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ABC MADRID 27-05-1944 página 3
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ABC MADRID 27-05-1944 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO ILUSTRADO DÉ INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS) B un ejemplo comparativo para decir cuánto daña a la claridad y sencillez la mal distinguida y abigarrada pintura del ambiente. El escritor Eduardo Herriot nos OJIO las biografías gozan de gran pricuenta por lo minucioso y complejo la- vida vanza, y los editores, atentos a su de Beethóven; pero tanto nos pinta la éponegocio, nos las ofrecen en profuca, y se entretiene en consideraciones posión, desde las que cantan vidas de Reyes líticas, y se refiere a los demás músicos y hasta las que narran aventuras de troteras sus escuelas y a otros personajes, y tantas y danzaderas, yo, que una. sola compuse veces, por cuidar pormenores y divagar en de una actriz inolvidable, y más quisiera torno de ellos, se deja olvidado a Beethocomponer, muchas llevo leídas por apren- yen, que también el lector acaba por older en los maestros del género, y ahora vidarlo, y, agitada y perdida su memoria en voy a hacerme a mí mismo, para a mí mis- atar cabos sueltos que le obligan a volver mo contestarme, tres preguntas, que se me atrás en la lectura y se la enmarañan, pier. antojan fundamentales. de la ilación de los hechos del protagonista, ¿Se debe permanecer impasible ante el que ya no es figura señera porque se ha biografiado y narrar sólo los hechos sin hundido en el tropel de lo circunstante. En dar opinión personal, según quería Flau- cambio, Andrés Maurois, maestro indiscubert ocultar la suya acerca de sus entes tible de biógrafos modernos, nos cuenta la novelescos porque no se sentía con dere- historia de Iván Turguehiev al par que la cho a ello? Si por el contrario, se opina, de Rusia, siguiéndola paso a paso, y la ¿cuál debe ser nuestra actitud, la del juez 4 e Europa, en el tiempo en que se mueve o la del abogado? Por último, en lo que se en ella el escritor ruso; pero sin olvidar refiere a la técnica, ¿hasta qué límite se jamás a éste, que está siempre visible, coiha de conceder- importancia al ambiente mo llevado por la mano, sólo al parecer ausente, de su biógrafo, que le pone au- de la época? reolado de claridad por encima de cuanto Para las dos primeras preguntas basta le circunda, destacando la figura sobre el ton una sola respuesta: el que va a hacer fondo, en cuya perspectiva se van esfutina biografía no inventa la figura, la toma mando, poco a poco, en hábil gradación, los hecha de la vida o de los libros, y la es- matices. Sólo así, cuando ha vivido con él, tudia y la explica, por donde al fin y a siempre con él, sin apartarse de él, y el la postre, expresa opinión acerca del per- lector no ha perdido el personaje, vierte la sonaje. Y ahora me place indicar que, pues síntesis de su opinión, en palabras preciolo escoge libremente, cuando no cumple sas. Como si no le bastasen las suyas, re. por obligación habitual menesteres de his- cuerda unas del propio Turgueniev, que toriador severp, no ha de escogerlo opues- de un escrito de Haumant recogió, y así to a su ideología y temperamento, sino por dice: el contrario, tan de s- ti gusto y simpatía, que pueda elogiarle y defenderle y no zahe Turgueniev reprocha a la cultura exrirle o escarnecer su memoria. Toda bio- tender la incredulidad ¡religiosa y separar a grafía libre, compuesta por placer de quien los intelectuales de las virtudes procedenla escogió, ha de ser un alegato en favor tes de una larga tradición cristiana. Estas del biografiado. Esto es lo bello y lo digno. virtudes- -ahora es el propio Turgueniev DIARIO ILUSTRADO DE INFORMAC I Ó N GENERAL. 