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ABC MADRID 09-12-1942 página 6
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ABC MADRID 09-12-1942 página 6

  • EdiciónABC, MADRID
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DE (Viene de la pág. 3. podamos perder el tiempo dedicándoles atención a los eternos descontentos. Aun sin este imperativo de nuestro destino universal carecerían de contenido para tenerlos en cuenta. Ni la suprema razón de Dios, nunca mejdr servida aue bajo nuestro Régimen; ni el interés de la Patria, jamás tan exaltada y defendida como en nuestros días; ni el bien general de la nación, pregonado por nuestra economía restaurada, nuestras industrias resurgidas, nuestros campos florecientes v nuestra gran obra social en movimiento, pueden ser impugnados por nuestros enemigos. ¿Qué son, ante estos hechos y ante estas verdades, los minúsculos problemas de los restos de viejas minorías apegados a cuanto de falso y antitradicional existía en sus viejas concepciones? ¿Es que pueden establecerse diferencias en torno a ios viejos conceptos de quién sea el aue rija y en qué forma nuestros supremos destinos? Si nos interesa el piloto es por cuanto nos interesa el viaje. Vosotros sabéis muy bien qu 1 Régimen no ha cerrado el camino a que, el día aue el interés de España lo demande, instauremos el sistema tradicional que a través de la. Historia le ha dado continuidad y días de gloria; bien entendido que todo ha de subordinarse a la realización y permanencia de nuestra Revolución Nacional. Los regímenes y las personas han de ser para España, y no ésta sacrificarse a aquéllos. Los que en esta inteligencia han querido figurar en nuestras filas, les hemos abierto nuestros brazos; mas si se nos acercasen con reservas, con intención de crear entre nosotros zonas de disidencias o nuevas minorías, se equivocan. La etapa que comienza es de unidad, de superación, de trabajo, de dar forma y potencia a nuestra Revolución, y de prepararnos para el gran momento que el mundo nos ofrece con el mismo sentimiento ecuménico que llevó a la vieja Monarquía camino del Imperio. Para perfeccionar nuestra Obra os hemos convocado; mucho hemos avanzado por éste camino, así lo pregonan el triunfo constante de nuestras actividades: la Obra grandiosa de nuestras Juventudes, la silenciosa y fecunda de nuestra Falange Femenina, la ambiciosa y en marcha de nuestras instituciones sociales; pero la Patria nos demanda más, las tareas del nuevo Consejo van a. ser esenciales. La- vida puede ofrecerse dura y el camino espinoso, pero el tesón que pongamos en la persecución de nuestros ideales no será defraudado. I No basta el querer una cosa, hay que servirla con la constancia y c- n el sacrificio, y si para ello es necesaria la fortaleza, pueie tanto la voluntad, que cuando sumamos una y otra, -el triunfo es completo. Por todo ello, nos sentimos fuertes y seguros, despiertos y; vigilantes, nos asiste la fuerza de nuestra verdad y nos respalda la realidad de nuestra fuerza. Ansiamos una vida dura, pero española; una ambición de Patria y un ansia de destino; no trabajamos por. un hoy limitado, sino por un mañana esplendoroso. Nuestro Ejército encuadra las mejores juventudes, la asistencia de Dios nos está bien demostrada. -Con ella nada ni nadie logrará vencernos. Si empeño pusimos en nuestra Cruzada, aun mayor lo podríamos si un nuevo peligro, de igual orden, nos amenazara. Sabemos que con nosotros va la vida, y fu raíde esto, la muerte para España El acto Misa del Espíritu Santo Como acto de preparación para dar comien zo a las tareas del Consejo Nacional se celebró, en la iglesia de San Francisco el Grande, una. misa del- Espíritu Santo, que revistió gran solemnidad. En la entrada del templo aparecía el escudo de: España, banderas nacionales, dos cañones antiaéreos y gran número de tiestos de flores. Daba guardia un batallón del ministerio del Ejército. El interior del magnír ñco- templo estaba severamente adornado. En el altar mayor, aparecía uña imagen de la Inmaculada Concepción, con profusión de floree y velas. A Jado del altar, banderas nacionales, y el resto del ampio se adornaba, con m gníficos tapiceiM) Eii lado del Evangelio; se habla instalafl. d 5. tiii -sitial. de terciopelo róio c An un sillón del mismo color para él- CatídiHi 5. T. l templo estaba dividido en cuatro sectores: el sector A estaba reservado para los presideíites de Tribunales, generales y. ayu En este instante alumbran los soles, y el vicesecretario general del Partido, camaraüa