Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 10-08-1943 página 3
ABC MADRID 10-08-1943 página 3
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 10-08-1943 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página3
Más información

Descripción

MADRID DÍA, 10 DB AGOSTO D E 1943 NUMERO SUELTO 25 CENTS, g g g- 3 TIL, QSOFIA D E L, A MODA DÍA EOU 1 L 1 BRÍO armonía de fuerzas. que la mantienen segura porque todo va en ella sujeto al plan del Creador. divino. Ya Pitágoras simbolizó el orden y concordancia de la in finita variedad del cosmos en la músicade. las esferas, las cuales, según las distancias, varían el tono hasta encontrar la unidad de una sinfonía deliciosa. El universo ha dado siempre a los hombres impresión de solidez, de serenidad, de equilibrio stable. El est modus in rebus horaciano podría servir aquí de divisa. Sólo la ignorancia presagió muertes y calamidades en la presencia de los cometas y otros fenómenos de astronomía. El sistema de Tolomeo, el de Copérnicp, el de Laplace, la magna gravitación universal de Newton, las modernas concepciones de James Jeans y de Eddington nos aseguran un terreno sólido por el que podemos andar sin temor a que se caiga una estrella del cielo, ni sea posible que nos aplaste un aerolito, ni quepa, en el- estado actual de los conocimientos, dar pábulo al miedo de viejas supersticiones produGto. de la astrológía; judiciaria y de las fantásticas influencias entre el macrocosmos y el microcosmos. Todo en el orden físico, responde a la grandeza de Dios. El mundo sensible de los asiros y de la naturaleza es cosmos de cielo y no caos de infierno. Hay en él la seguridad absoluta de. que su marcha y sus accidentes responden a un plan y v a un fin providenciales. Lo mismo sucede en el orden moral de las relaciones de los hombres cuando la voluntad dañada de un sujeto libre y responsable de sus acciones no tuerce el camino natural de los acontecimientos y pone desorden donde hay divinas armonías. La sociedad humana; -el transcurso de los pueblos por las edades- en la unidad de la civilización; la Iglesia, la familia el Estado, la vida de los hombres en la concordancia del bien común vienen a ser, a semejanza del universo sideral, una arquitectura gigante en la que todo se supedita a. una suma armónica de fuerzas diferentes, ni más ni menos que la atracción de los cuerpos proporcionalmente a las masas y en razón inversa delcüadrado de las distancias. La naturaleza sensible nos da ánimo tranquilo y seguro para un paseo delicioso por la fresca campiña, sin que vengan a turbarlo fenómenos imprevistos, improbables, calamitosos, ajenos a la inteligencia y el conocimiento racional dé los humanos. Dios ha entregado el orden físico 1 a sus criaturas con la. señal de que no ha de serles adverso. El mundo moral dispone de idénticas propiedades cuando no lo perturban los sujetos libres que rompen a. veces y por mucho tiempo la armonía con sus pe- cados, delitos, errores doctrinales, voces de infierno, colisiones y actos que vuelven al caos lo que Dios ha concedido a sus, hijos en la pulcritud y ponderación de un cosmos. Hoy; Es paña ha vuelto al equilibrio y concordancia de todos sus elementos nacionales y sociales. La seguridad armónica del universo visible, obra de Dios, se, traduce en na idéntica garantía para nuestros derechos y deberes; y así como Ia. bóvé da- ce- i leste, tachonada- 4 e soles, sistemas 1 y- un Iver- 1 sos galácticos y. extragalácticos nos habíia del Creador y acusa su grandeza a nuestra j pequenez corpórea, el régimen de unidad- de I nuestra nación pos hace sentirnos protegi- DO AÑO TR 1 GES M O S EX T O N 1 1.685 dos y seguros. No han de caer del cielo las estrellas, íri entra en el cálculo de probabilidades que se altere el ritmo universal en nuestro daño. Tampoco estamos expuestos ahora a toda la gama de calamidades sufridas en la zona roja antes de la total liberación de España: asesinatos, robos, vejaciones, molestias, tiranías... Es que ha vuelto a imperar un equilibrio estable y, coms hacía dos centurias quexse había perdido, hoy por reacción natural, tenemos la impresión. de que se nos ampara y, ha dejado de amenazar nuestras cabezas, pendiente de un cabello, esa espada de Damocles. Luis ARAUJO- COSTA SUSCRIPCIÓN: MADRID: UJN MES, PESETAS. PROVINCIAS? TRES MESES. 