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ABC MADRID 02-11-1943 página 7
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ABC MADRID 02-11-1943 página 7

  • EdiciónABC, MADRID
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EL CUADRO DE LA UNIDAD DE ESPÍRITU F r a n c i s c o de Zurbarán: San Buenaventura v i sitado p o r Santo Tomás es para los ¡hombres superficiales tan sólo un retratista de gtnio, que lia pasado su vida pintanÜO soliloquios de frailes, donde acasto el hábito lo hace todo, 3 el conocido refrán? queda sin efecto y sin valor, A medida que vamos internándonos en la existencia y en 3 a obra del pintor extremeño, nos sorprenden nuevas: modalidades de técnica y de espíritu. Los monjes de Zurbarán no se limitan a posar delante del artista para que el magro de los pinceles halague la retina con bellas tonalidades y ¡matices del blanco, del pardo, y del negro. Los, personajes retratados tienen alma y aparecen en un instante capital, de su vida; en un milagro con. que el Altísimo le favorece; en el trance de un deliquio sobrenatural; en un. rapto del ser entero hacia los horizontes de la mística más elevada. Ahí esftán los Milagros, respectivos, del padre Salmerón y del padre íllescas; la Misa del padre Cabañuelas, la Visión del jesuíta San Alonso Rodríguez, muchos otros que, esparcidos por iglesias, monasterios y museos de Europa, dan testimonio de un corazón encendido en divinoé amores, capaz de trasjadar al lienzo y de interpretar conforme a lo cánones de la pintura estados psicológicos complejos de sabios creyentes. tectura a las tablas pintadas. Bien está en. el siglo xv e) Pordero Místico, de San Bavón de Gante; Doscientos años después, riman mejor con el carácter y el ambiente es tético de entonces las series de lienzos narradores de una piadosa hagiografía, siempre- más cerca de Jacobo de Vorágine y de los Plors sanctorwn, que del rigor y la seguridad de los Bolandos. Eí retratista del cardenal Nicolaus y del mercedario fray Jerónimo Pérez no es tan sólo, corno alguien ha dicho, un autor d monólogos: y figuras sueltas. Abundan as. mismo en su obra los cuadros de composición complicada. El Museo de Sevilla posee el Triunfo de Santo Tomás. Zurbarán se iguala en el tema a Benozzo Gozzoli y a Traini. La unidad del espíritu se convierte aquí en eápíritu de unidad. La obra da impresión de jerarquía. Las tres composiciones que dividen el cuadro de la parte superior a la inferior, sin que se pierda ni logre disolverse en la concepción tripartita una misma idea, nos dan una visión celestial, la apoteosis del Santo y el mundo de los vivientes, con sus frailes dominicos, su arzobispo, sus caballero, su emperador... Hemos de descender a la vida diaria y. fijarnos en La visita de Santo Tomás a San Buenaventura. Se trata únicamente de un Quien marcha de bracero por su ¡afiglo episodio én la existencia del Doctor Serácon yelázqflez es también un estupendo fico. Zurbarán lia pintado una. serie, y ésta biógrafo, -que relata, en series más o menos, él que es auténtica, no la de San Pablo. Llenutridas déroanefes, vidas de santos! Es la gamos al más acusado realismo de la pintunloija ée 4 época? En el sigía xvii y en los ra. Se realizó el cuadra 11,1629, y en los años- que alcanzan paralelamente (porque son años de la francesada lo sacó de España el de una misma edad) Zurbarán y Veíázquez mariscal Soult. Hoy se encuentra en el Muya no suelen armarse retablos- con página? seo del Emperador Federico, en Berlín. La diversas de una misma historia. El barroco escena es un puro anacronismo. Todo allí coha hecho preferir la escultura y. la arqui- rresponde a los tiempos en que vivió el au- Z ÜKBARÁN tor, no al siglo xiii, que ilustraron, con- safe y la luz de su doctrina el ranasc áno cardenal obispo de Ostia y el dofpinico, sol esplendente de la sabiduría católica. Sobre el realismo d los; objetos que materialmente se tocan con las tóanos- -la mesa, los libros, el crucifijo, el sillón frailero- -flota un hálito de unidad espiritual. Todavía no ha nacido Dunsio Escoto, -el Doctor Sutil, pero le. faltan pocos años para venir al mundo. Dé San Buenaventura nace, mediante algunas desviaciones de su pensamiento, 5 a doctrina franciscana y escotisíta, que ha de señalar durante siglos la: enemiga y la lucha de dominicos y franciscanos. Para Santo Tomás vale, como término primero, la inteligencia. Para San Buenaventura, la voluntad que ama. El primero es un intelectual en el sentido que ha dado a la. palabra el dominico francés de nuestros días, padre Mandonet. El segundo es un místico. Sus Seis alais de los serafines cumplidamente lo acreditan. Pero les une un mismo aliento, y el cuadro de Zurbarán lo dice con s u realismo asombroso. En cuestiones opinables riñen muchas batallas dominicos y franciscanos. SQOI la i pelazgas frailegas de que nos habla Jerónimo Gracián, en su Peregrinación de Anastasio, Las clásicas que dividieron durante varias centurias a- los hijos) de Santo Domingo y a los. -de San Francisco tienen, en e ¡siglo xix, la disputa entre fel- ardenal fray Ceferinb González y el. franclscano fray Manuel Malo, sobre si Dunsio Escoto, era o. no el JCant del siglo x m Pero. á td 3 ós Íés üne en última instancia la unidad del amor a Cristo, y el triunfo del alma; que anhela la más alta sabiduría sé halla de manifiesto en el cuadro de Zurbarán con suavidad angélica y encantador realismo. LmsARAüJ -COSTÁQ.

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