Mora Figuerca, que aguardaba ante la escalera de subida al estrado, se incorpora, detrás del ministro secretario general el Partido, a la Presidencia del Consejo. A la derecha del Caudillo se sienta el ministro cecretario general, y a la izquierda, el vicesecretario general del Partido. El Gobierno ocupa el banco azul, a la derecha del entrado, y en el banco azul que continúa, toman asiento los vicesecretarios de los distintos Servicios. D. etrás del Caudillo, le dan escolta jefes de la Casa Militar de Su Excelencia. Inmediatamente el Jefe Nacional üs la Falange dice: Procédase a la jura e les 5 consejeros Seguidamente, ante el Caudillo se sitúa el ministro, secretario general, del Partido, quien saluda con la mano puesta sobre os Evangelios, ante y La llegada del Caudillo. Atronadores nombre de Dios: el Crucifico, con dice: En juro servir lealtad a vítores y aplausos. El Jefe del Estado España, a la Falange Española Tradicionalista y de lae J. O. N. S- al Caudillo, Jefe pasó revista a Jas fuerzas del Ejército Supremo del Estado y del Movimiento. Juro fidelidad a los principios fundamentales del y de la Falange Española. El antiguo palacio del Senado aparece to- Estado y de la Revolución Si asi lo hacéis. El Caudillo le contesta: talmente engalanado con hermosos tapices y Dios os lo premie, si no, os lo demande. colgaduras y banderas. En torno dé la explanada figuran grandes mástiles con gallar- Los consejeros que prestaron juramento detes. El ministro eecrétario general ocupa ds Una compañía del regimiento de- Ingenie- nuevo su lugar en la presidencia, y en pie, ros, con bandera y música y la centuria de comienza a llamar para que presten juraHonor de F. E. T. y de las J. O. N. S. forman mento a los consejeros, por el siguiente ora. ambos lados de la entrada, para rendir los den: Excmo. Sr. D. Francisco Gómez Jordahonores debidos al Caudillo de España. na. Después de él, a los e- amaradas: Blas A la una menos cuarto, un toque d cla- Pérez, Carlos Aeensio, Salvador Moreno, Juan rín anuncia la llegada del coche que conduce Vifre Esteban Bilbao, Joaquín Benjumea, a Su Excelencia el Jefe del Estado, y el enor- Demetrio Carceller, Miguel Primo de Rivera, me gentío congregado en los alrededores del José Ibáñez Martín. Alfonso Peña, José Anedificio, y el que ocupaba los balcones en- tonio Girón, Manuel Mora Figuéroa, Manuel galanados de las casas limítrofes, prorrumpe Valdés Larranaga, Gabriel Arias Salgado, en aplausos y gritos de ¡Franco, Franco, F ermín Sánz Orrio, Pilar Primo de Rivera, Franco! ¡Falange! Luis Carrero Blanco, Pedro Fernández VaAlonso Vega, Juan El Caudillo desciende del automóvil, acom- lladares, CamiloJulio Muñoz Aguilar, Graneil, José Moscardó, Leopolpañado por el ministro, secretario, Sr. Arrese. do Eijo, José Félix Lequerica, Rafael Sán. Los miembros del Gobierno, que ya le chez M azas, Pedro Gamero del Castillo, Joeé aguardaban a la puerta de entrada del edi- Yanguas, Eduardo Aunóis, Sancho Dávila, ficio, saludaron a Su Excelencia, y éste, en Agustín Aznar. José Miguel Guitarte, Tomás unión del ministro del Ejército, precedió a Gistáu, Juan Aparicio, Rafael Llorpart, Jorge pasar revista a las fuerzas del Ejerció Llovera, Manuel Martínez de Tena, Manuel y de la Faíange qu le rindieron hono- Torres López, Mariano Os- sorio Arévalo, Dares, mientras las bandas de música interpre- vid Jato Miranda, José Luna Meléndez, Frantaban el. Himno Nacional. cisco Rodríguez Martínez, Pedro Muguruza El Jefe del Estado vis e el uniforme de Otaño, Manuel Goitia Ángulo, Romualdo (Je gala del Partido, y luce en el pecho la Cruz Toledo, Carlos Ruiz, Antonio Correa Vegliseon, Luis Solans Lavedán, J. osé Monasterio Ituarlaureada. te, Rafael García. Valiño, Francisco BásteAspecto del salón. La distribución de los rreche, Miguel Rodrigo Martín, Manuel Halcón, Gregorio Sánchez Puerta, Alfonso de la puestos Fuente, Antonio Riestra, José María Alfaro, El Salón de Sesiones del palaciotdel Con- Joaquín Bernal, Rafael- Garcerán, Jesús Suesejo Nacional presentaba um brillantíteimo vos, Julián Petnartln, Jesús Muro, Juan Jóí- é aepecto. Pradera, Juan Manuel Fanjul, Luis GutiúDesde muy temprano empezaron a llenar rrez Sa- ntamarina, Miguel Mateo, José Lorente, Aurelio JoaaiMiuet, Antonio Tovar, Pe dro las tribunas los invitados a la ceremonia. La distribución de puestos d nlhró del sa- Lain, Pi dr. o García Valdecaisas, Jesús Rivero Meneses, Ernesto Jiménez Caballero, Franlón es la siguiente: A derecha e izquierda de la puerta princi- cisco Sainz de Tejada, Manuel