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ABC MADRID 04-10-1942 página 3
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ABC MADRID 04-10-1942 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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DIARIO ILUSTRADO DE INFORMA- 1 CION GENERAL, 25 CÉNTIMOS f ig LA C E L O S I A R O T A S U G E R E N C I A S OBRE la colina, cerca de las viejas murallas, hay u la calle estrecha y pina formada por renegridas casas de madera. Apenas si hay indicios de almas, y el si Lncio es tan diáfano que si detuviéramos Iospasos y los pensamientos podríamos escuchar el rumor de la carcoma en sus tdecos; nos parece una calle dibujada al agua fuerte por un Gustavo Doré borracho de sueño y de tristeza. Los miradores, saledizos y las esquinas y los tejadillos, sin duda, fueron en su día obra de taracea delicada, y todavía, a pesa de las lluvias y de los soles, conservan la gracia de su frágil armazón, donde ya están marchitos y desdibujados los arabescos tallados en greca y las líneas de los arcos. Me figuro esta silenciosa costanilla como un ramo de rosas lacias, olvidado en medio de la calle, secos y, oscurecidos los cálices, pero con la sutil fragancia de las flores agostadas que acaricia la irríaginación y los recuerdos más que los sentidos. Y de pronto, algo menudo e insignificante ha herido los míos. En una de las ventanas que dan sobre la calle, la apretada celosía, guardadora en lejanos días del humilde secreto d e un Tiogar, tiene sus varillajes rotos y, por la abertura indiscreta, se ve el interior de una estancia. Apeua temeroso de despertar recelos, he vislumbrado, con mirada rápida, tin revellín recargado de cobres y algún almohadón de guadamecí descolorido. Y nada más he visto. Pero es esta herida no remediada, por la que se desangra el secreto de un hogar en otro tiempo hermético, lo que me impresiona con mayor fuerza en la yjeja calle vecina de las murallas. Por esta misma cuesta han subido y bajado, en días ya distantes, mercaderes libres que llegaban, desde ciudades más abiertas a toda curiosidad y deseo, con apetito de deseos y curiosidades, desvelado por imposible de. saciar; y también algún esclavo español, -cautivo en la rota de los Gerves, con esperanza de libertadas por obra de un misterio de amor. ABC OPORTUNAS L nuevo Estado español no permite, ni puede permitir, en la obra de gobierno las sugerencias e iniciativas particulares. En los tiempos del liberalismo era fre cuente que los periódicos) los escritores con tribuna en ellos abierta apuntaran ideas y reformas y dieran consejos a los gobernantes sobre un punto cualquiera de la pública administración. Resurgía en todas partes- la época de los arbitristas. A cada ciudadano le era fácil decir lo que él opinaba en un asunto municipal, en un problema de Hacienda, en un pormenor sobre las relaciones de la Iglesia y el Estado, en un punto de enseñanza, en un capítulo sobre colonización, tác, tica, o estrategia, o acuerdo de carácter internacional... De este vicioso 1 sistema al de los estrategas de mesa de café no hay más que un paso. ¿Dónde estaba la preparación de quienes proponían reformas sin conocer el mecanismo de la marcha política? ¿Qué corriente seria de opinión reconocía la competencia de los autodidactos? i Se había estudiado la historia del país con la profundidad necesaria y la bastante conciencia para meterse a juzgar de ligero y a proponer cambios y soluciones? Porque e l buen discurso y el buen talento no bastan para soltar dificultades en un negocio, tan complicado y difícil como es el gobernar. Se necesita estar al tanto de infinitas cuestiones, no tan sólo especulativas y prácticas; también de pormenor, de vida diaria, de momento, según los modos, costumbres y circunstancias interiores, qiie no se ven desde fuera. En la guerra de los cimbrios, acabándose el siglo 11, anterior a nuestra Era. una adivina, de nombre Marta, se presentó al Senado romano, si no para conducir ella misma los Ejércitos, al menos para que marcharan conforme a sus vaticinios. El Senado rechazó el ofrecimiento, y. aunque dicen algunos historiadores que Mario la llevó consigo a la bélica empresa, ¿cuál hubiera sido el resultado de la batalla sin el genio militar, varias veces demostrado, del enemigo de Sila en la guerra social? Podrían multiplicarse los ejemplos. La Historia nos demuestra en todos los caso; nue para el buen gobierno de los pueblos y de, los Estados cada individuo ha de ocupar su p. icsto conforme a sus aptitudes, porque cada rucria ha de responder al juego mecánico que del plan de unidad- se le tiene asigtiaco. El régimen actual, menos que otro ninguno, puede aceptar las sugerencias e iniciativas privadas. El hombre de la calld es un producto liberal. España se rehace de dos siglos de arbitrismo y- liberalismo. Los entendimientos, las conciencias, la jerarquía social, los modos colectivos de producirse, la vida entera de la nación va amoldándose en la hora presente a las tradiciones patrias, siguiendo el credo de verdad, de justicia y de sacrificio en ¡el que han depositado nuestros gobernantes del día las viejas glorias españolas. No olvidemos que un estado de cosas ha pasado para no volver jamás, y que en el nuevo régimen la disciplina y la obediencia sustituyen, en bien de la Patria, a las iniciativas caprichosas de los años pretéritos. Atreverse a la colaboración espontánea e inoportuna con quien nos dirige y nos guía vale tanto como el disparate ¡de discutir de Teología con el Papa y darle consejos en materia de disciplina, de moral, de liturgia, de Derecho Canónico... Luis ARAUJO- COSTA DIARIO ILUSTRADO DE INFORMACIÓN GENERAL. 