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ABC MADRID 09-01-1944 página 16
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ABC MADRID 09-01-1944 página 16

  • EdiciónABC, MADRID
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La ley de Contingenlación y la industria cinematográfica britán S CJELE decirse que el comercio sigue a la bandera de la nación. Ahora, es igualmente cierto afirmar que sigue a las películas. Hace veinte años oí decir a los chinos que los au. tomóvíles americanas debía ser los mejores del mundo; ¿no losveían todas las nocftes, con Ioshéroes de Hofíyvvood al volante, afielan táñelo a los trenes expresos? En Tokio, los jóvenes japoneses de las clase. acomodada 1; Nevaban sombrera de paja- y zapatos blanco y negros; dte acuerdo con lo míe creían seguir la moda impuesta por Waííace Reíd. Los italianos y los argentinas fuerotr cautivados por los trajes- de Valentino. fiesde entonces, todos los añosha irla aumentaiKfo Ts irirTueneia de lia pantalla, hasta que, en la actualidad, el astro díiematagráfico- -puede ser un poderoso) propagandista que inspire adínSración y buena voluntad en el extranjero, y es un. serio, inconveniente para- tura nación ¡no te rrer vma, industria cínem- atog. rá. fica floreciente -Todas estas co ¡n sideraciones, más 1 deseo de aumentar él número de personas ocupadas- inspiraron lia ley Británica de Con- tingentaeíorr de Vp, Antes déla pasada guerra, en los días en que Mary Pickford era la ingenua favorita dr- I mundo y eí ganarlo pacía en? os campas qu después serían Hollywood tes estudios- británicos competían con los americanos de Long Jsland en. un pie de completa igualdad, La ley de Contíngentación Michael Balcón, director de Producción de los estudios de Ealing, ha sido productor cinematográfico durante veintiún años. Entre sus mejores películas figuran Un yanqui en Oxford El capataz se fue a Francia y la Que acaba de terminar, San Demetrio, Londres I Todo- esto se interrumpió en 1914. Hollywcod apareció en escena y empe- una- calidad tolerable, y más de una prod- uczó a adquirir auge, y hacia 1918 la industria cíón que nadie proyectaría se- compraba cinematográfica británica estaba muerta. En por 50.000 o 75.000 pesetas, se incluía en la década veinte, dos o tres productores, es- la lista de acuerdo con la ley, y pasaba despeeialmanite Michael Balcón, empezaron de pués al a maoén y se olvidaba su existencia. nuevo, pero el predominio americano sobre Tanto si se. exhibía como si no, la le r se distribuidores y empresarios era absoluto. había cumolido. Los empresarios de es- pecEn 1927, el Gobierno británico decidió táculos tenían que proyectar sus películas hacer algo. Una íey de iContingentación, de contingentación, pero algunos evadían el que entró en vigor al año siguiente, impuso espíritu de la: ley pasando estos desdichados un contingente. para los distribuidores del engendros por la mañana, cuando había po 7,50 por 100, que se elevó al 12,50 por 100 cos espectadores- y no proyectándolos por en 1932, al 15 por 100 en 1933 v al 20 por la tarde. 100 en 1936. La ley. tal como fue enmendada y reducida en T 93 S, fijó una escala Descrédito de las películas rápidas que aumentaba al 30 por 100 para distribuidores y al 2 por 100 para empresarios de De vez en cuando, alguna de estas pelícusalas cinematográficas en 1946l as tenía un éxito sorprendente. Por ejemEsto era, ¡en muchos aspectos. un incon- pkx el difunto Julius Hagen alquiló los esveniente para los productores británicos, tudios de Twickenham desde la medianoche pues el 25 por 100 para empresarios fijado al amanecer, cuando nadie los quería, llevó para 1946 era un 4 por 100 menos, que ef actores teatrales del West End hasta ellos porcentaje obtenido en 1936. El número de utilizando thxis y los fotografió, cansados películas requeridas, para cumplir la ley y ojerosos como estaban, en las- películas era aún