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ABC MADRID 03-09-1943 página 3
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ABC MADRID 03-09-1943 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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MADRID DÍA 3 DE SEPBÍ 3 F... o E 19 4 3 NUMERO. SsUELTO 25- CENTS. fB Ü 3 $8 MISA DE MINERVA UIZÁ en ninguna parte podamos ver. una iglesia fundida en un paisaje como en esta maravilla románica de San Salvador de Sepúlveda. En lo. alto dé Un castro, con empaque de. fortaleza, domi. nando los cubos y barbacana del castillo y las puertas y murallas de la villa, esta iglesia, batida por el aire y casi calcinada por el sol, es un vigilante perpetuo de lo cotidiano y también una memoria viva de lo remoto. A veces empleamos la palabra viejo con notoria frivolidad. Viejo, como sinónimo de roto, de caduco, de descompuesto, de inservible... Aquí, en el claustro de esta iglesia, la vejez tiene el tono amable y ejemplar de la virtud perseverante, de la inteligencia despierta, del. espíritu comprensivo y benévolo y del consejo grave y experimentado. La tradición necesita de un solar y de- unas piedras. Y es que las tradiciones no- las. fabrican los hombres a voluntad, sino los siglos. Lo de menos en una tradición son las palabras. Lo más importante os el ámbito. Aguí, en este lugar, en este recirrtó, sobre esta piedra... ¿cuántas vecesf ha redoblado este enorme tambor ante la Custodia? Cuántas veces esta ca pana ha llamado a capítulo a la hermandaaL ü Dónde estarán los labios que se acercaron a estas jarras de vino y las manos que apri. sjonaron estas varas de plataj? Nosotros desapareceremos también, y vendrán otros hermanos con maños y labios, nuevos. Esta Cofradía del Santísimo. Sacramento de Sepúlveda se crea á fines del siglo xvi, y es la misma que instituye en 1563 el Papa Gregorio XIII en Santa María Supra Minervam de Roma. De esta época datan los estatutos por los cuales se rige, y en ellos hallamos un código de hermandad verdaderamente admirable, invulnerable a los azares del tiempo y a las debilidades y variaciones tíe los hombres, que en las festividades señaladas se sella con el pan, el queso y el virio. La fiesta mayor es la del Corpus Chris ti, pero celebra, asimismo, las grandes festividades de la Virgen. y los terceros domingos de mes la misa llamada de Minerva, con ¿procesión por el claustro y bendición con el í Santísimo desde el gran arco abierto sobre ía villa y el paisaje. Los oficios están distribuidos previas formalidades, que nó pueden quebrantar ni el favoritismo ni el capricho, y así son por su orden los que llevan las varas de. mandoj y las del palio, y el farol, y el gran pendón blanco, y el tambor, que tiene un sonido profundo, de siglos, como si tratase de conmover a los muertos o como si llevase Jenjrp de sí la voz dé los. muertos, Nos ha dlamos ante algo inconmovible como estas piedra i, -como este paisaje y en torno nuestro, esawaierpora, qsae dice silencio religioso, se- Mace realidad, entre nubes de incienso, frente a un paisaje con nieve, con ventisca, con sol, con lluvia a torrentes... Es el Santísimo Sacramento sobre los tejados, y DIARIO ILUSTRAD O AÑ. O T R 1 O- ES 1 M O S E V T O N í 1.706 8 i presas tan difíciles como ia de precisar los colores y los perfumes del paisaje. ¿Es que se pueden definir los colores y los perfumes? ¿Qué es lo azul, lo verde, lo amarillo, lo violeta? El mismo. Diccionario; tiene que acudir a la metáfora para decirnos que azul es el color del cielo sin nubes, que, verde es el color de hierba fresca, que amarillo es el color semejante al oro, al iirr; óñ, y que morado (violeta) es color entre rojo y negro. Hemos llegado a las proximidades del palacio de Rioírío, donde la llanura se ensancha, porque ya se inicia, tras las torres naranja de la catedral y los trazos a lápiz del Alcázar de Segovi: la Castilla plana, de los surcos y de la luz. He aquí un paisaje en que la dificultad. sube c- e punto para definir colores. Más q. ue colores, -son matices, polvo luminoso y diftimir. íic o de tonos que cambian constantemente. A! fq- rtd de un barranco- -tal vez la única interrupción de la llanura en