25 CÉNTIMOS IB) B GUARDARROPÍA CINEMATOGRÁFICA EN T O R N O A LAS BIOGRAFÍAS LAS Y LOS BARBAS PASTELES ¿Y de la pregunta tercera? Claro está que el ambiente es indispensable, porque para que el personaje reviva le hace falta su atmósfera; pero hay que tratarlo de tal suerte, al ambiente me refiero, con tal cuidado y parsimonia, que época y personajes circunstantes no se echen de tal modo encima del protagonista, que lo oscurezcan y ahoguen, o por lo menos tuerzan y enturbien el claro discurrir de su vida. Esto suele pasar, desgraciadamente, hasta cuando no se buscan personajes históricos, sino que se inventan para tejer una comedia, que si el ambiente es lo de más y el personaje lo dé menos, nos quedamos sin acción dramática, y si el decorado vale más que la palabra, se pierde ésta porque olvidamos lo que nunca debe olvidarse: que á densidad de acción y pensamiento conviene d- ecoración sencilla, pues otra cD kí tes confusión y estorbo, y, en cambio, et decorado profuso y vistoso sirve tan sólo para vestir y prestar consistencia y color a la idea- pequeña y pobre. Pero torno a concretarme a la biografía, y hasta llegaré a OHNNY Weissmuller, el un tiempo campeón internacional de natación, acaba de declararse en huelga como Tarzán de los monos. -Es- toy ya harto- -ha dicho- -de vestirme con pieles sin curtir y quiero que el público me vea un día con un traje decente. Además, en fuerza de golpearme el pecho con los puños, he llegado a formarme callos en él y, en fuerza de expresarme por medio de sonidos guturales, estoy perdiendo comple- tamente el dominio de la palabra articulada... Realmente, no parece que sea muy divertido eso de hacer toda la vida de Tarzán, pero, en fin, Weissmulkr puede consolarse pensando, de un lado, en las cantidades fabulosas que percibe por cada película y; del otro, en el entusiasmo que sus gritos salvajes y su musculatura- -para no hablar de sus callos- -suelen suscitar en una buena parte del público femenino. En cambio, ¿qué consuelo le queda al pobre hombre que, en las películas cómicas, tiene que recibir dos, tres y a veces hasta media docena de enormes pasteles de crema en jjlena cara? Las empresas no les dan a estos hombres más que una mezquina retribución, las mujeres no los admiran y ¡colmo de los colmos! la crema de los pasteles que se les lanzan a la faz no es crema y no tiene aprovechamiento posible. Para nú estos hombres que, en las tristes circunstancias actuales, hacen esfuerzos tan denodados para regocijar un poco al mundo, poseen un mérito extraordinario y, sin- embargo, nadie se ocupa de ellos. La British Film Producer s Association ha acordado, días atrás, aumentar en diez chelines diarios la paga de todos aquellos actores que, para interpretar ciertos papeles, se quien habla- estas virtudes, resignación, vean obligados a dejarse las barbas, pero, caridad, olvido de sí mismo, sólo los humil- los encargados de recibir los pasteles de crema en el rostro, esos seguirán percibiendo des las poseen y de ahí viene su superioexactamente lo mismo que antes, y no tenridad. El que tiene la fe lo posee todo y drán ni un solo penique. de extra. ¿Conciel que no tiene fe no tiene nada. Siento ben ustedes una injusticia mayor? esto de un modo más agudo por cuanto Dejarse las barbas, después de todo, no pertenezco a los que no la tienen, constituye ningún sacrificio. Al contrario. Pero, esto transcrito, me he apartado Todavía hay por ahí muchas personas- -la del tema, y siento- ¡ay de mí! -que ya no inmensa mayoría pertenecientes al sexo podré volver a él. Perdone el lector, y masculino- -que se las dejan por alarde, no piense que sale ganando si dejo esta cró- esperando recibir por ellas ninguna retribunica trunca, que más valor toda ella no ción directa aunque, en su fuero interno, tiene, ni yo pudiera jamás dárselo, que el todas crean que se deben tener sus barbas de estas palabras halladas en el camino y en consideración siempre que se trate de recordadas al azar, que recobran su actua- proveer algún cargo verdaderamente reprelidad cuando está amenazada la fe en el sentativo. Lo que sí sjjpondría un sacrificio mundo, y son dolorOsasy profundas, con enorme sería el dejarse las barbas para resu virtud en potencia, con un propósito cibir en ellas los pasteles, p ero, al parecer, contrito sin acabar de- cumplirse, con una- no se trata de semejante cosa. No. Se trata únicamente de estimular el crecimiento sinceridad a la vez magnífica, ¿y rfrüffiíljjel J. ¡fe- las barbas naturales en el cine para res y porque están más en la- señ sibífíd aá qüé tringir el uso de las de guardarropía y no éri la mente, están también todavía, con ser se tiene en cuenta que la guardarropía de los muy densas, más llenas da amor que de pasteles es, desde todos los puntos de vista, pensamiento. -much- i- sinio- psor- -todavía que la de las barbas. JULIO CAMBA J

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