menor, por una nueva disposición de detectives de Sherlock Holmes o en senque decía que las películas que costasen más cillos dramas sentimentales, que lograran cte 2.250.000 pesetas se contarían como do- una gran popularidad. bles para el contingente, v las producciones Desde luego, en general, dichas películas que costasen 3.750.000 o más se considera- desacreditaron la industria cinematográfica rían como tres. Ésto tenía por objeto animar británica y costó muchos años reparar este a los importadores (distribuidores) para que yerro. Hombres capaces, como el señor Balfinanciasen la preparación de mejores pe- een y sir- Alexander Korda, cuya Vidalículas, en lugar dé Jas. películas de mala privada de Enrique FUI fue acia- miada por calidad y rápidamente filmadas- para ajus- todo el mundo en 1934, consiguieron accitarse a Ja ley. La película rápida de con- denta lnientg dar a conocer la película ingletingentación como fue llamado esta clase sa. Es cuestión de opiniones decidir si pode film, costaba por término medio unas drían haberlo hecho sin la ley de Contin 50.000 pesetas, en comparación con las de gentación, pero es un hecho que películas uti mL 116 j: me s P i iií i n cía escarlata, arenas del río, Latí. -a PI u m a s, 39. escalones, ta, en el banco y El case re pueden compararse, co mejores films que puedes berse hecho en- cualquier país. Con contingientacic sin día, Jos empresarios jan satisfechísimos al tartas. No es seguro que sin tada ley se podría haber parado un grupo suficieMi actores y ¡técnicos con rienda, ni que líos distrito res habrían dado a los er sarios una oportunidad! proyectarlas con beneficio los calamitosos tiempos de perio ¡dte la taquilla, pea prohibida por la ley, los en sarios hubieron d aceptar dia docena de películas calidad les era desconocías tina de ellas daba la cas dad que era tina obra raa ¡de la- cktiemaitografía ibritá pasaba al- almacén con el to de ellas y producía al ductor exactamente lo tn que las- otras c i n c o á por el distribuidor, o int menos. A pesar- dte las críticas tra la ley- de Contingenta ésta dio su resultado. El ni ío de películas británicas ¡decir, de películas hechas e Gran Bretaña por- persotiaj domiiianteniente britámico, i que no del todo- -aumentó ¿iás de 200 por año. Hacia x con. algunos cíe los estudios íor equipados ¡del mundo Dsnham, Pinewood y Efet la i n d u s t r i a cinematográ británica estaba- en pleno arrollo. La guerra alcanza a los produetore británicos Ahora, la guerra nos ha asestado de n vo un duro go pe. Los estudios han sido dicados a otros fines, y cientos de actore; técnicos han ingresado voluntarios en Servicios Armados o- han sido movilizad y otros- han pasado a las unidades ciñen tográfica. s ue o paran con el Ejército o las R. A- F. LTnos 20 cameraman han si ntuertos, heridos o hechos prisioneros al tener escenas en- Ja línea de fuego para, lículs s como Victoria en el Desierto. El resultado ha sido una enorme baja la producción. El año pasado, -el total f d ¡e 60 aproximadamente; este año quizá se de 50 películas. Aun cuando el continges; ha sido reducido de 17,50 a 15 por 100, pa adaptarse, a las condiciones de guerra, se pera que unos i. S oo empresarios, de 1 total de 4.500, infrinjan la ley por caree de número suficiente de películas ibritánic que proyectar. Con el cinc disfrutando del mayor au: q, ue regívStra la historia- -el negocio está i 33 ¡por ioo por encima del normal de tiei pos de paz- -esto significa una gran opo tunidad- que han perdido el productor y capitalista británico; pero justo es añad oue la calidad general ha sido buena. Br ducoiories como En donde servímos. Los ricntes próximos: El primero de los poco El sexo débil, Victoria en el Desierto y última, Millones eptrío wsotros, han aidfc 1 inficientemente buenas- para que las- pelíbt las ingfeas se conslsrven j e l l l

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