este largo trayecto- el castillo de Coca. Las yunta- ü e bueyes dejan paso a las yuntas de muías, y las casas de piedra, a las casas de adobe. Los caminos no tientn término, y es lá lu: c tan cruda que hasta el poste de ¿légralos más, lejano se nos ofrece con una pulcritud p intillisía. El castillo de la Mata recuesta, sus muros de rosas pálidas sobre la lámina azui del cielo del mediodía. Ya no veremos montañas hasta el Norte de. a provincia. de PaPAISAJES DE CASTILLA lencia. Valladolid deja en nuestros- ojos las MADRl D- SANTANDER torresde San Martín y de la Antigua, ro- N el Milenario de Castilla es un gozo mánicas, ya sin cigüeñas, y el Crislo del recorrer los paisajes de Castilla. Par- Otero, a lá vera de la clara Patencia, es timos de Madrid en esta clara maña- como un sublime monolito que corta la na septembrina. El aire tiene una finura de ofensiva de la luz. Cartuja de la Trapa, un seda, y todavía las cosas permanecen en- fraile que cava lá tierra, y ya, loe álamos vueltas en la neblina de: la madrugada. Con de Alar del Rey reflejándose en los espejos la velocidad del tren, nos hace él efecto que fríos del rio. Seguimos en Castilla, aunqueel horizonte- es- un galgo inmenso que. corre la tierra se encabrita para crear montañas. tras los pinos y las encinas. Aire dorado de Otra vez casas de piedra y yuntas de bue- Velázquez, en cuyo ámbito encajan maravi- yes. El cielo se cubre de nubes, y sentimos llosamente las figuras- ecuestres del prínci- en nuestra frente la caricia de un? mansa pe Baltasar Carlos, de Felipe. IV... Madrid llovizna y el olor del heno. El lienzo tiranva quedando lejos, empenachado de un su- te del mar, todavía encendido por el último til polvillo rosa. Y ya, la sierra de Guada- sol, es la meta. de nuestro viaje. Otro día rrama. Cerca de Tablada, la sierra pasa- viajaremos- por la línea de Avila, pasaremos da... Ruta del arcipreste de Hita, pueblos por. Burgos- ¡oh, torres afiladas junto al blancos, dormidos entre el terciopelo verde Arlanzón! -r- y llegaremos hasta Vitoria, de los pinares, olor a tomillo, Cada paisaje ta. mbién- castellana en losíS erfiles bien traJ tíeni? jsu color y su perfume. Mas goc Jéñ 4 zadol de SÍfe calles apacibles de sus blancos t s d e monjas, de sus álamos y de. tan ancha Castilla, que siemMadre un medicamento que tú creas ihóféü- pre Sos dejaremos algo- -mucho- -por resivo, nn simple purgant puede ser fatal sien- correr. do us ado intempestivamente. rXo purgues nunca. tu hijo sin. consejó médico! las corralizas, y. los huertos, y los carros inmóviles apoyados en sus varas, y: los cestos de frutas, en la plaza, y los borriquillos trotadores a lo largo del caz, y lor. -huertos y cortinales detrás de las murallas, y los álamos lejanos en las profundas riberas del Durantón y el Castilla, y los perfiles, azules de la sierra, donde parece que ha llegado el incienso y se detiene allí en leves espirales... La fe de nuestros mayores- He aquí ajgo que no es un tópico, sino una realidad; porque aquí percibimos no solamente el rito, sino la intención viva de la fe, la de sacar al propio Salvador al paisaje, al aire libre, a los cuatro puntos cardinales, para que vigile el curso de las estaciones y sus efluvios divinos caigan sobre los campos y. sobre las casas, sobre el bancal recién regado, sobre los surcos recién sembrados, sobre los árboles, qüe. se desnudan y se visten, sobre esas cien yentanitas que descubren un interior lóbrego y en las que, a la caída de la tarde, brillan los últimos rayos de sol. He aquí un tradicionalismo vivo, transmitido de generación en generación, qué tiene su solar, su recinto, su liturgia para los vivos- y los. muertos, su casa con su sala de clausura, sus tinajas para el vino, sus jarros y sus vasos de plata, sus banquetes a escote. y como signos de amistad el pan, el vino y el queso... Por cosas así, un país histórico continúa siendo histórico. FRANCISCO DE COSSIO. SUSCRIPCIÓN: AIAD RIB: UN MES, PESETAS. PROVINCIAS: TRES MESES, 18. AMERICA X PORTUGAL: TRES MESES. 20. ISXTR. ÍJV. TEKO: TRES MESES. 37,50 PESETAS. REDACCIÓN X ADMINISTRACIÓN: SERRANO, 61. MADRID. APAUT- ADO N. 43.

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