18. AMERICA Y PORTUGAL: TRES MESES, 20. EXTRANJERO: TRES MESES. S 7.50 PESETAS. REDACCIÓN X ADMINISTRACIÓN: SERRANO, 61. MADRID. APARTADO N. 43. LA ORGIA GÓTICA ÉGÚN el doctor Cunnington, la moda femenina representa un constante conflicto entre el estilo clásico, que tiende a seguir, destacar y dar realce a las líneas naturales de la mujer, y el estilo gótico, que procura, por el contrario, quebrarlas y transformarlas. Ejemplos de indumentaria gótica: el miriñaque, las- mangas; en forma de jamón y Jos zapatos de tacón, alto, que. no sólo, distorsionan la figura de un modo local, sino general. Ejemplos de indumentaria clásica: los zapatos de tacón bajo, el sweater, los trajes sastre y los actuales vestidos 1 de noche. En cuanto a los sombreros que suelen llevar las mujeres, no hay nunca ni uno que no pertenezca al es. tilo gótico. I Yo no sé s: el pueblo de Madrid, tan agudo y perspicaz. imaginaba algo de esto e cuando calificaba de niñas góticas- a las muchachas que seguían con demasiada docilidad aún los caprichos más absurdos de ciertas modas, pero, aunque no, se lo imaginase, lo cierto es que dio en el clftvo con su cav lificativo, y o el doctor Cunnington no sabe lo que se, pesca, o aquellas íiñas eran, en efecto, más góticas que la mismísima catedral de Burgos. Ahora bien: ¿volverá la mujer, una vez que advenga te. paz, -a caer en las extravagancias del goticismo vestimentario que las restricciones de guerra la impiden cultivar ahora, o se habrá habituado de tal modo a la sobriedad clásica que ya no se aparte nunca de ella? Tal es la pregunta que nos hace a todos el doctor Cunnington, y a esta pregunta yo me permito contestarle, sin vacilaciones, que sí, esto es, -que la mujer volverá a adoptar para su pergueño y atavío no sólo el estilo gótico u ojival, sino también el más exuberante barroco en cuanto tenga a su disposición te las, plumas, gasas. alfileres y cintajos de que echar mano libremente. Hoy, la inmensa mayoría de las mujeres están uniformadas en todos lo? países beligerantes, pero, aunque ellas mismas se hagan la ilusión de llevar el uniforme con gus- to, es indudable que tendrán mucho más gusto todavía en abandonarlo, abandonando con él los aires varoniles y la continencia marcial que el uniforme las imponía y recobrando de un golpe la feminidad a que habían renunciado provisionalmente por motivos de fuerza mayor. Después de todo, las mujeres, saben muy bien que, como tales mujeres, obtendrán siempre de los hombres un acatamiento y una pleitesía que ni el últi frío soldado raso las rendiría nunca como ¡cabos ni como sargentos del ejército, y al término de la guerra, yo estoy seguro de que, por reacción contra el uniforme y contra todos los vestidos de tipo más o menos castrense que constriñen ahora su femeni 3 ad, se entregarán a una verdadera órgín- -el doctor Cunnington la llamaría una orgía gótica- -de trajes, tules, encajes y perifollos... JULIO CAMBA R EPOSA la máquina del mundo en una UÑA ESPAÑOLADA STÁ ardiendo el pinar. De buenas a primeras, el fuego ha hecho presa en la frondosa verdura forestal. Y diezma sus filas. Descaradamente roba el incendio al paisaje una de sus mejores galas. El agua queda lejos; no puede pensarse en ella, como elemento extintor. Hay que talar dé prisa unos cuantos árboles y establecer un claro en el bosque para que el fuego voraz se muera de hambre a falta de combustible. Acude una. brigada de obreros voluntarios Tardarán más. de la cuenta en realizar el trabajo preciso; no sbn leñadores. Aunque, a veces, una voluntad ardida suple cumplidamente a la destreza. Dejando tras de sí un. manchón negruzco, avanzan las llamas a favor del viento, que se carga de olor a resina. Imposible aprehenderlas. Ahora se envalentonan triunfantes; luego morirán, paulatinamente, devorando la última brizna de hierba que puedan alcanzar. Todo incendio es altivo, cruel é irresponsable. Suele agonizar, sin rendir cuentas, a la vez que su propia víctima. Por eso los que vaij, con picos y azadas, apresurado ei paso, a ponerle sitio, han de encontrarse con que lo sitiado ya no será fuego, sino quema en cenizas de algo que fue verdor. Más real desencanto que el del niño al tocar la mariposa. Sospecho que, habrá quien tome a bien el siniestro, por tener más a mano leña para el fogón. Se nos caen las pesas del lado utilitario. La pura y saludable belleza forestal es aún, para la mayoría, algo insentido. Gracias a la prisa oficial se poblará el hueco, muy prontamente, con pinos de plantío. Porque el Mando español se ha enamorado del árbol, de cuyo enamoramiento nunca habrá de arrepentirse. ¿Y quién llevó el fuego al pinar? Una tarde de julio, -por accidenta casual, ardió hasta desaparecer el campamento cristiano frente a Granada, en trance de reconquista. Y por un campamento trasplantadle, el garbo de Isabel levantó el poblado fijo de Sania Fe. Se le impuso este nombre rubricando él propósito de clausurar, sin pérdida de tiempo, una epopeya. Ante el hecho trivial de una quema en el monte parece irrespetuoso citar aquel ejemplo de; energía española. Mas pudiera no ser; asi. Pór un campamento, un poblado. Ppr- caeja. hectárea de arbolado hermoso que el Juego le ro ró, cien hectáreas de repoblación 1 forestal: Hoy, como, entonces, una es- 1 pañolada. FERMÍN MUGUETA E

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.