteró- de que aqué- Hoy la Naturaleza ée resiste. a organizar Sin. haberse curado de. la retórica quien ha- Ha era, simplemente, la mañera china de lla- tormentas de gran espectáculo- pensando bla o. escribe se convierte en lo que. llaman marle ilustre. Entre nosotros nadie comienza quizá en. que los hombres las- máquinas realmente a darse cuenta de su vejez hasta los franceses, un cjiistre de colfege. que los amigos no principian- a decirle que han usurpado sus funciones. La tormenta ha pasado, v la leve: barquii Al par de la. retórica existen otras, disci- está muy joven, pero en la China, donde, las lia. de la... luna creciente va apartando, las plinas del saber y aun. Facultades enteras que necesitan 4 e- curación, y muchos de los palabras momia, vejestorio y, cárcamal- cons- nubes para que luzcan las estrellas. El 1 aire ¿nales físicos y morales de ahora y de todos tituyen, al parecer, verdaderos ditirambos. o haele a exprimidos jardines húmedos, y lelos tiempos están en no haberse curado los hipérfiSíéV aduíatorias, ocurre justamente lo jos, los relámpagos van iluminando el suelo profesionales de aquello mismo que estudian contrario, y. (Ustedes dirán qué sistema lespa- por zonas y a intervalos, cómo si. la noche y practican. Hay que. cura. rse de la retórica rece preferible. hubiera perdido una j oya que: busca y. no iYo, desde luego voto por iel chino... y también de las matemáticas, de la grama encuentra. tica. de la medicina y del derecho, lo cuál C A M B A FRANCESCO JAVIER M A R T I N V A B R I L V E M

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