25 CÉNTIMOS 2) LA ESPIRITUALIDAD I N- RENACIMIENTO DE S E L Alguna vez, sus ojos habrán tropezado con otras celosías que les cerraban todo camino a sus miradas, y en sus frentes se habrá dibujado e fantasma de una mujer no vista nunca y que jamás habían de ver... Por su fortuna, no estaba abierto todavía este girón en las barras de la celosía y no pudieron desencantarse ante una repisa recargada de cobres y un almohadón de guadamecí gastado. He bajado hasta las murallas; al menos, ellas conservan tantos nombres engastados en sus ruinas, y ha caído sobre sus piedras tan densa lluria de siglos y de sangre, que parece esta sombra suya, prolongada hacia el mar por el sol poniente, temblorosa de emoción y de secretos. Bajo el alto saliente a que estoy acodado pasa un tren de viajeros, y al silbo estridente de. la máquina se levanta un vuelo de alondras asustadas; y yo pienso que es todo el encan (o de las cosas no vistas, de aquellas que acaso estaban úni, camente dentro de las pupilas que se esforzaban por romper el misterio de las celosías cerradas, lo que tiende el vuelo V se pierde en el Bosforo sobre el rielar de los reflejos últimos de un. sol de otoño. MARIANO TOMAS A gran corriente espiritualista que hoy llena el mundo y que adopta cien varias direcciones, un puro teísnoallá, una moral de los valores humanos acá, un retorno de las multitudes a la relig- ión en todas partes, en. répliea a aquella irreligión de las masas que fue tópico mental de todos los observadores sociales treinta años ha, no es. con todo, cosa tan contemporánea y del día como supondría cualquiera. Ya, a fines del siglo xix, se advertía un renacimiento de la vida espiritual. ¡Tan ahito estaba el mundo de positivismo y de novelas cscatológicás, según el patrón de Emilio Zola! La influencia actual de Dílthey. aun siendo un pensador va lejano: el pensamiento de Bergson, que. a pesar de las no pocas objeciones que pueden hacérsele desde un punto de vista cristiano, no deja de ser un alto aliento hacia el ideal; las nuevas doctrinas y experiencias biológicas, entre cuyos expositores es muy conocido entre nosotros, desde años ha, Von Üexkull, acreditan que no es de ayer mismo el grito de retorno hacia una concepción espiritual de la vida, aquí, e n la tierra, a pesar del lecho revuelto de turbiedades de que ha nacido el siglo actual. Entre los hombres que, en una época dura, en que toda concepción mental del universo se reducía a mecánica cosa que no pudiera cifrarse en símbolo matemático no contaba para la seriedad de la ciencia, ya pugnaban por la emancipación espiritual y la superación de este bajo espectáculo de la vida por la obra de! Espíritu, figuró Rodolfo Eucken, pensador alemán, que tuvo entre nosotros, allá por 1910. con ocasión de ser distinguido con el premio Nobel, una evidente difusión en los medios cultivados, y, ahora permanece en esa zona gris y borrosa de las famas crepusculares Su libro La vida, su valor y significación fue leído entre nosotros en otros tiempos. Mucho le debieron los talentos selectos que en este país decidieron no abatirse al creciente monismo filosófico y al vulgar materialismo de la ética y de la vida que cundía entre nosotros. La Vida del Espiritu- -Geitesleben- -de Eucken, aunque contenga algún error panenteísta, es una bella arquitectura de este universo, no sólo de átomos, sino también de alma? en el que el hombre es, y quiere ser, el umbral de lo divino. He aquí un pequeño florilogio de ideas de este pensador. L t vida espiritual del hombre tiene un valor de sustantividad c independencia, que le crea el debtr inmediato de construir y adelantar su personalidad, condición cooperante del total perfeccionamiento de la sociedad humana. Tres momentos tiene este proceso de espiritualización que se pide al hombre: el natural, o emancipación de la naturaleza mediante el dominio técnico de ella; el cultura! mediantí la acción creadora del espíritu en la, historia; el supracultural. por el que el espíritu retorna a sí, se supera a sí mismo y se lanza a la contemplación de lo divino. Esta e; pue? una filosofía que- emplaza al místico en la cima de la montaña. Sentir, el alma la presencia de Dios es un apotegma- final de su trabazón de conceptos. Y. aunque esa frase sea tomada de Hegel. ¿no extendería sobre ella su lírica rama de sauce nuestro lírico Fray Luis? Este es v. n pensador alemán, v este es ti: i pcnjamicH- to alemán, anterior a 1914. FRAMLS Estambul, otoño, 1942.

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