Ricardo Lechuga, Emilio Lamo de Espinosa, Rodrigo pal de acceso al salón, -toman asiento los di rectores generales de los distintos- ministerios Vivar Téllez, Toimáe Remojaro, Luis González Vicent, Joaquín Miranda, Fernando Coca y los secretarios de los ministros Pinera. Adolfo Frente al banco azul se situaron los miem- d la Ruiz Castillejos, Rincón Gárellano, Aniceto Diego bros del III Consejo Nacional, y. en aquél, el Rafael Arias. d- e Welasco, José Salas Pombo, Gobierno en pleno y los com. ponentes. de la na, Juan Francisco YeJa Utrilla, María FontaFermín IzurJunta Política. diaga, José María OlaEn los palcos números 1 y 2, tornaron asien- zábal, Justo Pérez de Urbel, Juan Selva MerGumersindo García, to los embajadores y minisltros plenipoten- gelina, ¿Modesto Aguilera. Morenté, Federico ciarios; con el decano, monseñor Gieog- Mayo, Amadeo Marco, Carlos María Valc 3. r, jí ní- fe n. los únmeros 3 y 4, los: generales de cel. Pedro Nieto- Antunez, Luis- Serrano de los distintos Cuerpos de la guarnición; en los Pablo, Eduardo Alvarez Rementería, Antonumerados 5 y 6. los ayudantes respectivos; nio Paguaga Pagna ra, Mariano! Oalviño de 7 y 8 representaciones del Partido Fascista Sabucedo, I vi AM? É BÍ! 3 vm 3 BoaItaliano y Nacionalsocialista alemán. Los vi- d í! lSp: i cesecretarios sindicales tenían su puesto en Ja dantes; el sector B, Cuerpo diplomático, Partido. Nacionalsocialista y Fascista. y. autoridades locales; sector C, consejeros; y secre? tartas nacionales, sector, p, subsecretarios, directores generales y Sindicatos, A las doce, próximamente, llegó el Candillo. acompañado del mimistro É écretáf fó del Partido, Sr. Arrese. En otros coches acompañaban a SU Excelencia, los jefes de sus Casáis Militar y Civil, general Moscardó y Sr. Muñoz Aguilar, respectivamente. Una batería de Artillería hizo las salvas de ordenanzas- La. banda, de música interpretó e ¡Himno Nacional. Caudillo se apeó del coche, pasando vista, a las fuerzas del regimiento de- Infantería número 2, con bandera y. banda de música, que prest- aban servicio en la plaza de San Francisco. Enorme público, estacionado en dicha plaza y calles adyacentes, hizo al Caudillo objeto de una delirante ovación, dándose loe gritos de ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco! A la puerta esperaban a Su Excelencia el Gobierno en pleno, autoridades militares y civiles y jerarquías del Partido. El Caudillo fue recibido bajo palio por el rector de San Francisco el Grande, padre Legísima, y una representación de la orden franciscana. Una vez dentro del templo, Su Excelencia ocupó su sitial. A su izquierda, ee colocó el Gobierno y el capitán general je la Región, general Saliquet, y frente a Su Excelencia, la Junta Política. Ofició el padre Rodrigo Alvarez. Interpretó la misa la. orquesta y coros dirigidos por el maestro Garmendia. La parte de órgano estuvo a cargo del padre Francisco Iturriaga, de la. basílica de Aranzazu. Asistieron al acto el Gobierno en pleno consejeros- y delegados nacionales, -autoridades militares y locales y jerarquías d- e lc diferentes servicias. La misa resultó solemnísima. Su Excelencia el Jefe del Estado recibió a la, salida de- la iglesia los mismos honores que a la entrada, y el público estacionado frente al templo hizo de nuevo al Caudillo objeto de una clamorosa ovación. tribuna número 1, y la 12, los jafes de -los departamentos nacionales. 1 En otras tribunas, los invitados y la Prensa. Pasan. les consejeros a ocupar sus escaños. Los peritenecientes al Ejército visten de gala, conemblem- a del Partido, o sea las dos estrellas de oro de cuatro puntas, que es la de ¡consejero nacional. Todos ostentan condecoraciones. Los pertenecientes a F. E. T. y de ías J. O. N. S. visten guerrera de gala, pantalón negro, cinturón dorado, guante blanco, gorra negra, zapato negro y condecoraciones. tíntrada del Caudillo en e! salón. Comienza el acto A la una menos cuarto se produce un absoluto silencio y las personalidades que se hallan en el hemiciclo se ponen en pie. Oyense desde dentro los incesantes gritos del gentío, de ¡Franco! ¡Franco! ¡Falange! ¡Franco! ¡Falange! El momento es sencillamente de eran emoción. Suena al mismo tiempo la banda ds música, que rinde honores ¿1 Jefe del Estado. Penetra el Caudillo en el salón, acompañado por el ministro secretario del Partido, Sr. Arrese. La ceremonia de Ja jura. El primero en jurar el cargo fue el ministro secretario del Partido En el Palacio del Consejo Nacional

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